La hija de la ministra Kyenge: ¡°El racismo es pura ignorancia¡±
El presidente del Senado, Roberto Calderoli, de la Liga Norte ha comparado a la ministra con un orangut¨¢n
Giulia, la hija menor de la ministra italiana C¨¦cile Kyenge, lo tiene claro: "El racismo es pura ignorancia". Su madre, titular de la cartera de Integraci¨®n en el Gobierno de Enrico Letta, es objetivo frecuente de los ataques racistas de la Liga Norte. El ¨²ltimo y m¨¢s sonado ha sido protagonizado por Roberto Calderoli, actual vicepresidente del Senado y dos veces ministro en los ¨²ltimos gobiernos de Silvio Berlusconi. El pasado s¨¢bado, durante un mitin en Treviglio, Calderoli se refiri¨® as¨ª a la ministra negra: "Cuando la miro me viene a la cabeza un orangut¨¢n". En una entrevista que trasciende ahora, grabada la pasada semana durante unas jornadas mundiales contra el racismo, Giulia env¨ªa un mensaje muy claro a los intolerantes: "No se¨¢is ofensivos. Vivid en paz. Leed mucho, viajad mucho y tal vez un d¨ªa descubr¨¢is que el racismo es in¨²til".
A punto de cumplir 18 a?os, Giulia, nacida en M¨®dena de padre calabr¨¦s y madre congole?a, cursa el pen¨²ltimo a?o de instituto. Su objetivo es seguir los pasos de su madre y estudiar Medicina --la ministra Kyenge es oculista--, no sin antes pasar una temporada en el extranjero para aprender idiomas. Cuenta que ha ido dos veces de vacaciones a la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, que se sinti¨® bien, pero que su casa ahora es Italia. "Cuando veo a alg¨²n negro por la calle siento como si fuese mi hermano. Siento un particular afecto por la comunidad africana".
Desde que fue nombrada hace cuatro meses ministra de Integraci¨®n, C¨¦cile Kyenge, de 48 a?os, ha sufrido ataques continuos del sector m¨¢s intolerante de la Liga Norte. Los insultos del senador Roberto Calderoli --"est¨¢ bien que sea ministra, pero en su casa, en el Congo"-- no son ni los primeros ni los ¨²ltimos. Porque el verdadero problema no son ya las bravuconadas espor¨¢dicas de los xen¨®fobos declarados --Calderoli es un conocido reincidente--, sino la debilidad de las instituciones italianas ante tales atentados a la convivencia. El ¨²ltimo ejemplo fue protagonizado el lunes por el propio primer ministro italiano. Enrico Letta exigi¨® a Roberto Maroni, l¨ªder de la Liga Norte y presidente de Lombard¨ªa, que zanjara de una vez los ataques, pero Maroni lo desafi¨® abiertamente. No solo protegiendo a su senador, sino recordando que en septiembre su partido lanzar¨¢ una gran campa?a contra la inmigraci¨®n ilegal y el derecho de los hijos de inmigrantes nacidos en Italia de obtener la ciudadan¨ªa.
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