Estados Unidos asegura que no ha tomado partido en Egipto
El portavoz de la Casa Blanca pide ¡°contenci¨®n¡± al Ej¨¦rcito, pero se resiste a suspender la ayuda
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
El Gobierno norteamericano asegura que no est¨¢ apoyando a ninguno de los bandos enfrentados por el poder en Egipto y, al tiempo que ha pedido al Ej¨¦rcito ¡°contenci¨®n¡± en su prop¨®sito de restablecer el orden, ha condenado ¡°el expl¨ªcito llamamiento a la violencia hecho por los Hermanos Musulmanes¡±. Washington insiste en un ¡°r¨¢pido regreso a un Gobierno elegido democr¨¢ticamente¡±, pero no reclama el retorno del depuesto presidente Mohamed Morsi.
Estados Unidos est¨¢ caminando por una l¨ªnea muy delgada en esta crisis, en la que est¨¢ en juego gran parte de su futura influencia en Oriente Pr¨®ximo. La vinculaci¨®n hist¨®rica y profunda de las fuerzas armadas egipcias con el Ej¨¦rcito norteamericano hace dif¨ªcil creer que un movimiento de estas caracter¨ªsticas se haya producido sin el visto bueno del Pent¨¢gono. Al mismo tiempo, por escasas que sean aqu¨ª las simpat¨ªas con el Gobierno isl¨¢mico de Morsi, es complicado para el presidente Barack Obama validar un golpe de Estado.
De hecho, la Administraci¨®n estadounidense a¨²n se resiste a dar esa calificaci¨®n a la intervenci¨®n de los militares egipcios la pasada semana. El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, declar¨® este lunes que el Gobierno est¨¢ valorando cuidadosamente ¡°una situaci¨®n muy compleja y altamente polarizada¡± antes de definirla de forma espec¨ªfica.
La consideraci¨®n de lo ocurrido en El Cairo como un golpe de Estado, obligar¨ªa por ley al presidente Obama a suspender la ayuda a Egipto, que actualmente supera los 1.500 millones de d¨®lares anuales, en su mayor¨ªa destinada a los militares. La resistencia a usar esa expresi¨®n oculta igualmente el deseo de Washington de no aparecer como defensores del presidente depuesto. En ese sentido, Carney record¨® que ¡°muchas decenas de miles de personas en la calle creen que no es un golpe de Estado¡±.
Seg¨²n admiti¨® el portavoz de la Casa Blanca, EE UU est¨¢ ¡°activamente implicado en contactos con todas las partes¡±
En este momento, los intereses de EE UU en Egipto son, por un lado, el de evitar que ese pa¨ªs se convierta en una nueva Siria, lo que dejar¨ªa la regi¨®n en condiciones de absoluto descontrol y al mundo, ante una crisis de formidables proporciones; por otro lado, el de conservar una posici¨®n dominante sea cual sea el desarrollo de los acontecimientos futuros en Egipto.
Para ello, seg¨²n admiti¨® el portavoz de la Casa Blanca, EE UU est¨¢ ¡°activamente implicado en contactos con todas las partes¡± para contener la violencia y conseguir una r¨¢pida transici¨®n hacia un Gobierno civil.
Esos contactos pueden ser interpretados a veces excesivos o pol¨ªticamente intencionados. El diario The New York Times informaba este lunes de que dirigentes de los Hermanos Musulmanes se quejan de haber recibido presiones de EE UU, que podr¨ªan haber comenzado antes de la ejecuci¨®n del golpe de Estado, para que aceptaran su retirada del poder.
Carney no confirm¨® ni desminti¨® esas informaciones, que tampoco han sido ratificadas por otras fuentes, pero insisti¨® en que el Gobierno norteamericano est¨¢ participando en la b¨²squeda de una soluci¨®n negociada que implica a todas las partes actualmente enfrentadas.
Para facilitar ese prop¨®sito, la Casa Blanca record¨® que Obama est¨¢ ¡°profundamente preocupado¡± por la actuaci¨®n militar y ha pedido al Ej¨¦rcito que ponga fin a las detenciones y a la intromisi¨®n en la libre actuaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n. Aunque no se ha reconocido as¨ª, da la impresi¨®n de que ese mensaje ha sido enviado a las fuerzas armadas egipcias directamente por los mandos militares norteamericanos, que en los ¨²ltimos d¨ªas han estado en comunicaci¨®n con sus hom¨®logos en El Cairo.
El ¨²ltimo y m¨¢s decisivo instrumento para influir en los acontecimientos egipcios ser¨ªa el de amenazar con la suspensi¨®n de la ayuda, pero no parece que este pueda ser un paso inmediato. Obama no est¨¢ tampoco bajo una fuerte presi¨®n en casa para hacerlo. Aunque ha recibido algunas cr¨ªticas por no haber sido capaz de anticiparse a esta crisis, el presidente Morsi no tiene precisamente en Washington un gran lobby a su favor, por lo que el Congreso est¨¢, esencialmente, en una actitud de observar los acontecimientos, sin un claro favorito por el que apostar.
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