El n¨²mero dos del Senado italiano llama ¡°orangut¨¢n¡± a una ministra
La titular de Integraci¨®n, de origen congole?o, concentra los ataques de los racistas
Desde que fue nombrada ministra de Integraci¨®n en el Gobierno de Enrico Letta, la doctora C¨¦cile Kyenge, nacida en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo hace 48 a?os, se ha convertido en el objetivo principal de los racistas, que en Italia encuentran frecuente cobijo en la Liga Norte, el partido xen¨®fobo que sostuvo los ¨²ltimos gobiernos de Silvio Berlusconi. Pero el ¨²ltimo ataque es a¨²n m¨¢s grave, pues proviene del exministro Roberto Calderoli, actual vicepresidente del Senado, quien durante un mitin compar¨® a la ministra con ¡°un orangut¨¢n¡±. Por el momento, el rechazo institucional no ha ido m¨¢s all¨¢ de los consabidos mensajes en las redes sociales.
El primer ministro, Enrico Letta, se limit¨® a publicar un comunicado que resumi¨® as¨ª en Twitter: ¡°Adelante C¨¦cile con tu trabajo. Estamos contigo. Inaceptables las palabras de Calderoli¡±. La cuesti¨®n ahora es saber si Roberto Calderoli podr¨¢ seguir disfrutando de su esca?o como vicepresidente del Senado, porque, lejos de pedir perd¨®n, justific¨® sus palabras. Dijo que solo se hab¨ªa tratado de ¡°una broma simp¨¢tica¡±, de ¡°una cr¨ªtica pol¨ªtica¡±. No se sabe si es peor el insulto o la justificaci¨®n, porque las palabras que el senador Calderoli pronunci¨® durante un acto p¨²blico en Treviglio, cerca de Mil¨¢n, no dejan lugar a dudas: ¡°Me encantan los animales, los osos, los lobos, como todo el mundo sabe, pero cuando la miro me viene a la cabeza un orangut¨¢n¡±.
Delante de unos 1.500 simpatizantes de la Liga Norte que, como era de prever, le rieron la ocurrencia, el dirigente racista se vino arriba: ¡°Kyenge ser¨ªa una ministra estupenda, pero en el Congo, en su casa. Su carrera de ministra en Italia fomenta la inmigraci¨®n ilegal, porque provoca que los inmigrantes sue?en con Am¨¦rica¡¡±. Calderoli, de 57 a?os, es cirujano maxilofacial y fue ministro de Simplificaci¨®n Administrativa desde 2008 y 2011, durante el ¨²ltimo gobierno de Silvio Berlusconi. Pero, ya en 2006, tuvo que dimitir de su cargo de ministro de Reformas Institucionales ¡ªtambi¨¦n con Berlusconi¡ª tras aparecer en la televisi¨®n p¨²blica con una camiseta con una caricatura de Mahoma y decir que Italia hab¨ªa vencido a Francia en el Mundial porque sus jugadores eran italianos, y no ¡°negros, musulmanes o comunistas¡±. Un dechado de virtudes democr¨¢ticas que, sin embargo, sigue ostentando el esca?o de senador ante la complacencia ¨Ctuits aparte¡ª de la clase pol¨ªtica italiana.
La ministra C¨¦cile Kyenge, que est¨¢ demostrando un aguante infinito ante las continuas referencias a su origen ¡ª¡°soy negra, no de color¡±, suele decir¡ª, se ha limitado a responder: ¡°Siento pena al escuchar estas palabras. Deber¨ªa utilizar su visibilidad para transmitir mensajes constructivos¡±. El problema es que los mensajes de Calderoli, lejos de ser instructivos, vuelven a cojear de la misma pata: el racismo y la xenofobia que afloran cada dos por tres entre dirigentes y simpatizantes de la Liga Norte. Hace un par de meses, el eurodiputado Mario Borghezio dijo que Kyenge, oculista de profesi¨®n, ¡°estar¨ªa mejor de criada que de ministra¡±, y unos d¨ªas despu¨¦s, Dolores Valandro, una consejera municipal de la Liga Norte en Padua, escribi¨® en su p¨¢gina de Facebook a ra¨ªz de una violaci¨®n supuestamente cometida por j¨®venes negros: ¡°?Pero no hay nadie que no la viole a ella , al menos para que pueda entender qu¨¦ siente la v¨ªctima de un delito infame? ?Verg¨¹enza!¡±.
La cuesti¨®n ahora es saber si los partidos y las instituciones italianas siguen considerando los insultos racistas como un gaje del dif¨ªcil oficio de ser negro en Italia o, por el contrario, toman medidas serias, de una vez, contra los que siembran el racismo y la intolerancia.
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