La ira se apodera del campamento de los partidarios de Morsi
La muerte de 51 islamistas enciende a los acampados en Ciudad Nasser Muchos se han radicalizado tras el incidente. "Quiero morir como m¨¢rtir", dice uno de ellos
La matanza les ha dado a¨²n m¨¢s determinaci¨®n. ¡°Hoy estoy m¨¢s convencido que nunca de que quiero morir como un m¨¢rtir¡±, dijo este martes Al Moataz Abdul Wahad, de 23 a?os, mientras sobre su hombro reposaba un ata¨²d vac¨ªo, cubierto con la bandera de Egipto. Marchaba hacia la mezquita de Raba al Adawiya, centro de la resistencia de los partidarios de Mohamed Morsi, que han acampado all¨ª en protesta contra el golpe de estado de la semana pasada. Junto al suyo hab¨ªa decenas de ata¨²des, simbolizando la muerte de 51 islamistas frente al cuartel de la Guardia Republicana durante el rezo de la madrugada del lunes. ¡°Cualquier d¨ªa ser¨ªa bueno para ser un m¨¢rtir, pero si ocurre en los pr¨®ximos d¨ªas, durante el mes del Ramad¨¢n, ser¨¢ un sacrificio mayor¡±, a?adi¨®.
Es la l¨®gica imperante entre los miles de islamistas acampados en este reducto opuesto al golpe, los generales y el gobierno interino. Para estas personas, el martirio es un honor. Y esta disputa ha dejado de ser solo sobre Morsi. Es, para muchos, una guerra en defensa de los valores del islam. ¡°?Vivimos por el islam! ?Estamos dispuestos a ser m¨¢rtires! ?Los islamistas no somos terroristas, defendemos nuestros valores m¨¢s sagrados!¡±, arengaba en plena calle Mohamed Abel Aziz Farrag, de 55 a?os. ¡°?Nosotros somos la verdadera gente de Egipto! ?Somos los verdaderos due?os del pa¨ªs, no aquellos, vendidos a occidente, al d¨®lar, a Am¨¦rica y a Israel!¡±, gritaba, se?alando hacia la plaza de Tahrir.
El mi¨¦rcoles comienza el mes sagrado del Ramad¨¢n, cuando los fieles musulmanes ayunan hasta la ca¨ªda del sol. Tradicionalmente en Egipto son d¨ªas de celebraci¨®n. Ahora, sin embargo, son jornadas en las que los miembros de los Hermanos Musulmanes se sienten llamados a un deber mayor que ellos mismos y su bienestar. ¡°Muchas son las instancias en las que, durante el mes del Ramad¨¢n, los fieles musulmanes han logrado grandes gestas y luchado contra injusticias¡±, explicaba este martes Ahmed el Nashur, coordinador de la protesta y portavoz de la Alianza Nacional para la Defensa de la Legitimidad, grupo islamista de defensa de Morsi. ¡°Es de esperar que se restituya la legitimidad democr¨¢tica y Morsi vuelva a la presidencia pronto¡±, a?adi¨®.
Por mucho que la plaza de Tahrir celebre, y que el nuevo gobierno interino emita decretos y marque plazos electorales, estas personas est¨¢n determinadas a quedarse en las calles. No van a ser ignoradas, no se marchar¨¢n. Han hecho suyo el lema que los opositores de Morsi corearon al un¨ªsono antes del golpe, el simb¨®lico ¡°erhal¡± en ¨¢rabe, ¡°vete¡±. ¡°Vete, Sisi¡±, gritan, en referencia a Abdel Fatah al Sisi, comandante en jefe del Ej¨¦rcito y art¨ªfice del golpe de estado. El nombre de ese general es anatema para estas personas. Morsi le eligi¨®, dicen, porque era un devoto musulm¨¢n. ¡°Al final era simplemente un general m¨¢s, sediento de poder y comprometido ¨²nicamente con beneficiar a la c¨²pula militar¡±, opinaba este martes Hamza Ali Jaber, de 46 a?os.
Tras la matanza del lunes, en la que la polic¨ªa y las fuerzas armadas cargaron conjuntamente contra los partidarios de Morsi que se concentraban frente al cuartel en que se halla detenido el presidente, estas personas mostraban una ira a duras penas contenida, mucho mayor que en los pasados d¨ªas. ¡°?Intifada!¡±, tronaban este martes los altavoces, las masas, estrictamente divididas entre hombres y mujeres, enfurecidas, agitando banderas y levantando coranes. Un diario islamista, editado por el brazo pol¨ªtico del grupo Gama Islamiya, public¨® este martes en su contraportada las fotos de 15 cad¨¢veres, muchos con disparos en la cara y el cuello, supuestamente fallecidos en el incidente del lunes.
El raciocinio y la paciencia van escaseando en este campamento. Estas personas se sienten arrinconadas, ignoradas por el resto de la ciudadan¨ªa egipcia y acosadas por un ej¨¦rcito que el lunes les advirti¨® de que no pueden seguir acampadas en las calles por mucho m¨¢s tiempo. Les han dado un plazo, el reloj marca la cuenta atr¨¢s y ellas s¨®lo ven sacrificio en el horizonte.
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