La guerra siria arrastra a Morsi
El Ej¨¦rcito egipcio interpret¨® la nueva actitud del presidente sobre el conflicto en Siria como una amenaza a sus propios intereses
El conflicto civil sirio ha sido determinante en el derrocamiento del presidente Mohamed Morsi desde que respald¨® abiertamente la guerra santa contra el r¨¦gimen alau¨ª de Bachar el Asad. La declaraci¨®n dispar¨® las alarmas dentro del Ej¨¦rcito egipcio, que interpret¨® ese apoyo como un mensaje de aliento a los egipcios que decidieran participar de ese conflicto en las filas rebeldes, con el consiguiente riesgo de que esos combatientes pudiesen volver alg¨²n d¨ªa convertidos en un ej¨¦rcito de renovados yihadistas.
Egipto ya tiene a muchos de sus nacionales militando en las filas de Al Qaeda, el mism¨ªsimo jefe Aym¨¢n al Zawahiri es cairota. Y aunque no se sabe con exactitud cu¨¢ntos ciudadanos egipcios est¨¢n combatiendo en las filas rebeldes sirias, diversas fuentes citadas por los medios ¨¢rabes han calculado que unos 2.500. Se cree, adem¨¢s, que tras la entrada de lleno de Hezbol¨¢ en el conflicto, la participaci¨®n de egipcios aument¨® exponencialmente.
La marcha islamista del s¨¢bado 15 de junio fue determinante en el deterioro de las relaciones entre Morsi y el Ej¨¦rcito. Ese d¨ªa, el todav¨ªa presidente egipcio rompi¨® relaciones con Siria, anunciando el cierre de la Embajada de Damasco en El Cairo y retirando al representante diplom¨¢tico egipcio en la capital siria. Ante cerca de 20.000 personas, Morsi se enfrent¨® abiertamente al r¨¦gimen de El Asad, a Hezbol¨¢ y a toda la comunidad chi¨ª. Pidi¨® a la milicia libanesa que se retirara de Siria pero, al mismo tiempo, alent¨® la participaci¨®n extranjera de los sun¨ªes en el conflicto en favor de los rebeldes sirios.
En ese mismo acto, los cl¨¦rigos radicales sun¨ªes que acompa?aron al presidente tildaron de infieles tanto a los chi¨ªes que combat¨ªan en defensa del r¨¦gimen sirio como en general a todos los que negaban su apoyo a Morsi. Un cl¨¦rigo egipcio con residencia en Catar y muy reconocido entre los Hermanos Musulmanes, Yusuf al Qaradaui, lleg¨® a declarar: ¡°C¨®mo pueden 100 millones de chi¨ªes desafiar a 1.700 millones de sun¨ªes¡¡±. Los mensajes sectarios no agradaron al general Abdel Fatah al Sisi ni a ning¨²n miembro del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
El d¨ªa despu¨¦s de la marcha islamista, los militares emitieron un comunicado tan escueto como contundente, en el que especificaban que ¡°el ¨²nico papel del Ej¨¦rcito es el de proteger a Egipto y garantizar su seguridad nacional... El Ej¨¦rcito egipcio no va a interferir en los asuntos internos de otros pa¨ªses y no se dejar¨¢ manipular ni utilizar en los conflictos regionales¡±.
Aunque las relaciones ya no eran las mejores antes de mediados de junio, la posici¨®n adoptada por Morsi con respecto al conflicto sirio fue determinante en el divorcio entre los militares y el presidente derrocado. El Ej¨¦rcito interpret¨® el mensaje de Morsi no solo como una amenaza a la convivencia egipcia, sino tambi¨¦n a sus propios intereses. Los militares, siempre due?os de su destino desde el nacimiento de la Rep¨²blica, recelaron de un Gobierno islamista que impuls¨® una Constituci¨®n que concede al presidente el control de las Fuerzas Armadas egipcias.
La ca¨ªda de Morsi ha insuflado moral al r¨¦gimen sirio. Despu¨¦s de todo, la sangrienta guerra, contra pron¨®stico, se ha llevado por delante al presidente egipcio antes que al sirio. En una entrevista en el diario estatal sirio Ath-Thawra, Bachar el Asad declar¨® que ¡°lo que est¨¢ sucediendo en Egipto es la ca¨ªda de lo que se conoce como el islam pol¨ªtico¡±. ¡°En cualquier parte del mundo, el que utiliza la religi¨®n con fines pol¨ªticos o para beneficiar a unos y no a otros, caer¨¢¡±, sentenci¨® El Asad.
Ir¨¢n, sospechosamente, no ha celebrado con salvas la ca¨ªda del primer presidente electo de Egipto. Morsi no tuvo mejor idea en la hist¨®rica visita que realiz¨® a Teher¨¢n en agosto de 2012 que denunciar al ¡°r¨¦gimen opresor sirio¡± y certificar ¡°que hab¨ªa perdido toda su legitimidad¡±. Lo hizo en su discurso de apertura de la cumbre de Pa¨ªses No Alineados en la capital iran¨ª. ¡°La revoluci¨®n en Egipto fue uno de los pilares de la primavera ¨¢rabe. Comenz¨® unos d¨ªas despu¨¦s que en T¨²nez, fue seguida por Libia y Yemen y m¨¢s tarde por la revoluci¨®n en Siria¡±, se?al¨® Morsi, para insistir en que ¡°nuestra solidaridad en la lucha que llevan adelante los sirios (...) es un deber moral y una necesidad pol¨ªtica y estrat¨¦gica¡±.
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