Las intrigas pol¨ªticas arrastran a Portugal hacia el escenario griego
Las peleas en la coalici¨®n gubernamental dilapidan de golpe el cr¨¦dito del pa¨ªs
El semanario portugu¨¦s S¨¢bado, en su ¨²ltima portada, es conciso y expl¨ªcito: ¡°C¨®mo las peleas y las intrigas entre Passos Coelho y Portas nos pueden dejar al nivel de Grecia¡±. Hay pa¨ªses con una situaci¨®n econ¨®mica tan fr¨¢gil que una crisis de Gobierno es, simplemente, un lujo. Algo as¨ª ocurre en Portugal, v¨ªctima de una convulsi¨®n pol¨ªtica a¨²n en curso que ha convertido esta semana en la sucesi¨®n de d¨ªas m¨¢s surrealista, vertiginosa y desquiciada de los dos ¨²ltimos a?os. Con consecuencias nefastas (y tal vez irreparables) en su futuro financiero. Pedro Passos Coelho es el primer ministro y l¨ªder del partido conservador PSD; Paulo Portas es el (a¨²n) ministro de Asuntos Exteriores y l¨ªder del CDS, tambi¨¦n de centro derecha. Las dos formaciones sustentan el Gobierno y el Parlamento con una coalici¨®n m¨¢s o menos amistosa que desde las ¨²ltimas elecciones, en junio de 2011, ha garantizado estabilidad pol¨ªtica, una virtud que Europa y el FMI, sus acreedores, han alabado siempre.
Todo este cr¨¦dito salt¨® el martes por los aires cuando se hizo p¨²blico que Paulo Portas hab¨ªa decidido dimitir ¡°de forma irrevocable¡±. Lo hac¨ªa s¨®lo 24 horas despu¨¦s de que dimitiera el ministro de Finanzas, V¨ªtor Gaspar. Lo de Gaspar era m¨¢s o menos predecible. Lo de Portas no. Adem¨¢s, pon¨ªa en la cuerda floja al Gobierno. La explosiva noticia de su renuncia pill¨® desprevenido al pa¨ªs entero. Los diputados del partido de Portas quedaron estupefactos. Tambi¨¦n el mism¨ªsimo presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva, cuyo papel es el de ¨²ltimo ¨¢rbitro institucional por encima de partidos. Las relaciones pol¨ªticas y personales entre Passos Coelho y Portas se hab¨ªan envenenado desde hac¨ªa meses. Hay articulistas que afirman que se hablaban muy poco. El ministro de Asuntos Exteriores acusaba al primer ministro de ningunearle a ¨¦l y a su formaci¨®n y aseguraba que hab¨ªa tragado con muchas decisiones con las que no concordaba, sobre todo relativas a subidas de impuestos y recortes que afectaban a pensionistas y jubilados. Con todo, la raz¨®n concreta de la renuncia fue ¡ªseg¨²n un comunicado, ya que Portas no ha dado la cara ante la prensa desde el martes¡ª que no estaba de acuerdo con el nombramiento de la nueva ministra de Finanzas, Maria Luis Albuquerque. Passos Coelho defini¨® el asunto como ¡°divergencias no muy grandes¡±. Muchos otros calificaron la dimisi¨®n de pura cabezoner¨ªa, de una rabieta pol¨ªtica, eso s¨ª, de consecuencias imprevisibles. Portugal qued¨® en estado de choque y Passos Coelho, en una alocuci¨®n solemne televisada a la hora de los telediarios afirm¨® que no aceptaba la renuncia (algo que dej¨® aun m¨¢s asombrados a los ya de por s¨ª asombrados portugueses) y que buscar¨ªa una soluci¨®n al embrollo. El ex primer ministro, ministro de Asuntos Exteriores y fundador del CDS (el partido de Portas), el democristiano Diogo Freitas do Amaral, avis¨®: ¡°Esto es como un culebr¨®n: se sabe c¨®mo empieza pero no como termina¡±.
En efecto. El mi¨¦rcoles, el pa¨ªs se despert¨® con su ministro de Asuntos Exteriores medio dimitido, con el Ejecutivo en suspenso y los mercados en p¨¢nico: la bolsa retrocedi¨®, en una sola jornada negra, tanto como hab¨ªa retrocedido el d¨ªa de la ca¨ªda de Lehman Brothers, en septiembre de 2008. Los intereses del bono portugu¨¦s a diez a?os en el mercado secundario, que tanto hab¨ªa costado recortar punto a punto, recularon de un solo golpe a ¨ªndices de meses atr¨¢s. Regres¨® el fantasma del segundo rescate. Regres¨® el espectro griego, del que los portugueses se hab¨ªan olvidado. Los directores de los peri¨®dicos econ¨®micos portugueses recib¨ªan llamadas urgentes de agentes de fondos de inversi¨®n y de tenedores de deuda portuguesa que les avisaban que estaban vendiendo t¨ªtulos lusos a mansalva y que les preguntaban: "?Pero est¨¢is locos?". Todo lo conseguido en dos a?os a base de duros recortes a la poblaci¨®n, de escamoteo de pagas extras y de brutales subidas de impuestos se volv¨ªan papel mojado debido a las luchas intestinas de los mismos que hab¨ªan decretado esa pol¨ªtica de austeridad a rajatabla. El secretario general del Partido Socialista portugu¨¦s, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, resumi¨®: "Este Gobierno est¨¢ jugando con la vida de los portugueses".
Espoleados por las cr¨ªticas de irresponsabilidad, por la presi¨®n mort¨ªfera de los mercados y de los l¨ªderes europeos y por la certeza de que no hab¨ªa otro remedio, Passos Coelho y Paulo Portas se han forzado a encontrar una soluci¨®n. Desde el martes se han entrevistado cinco veces para hallar la f¨®rmula que salvaguarde la coalici¨®n. Ambas partes se comprometieron este viernes a reunirse el s¨¢bado para cerrar la crisis.
Sea la que sea, el Gobierno saldr¨¢ debilitado, fragilizado, vigilado muy de cerca y de reojo por una troika ya para siempre desconfiada. No ser¨¢ f¨¢cil hallar una salida al l¨ªo. El presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva, exige que el Gobierno resultante incluya a los l¨ªderes de los dos partidos de la coalici¨®n. O sea: o Portas renuncia a todo o vuelve al Gobierno, traicionando su palabra, su propia dimisi¨®n "irrevocable", aunque, en el fondo, nunca aceptada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.