Una multitud islamista pide en El Cairo la restituci¨®n de Morsi
Los partidarios de Morsi quieren demostrar su fuerza en las calles El movimiento Tamarod busca presionar al gobierno interino para que cumpla sus promesas Alemania reclama a los militares que liberen al presidente derrocado
¡°No vamos a ning¨²n sitio¡±. Fue uno de los lemas que gritaron el viernes decenas de miles de partidarios del presidente depuesto de Egipto, Mohamed Morsi, quienes se concentraron en las calles de El Cairo con un mensaje claro al Ej¨¦rcito y a quienes ahora controlan el pa¨ªs. No van a participar en el juego pol¨ªtico que el nuevo gobierno ha iniciado. No reconocen a otro presidente que Morsi ni otro gobierno que el de los Hermanos Musulmanes. Con su presencia en las calles quisieron demostrar el viernes al resto de la naci¨®n que no son s¨®lo unos cientos de personas, sino una legi¨®n, que no puede ser ignorada. Har¨¢n lo que est¨¦ en su mano, dijeron, para devolver a Morsi al poder y demostrarle al mundo que los militares les han robado la legitimidad ganada en las urnas.
La multitudinaria concentraci¨®n de el viernes fue en cierto modo una amenaza. Si pueden hacer del pa¨ªs un lugar ingobernable, estos islamistas lo har¨¢n, como hicieron los opositores de Morsi en los meses previos al golpe de Estado. A El Cairo llegaron miles de islamistas de otras regiones del pa¨ªs, a protestar en varios puntos de la capital, como Giza o Ciudad Nasser, donde han acampado los partidarios de los Hermanos Musulmanes. ¡°No a Sisi, s¨ª a Morsi¡±, se le¨ªa en lemas impresos sobre la bandera de Egipto. Abdel Fatah al Sisi es su bestia negra, el general elegido por Morsi como comandante de las fuerzas armadas que orquest¨® el golpe del 3 de julio. ¡°Egipto es islamista, no secular¡±, se escuchaba en un himno que han compuesto partidarios de Morsi en los pasados d¨ªas.
¡°Todas las opciones, absolutamente todas, sigue sobre la mesa¡±, dec¨ªa el viernes Essam el Erian, vicepresidente del partido Libertad y Justicia y uno de los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes. ¡°Estamos muy lejos de ver el final. Pronto veremos c¨®mo las ratas comienzan a abandonar un barco que se hunde¡±, a?adi¨®, en referencia al nuevo Gobierno de transici¨®n. El primer ministro de transici¨®n, Hazem el Beblaui, ha dicho que ofrecer¨¢ puestos ministeriales a l¨ªderes de la hermandad. ¡°Es una oferta sin validez. ?Qui¨¦n eligi¨® a este primer ministro? No las urnas¡±, a?adi¨® El Erian.
Sobre El Erian pende una orden de arresto dictada por la fiscal¨ªa, que le investiga, junto a otros l¨ªderes de la hermandad, por posible incitaci¨®n a la violencia en una carga policial y militar en la que murieron, el lunes pasado, 55 islamistas a las puertas del cuartel de la Guardia Republicana en El Cairo. All¨ª, seg¨²n varios l¨ªderes de la hermandad, sigue detenido Morsi. El viernes, la Casa Blanca, que se ha resistido a calificar lo ocurrido en Egipto de golpe de Estado, pidi¨® p¨²blicamente a los militares que liberen al expresidente.
En la mezquita de Raba al Adawiya de Ciudad Nasser, centro en el que se han refugiado los Hermanos Musulmanes, se ve¨ªa, sobre todo, confusi¨®n. Hab¨ªa manifestantes, como Moahmed Abdel Aziz Farrag, de 55 a?os, que clamaban por el islam y la guerra santa. ¡°Los musulmanes debemos defender el islam. Y estamos aqu¨ª reunidos por el islam, con la voluntad y la disposici¨®n, si es necesario y dios as¨ª lo quiere, de ser m¨¢rtires¡±, dijo. Otros, como Islam Monem, de 42 a?os, hablaban de desobediencia civil y pacifismo. ¡°Esto no tiene s¨®lo que ver con Morsi, los Hermanos Musulmanes o el islam. Tiene que ver con que hayan dado un golpe de estado, con las urnas y la democracia¡±, explic¨®.
El viernes qued¨® claro que hay dos Egiptos que no se hablan y no se entienden entre ellos. El movimiento juvenil Tamarod (en ¨¢rabe, Reb¨¦late), que convoc¨® las marchas antes del golpe a las que acudieron al menos 17 millones de personas, invit¨® anoche a sus simpatizantes a romper el ayuno del primer viernes Ramad¨¢n con grandes concentraciones de apoyo a la deposici¨®n de Morsi. Como muestra de que muchos egipcios ya miran al futuro y anhelan recuperar la normalidad, s¨®lo lograron reunir a unos pocos miles de personas en la plaza de Tahrir. Con Morsi depuesto, muchos creen que poco hay que exigir.
No todos los miembros de Tamarrod piensan as¨ª. ¡°Hicimos caer a Mubarak. Morsi nos pareci¨® cosa f¨¢cil, y aqu¨ª presionaremos al nuevo gobierno y a los militares hasta que haya democracia plena¡±, dijo Mohamed Nabwi, de 29 a?os, uno de los fundadores de Tamarod. En suma: quieren seguir sacando m¨²sculo hasta que de verdad haya elecciones y un nuevo gobierno acceda al poder. ¡°Hasta entonces estaremos en las calles¡±.
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