El masivo pulso de los islamistas dispara la tensi¨®n en Egipto

Los partidarios de Mohamed Morsi se lanzaron ayer a las calles a expresar su ira por la deposici¨®n y arresto del primer presidente de la joven democracia de Egipto. Por la noche hubo fuertes enfrentamientos en la ic¨®nica plaza de Tahrir, donde murieron al menos dos personas. Tras el rezo de mediod¨ªa en diversas mezquitas, decenas de miles de personas marcharon hasta los cuarteles donde las fuerzas armadas retienen aislado a Morsi. El Ej¨¦rcito y la polic¨ªa contuvieron su avance con botes de gas lacrim¨®geno y perdigones, y abrieron fuego de forma selectiva cuando las multitudes no se dispersaron. Al menos siete personas murieron en el Cairo, seg¨²n varios testigos. Las autoridades estimaron los fallecidos en todo el pa¨ªs en 30, 12 de ellos en Alejandr¨ªa.

M¨¢s de un millar de personas resultaron heridas, muchas de ellas por perdigonazos, otras por la asfixia provocada por los gases empleados. Por la noche los partidarios de Morsi marcharon hacia el edificio de la televisi¨®n estatal, cercano a la plaza Tahrir, foco de las revueltas de 2011. El Ej¨¦rcito pas¨® a proteger los accesos a ese punto, sobre todo desde el puente 6 de octubre, con veh¨ªculos acorazados y cortando diversas calles. Hubo fuertes enfrentamientos, en los que murieron al menos dos personas cerca de Tahrir.

Las fuerzas islamistas de Egipto, que lograron el poder el a?o pasado en las primeras elecciones libres del pa¨ªs, prometieron mantener la lucha y seguir en las calles hasta que el Ej¨¦rcito libere a Morsi y restaure el orden que hab¨ªa antes del golpe de Estado del mi¨¦rcoles. Las jornadas previas y posteriores a la intervenci¨®n militar fueron festivas en El Cairo, con celebraciones y fuegos artificiales en la plaza de Tahrir. Ayer se posaron sobre la capital la tensi¨®n y la violencia. Cazas y helic¨®pteros militares sobrevolaron la plaza constantemente por la tarde y por la noche.

El l¨ªder supremo de los Hermanos Musulmanes apareci¨® este viernes en la mezquita de Raba al Adawiya, en cuyas inmediaciones han acampado miles de islamistas. ¡°Nos quedaremos en nuestras plazas hasta que podamos liberar al presidente a hombros¡±, dijo Mohamed Badie a los congregados. ¡°Daremos nuestras almas por Morsi¡±, a?adi¨®. Fuentes gubernamentales dijeron el jueves que las fuerzas armadas hab¨ªan arrestado a Badie en una localidad costera, algo que ¨¦l desminti¨®.

Las fuerzas de seguridad detuvieron anoche a Jairat el Shater, uno de los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes y que aspiraba a llegar la presidencia de la naci¨®n con el Partido Libertad y Justicia en las primeras elecciones democr¨¢ticas, antes de que su candidatura quedara anulada por el Ej¨¦rcito. Morsi tom¨® entonces el relevo.

Adem¨¢s, la fiscal¨ªa ha liberado, tras dos d¨ªas de detenci¨®n, a dos l¨ªderes de ese movimiento islamista, Saad al Katatni, presidente del Partido Libertad y Justicia, la rama pol¨ªtica de la hermandad, y Rashad Bayoumi, vicepresidente de la formaci¨®n isl¨¢mica.

¡°Somos hermanos, somos egipcios¡±, cantaban los partidarios del Presidente depuesto a los soldados a los que se encontraban en sus marchas. ¡°Nosotros no estamos en contra de las Fuerzas Armadas. Nos oponemos a sus l¨ªderes, que son los que han dado el golpe de Estado¡±, gritaba Wael Shakouri, de 40 a?os. ¡°?Es el general [Abdel Fatah] Al Sisi el que ha traicionado a la patria y a la revoluci¨®n!¡±, dec¨ªa, en referencia al comandante en jefe del Ej¨¦rcito, quien le comunic¨® a la naci¨®n el golpe de Estado y la hoja de ruta militar, que pasa por la creaci¨®n de un Ejecutivo transitorio y la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas.

Desde varios puntos de la ciudad, los partidarios de Morsi marcharon a los cuarteles en los que le custodian las fuerzas armadas. Los soldados lanzaron botes de gas lacrim¨®geno. Hubo quienes se resistieron a ser dispersados. ¡°Seguid, avanzad, no os march¨¦is¡±, gritaban, las bocas tapadas con pa?uelos, a la multitud en avalancha. Los soldados trataron de espantarles disparando al aire y con perdigonazos. Uno de los manifestantes fue alcanzado en la cabeza, cayendo fulminado al suelo a escasos metros de un grupo de periodistas. Otro fue herido en el cuello, y evacuado por una ambulancia. Un intenso olor a gas lacrim¨®geno se mantuvo en la zona durante parte de la tarde.

¡°?Morsi o la muerte!¡±, gritaba Mohamed Saker, de 25 a?os. Quedaba patente que el golpe del mi¨¦rcoles ha ahondado unas divisiones ya de por s¨ª profundas en la sociedad egipcia. Despu¨¦s de d¨¦cadas de represi¨®n por parte del r¨¦gimen de Hosni Mubarak, derrocado en 2011, los islamistas se sienten de nuevo acosados y perseguidos. ¡°?Califato! ?Para imponer la sharia!¡±, exclamaba Saker.

Ayer el nuevo Presidente interino, Adli Mansur, disolvi¨® la c¨¢mara alta del Parlamento, el Consejo de la Shura, dominado por los islamistas. Era el toque final del golpe orquestado por los militares tras la jornada de inmensas manifestaciones que paraliz¨® el pa¨ªs el domingo, la jornada del aniversario de la investidura de Morsi, en la que salieron a las calles hasta 17 millones de personas, seg¨²n estimaciones gubernamentales. Egipto hab¨ªa perdido as¨ª a su primer Ejecutivo democr¨¢tico, la Constituci¨®n de corte islamista refrendada en las urnas en diciembre y, por fin, la ¨²nica c¨¢mara operativa del Parlamento. Mansur est¨¢ intentando formar un equipo de Gobierno transitorio, mientras el Ej¨¦rcito se encarga de garantizar la seguridad y estabilidad de la naci¨®n.

Los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes se encargaron ayer de dejar claro que esa estabilidad dista mucho de estar garantizada. Han prometido seguir manifest¨¢ndose como un contrapeso iracundo a las grandes celebraciones de la plaza de Tahrir, que el viernes, por sexta noche consecutiva, bull¨ªa con miles de personas con esp¨ªritu festivo. ¡°Han instaurado un Estado policial, han arrestado a l¨ªderes pol¨ªticos, tratan de romper los partidos pol¨ªticos¡±, dijo Mohamed Beltagy, secretario general del Partido Libertad y Justicia, brazo pol¨ªtico de los Hermanos Musulmanes. ¡°Cuando un grupo ve que no se respeta algo tan b¨¢sico como las elecciones puede volverse f¨¢cilmente violento¡±.