Al l¨ªmite de la locura
M¨¢s de 3.000 presos se encuentran recluidos en unidades especiales de seguridad en California en condiciones estremecedoras
Durante los 16 a?os que Joe Simpson ¨Cnombre ficticio- estuvo recluido en una unidad de aislamiento de Pelican Bay State Prison, el ¨²nico ser vivo con el que tuvo contacto era una rana. Joe hab¨ªa encontrado al animal en el peque?o patio de ejercicios que se le permit¨ªa usar de vez en cuando y, durante meses, estuvo recogiendo bichos para alimentarla. Pero cuando decidi¨® declararse en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de reclusi¨®n, los guardias se llevaron a la rana.
Esta historia que suena a ficci¨®n, a la dureza met¨¢lica de las c¨¢rceles, es real y la cuenta Amnist¨ªa Internacional, la organizaci¨®n de defensa de los derechos humanos que lleva muchos a?os denunciando ¡°la terrible situaci¨®n de los presos de California sometidos a aislamiento¡±.
Joe est¨¢ entre los 25.000 presos que, seg¨²n c¨¢lculos de Amnist¨ªa, permanecen recluidos en centros de aislamiento de m¨¢xima seguridad en al menos 44 estados del pa¨ªs y en el sistema penitenciario federal.
De ellos, m¨¢s de 3000 se encuentran en California, soportando condiciones de reclusi¨®n, calificadas de ¡°estremecedoras¡± por la organizaci¨®n. Ning¨²n otro estado del pa¨ªs mantiene periodos de confinamiento tan prolongados que pueden extenderse hasta m¨¢s de 20 a?os.
Son precisamente los presos de una de las c¨¢rceles m¨¢s duras de California, los de Pelican Bay, en la frontera con Oreg¨®n, los que el 8 de junio iniciaban una huelga de hambre para protestar por su situaci¨®n. Una revuelta masiva que durante, los primeros d¨ªas fue seguida por 30.000 presos de todo el estado y que en estos momentos, seg¨²n fuentes del Departamento de Prisiones y Rehabilitaci¨®n de California, suma 2.500.
Expertos de Amnist¨ªa Internacional que han visitado Pelican Bay, aseguran que los presos permanecen hasta 22 horas y media al d¨ªa encerrados en celdas de dimensiones inferiores a ocho metros cuadrados, sin ventanas y con escaso acceso a la luz natural y al aire fresco.
Durante una hora y media se les permite hacer ejercicio en un patio de hormig¨®n vac¨ªo, con muros de siete metros de altura y s¨®lo una franja de cielo visible a trav¨¦s de un techo de pl¨¢stico.
Los programas de rehabilitaci¨®n no existen, no hay actividades de grupo y el contacto humano est¨¢ muy restringido. El ¨²nico v¨ªnculo que la mayor¨ªa mantiene con el exterior es a trav¨¦s de cartas. Algunos internos llevan m¨¢s de diez a?os sin recibir visitas de los familiares, y cuando las tienen es a trav¨¦s de una pantalla de cristal.
Urge reformar las c¨¢rceles
Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, ¡°es urgente llevar a cabo una gran reforma que ponga fin a los m¨®dulos inhumanos de las prisiones de m¨¢xima seguridad¡±.
¡°El Departamento de Prisiones y Rehabilitaci¨®n de California no ha realizado las reformas prometidas hace un a?o. Dijeron que iban a facilitar a los presos la salida del aislamiento, pero s¨®lo se ha sacado de los m¨®dulos a unos pocos, y la mayor¨ªa de los casos ni tan siquiera se han revisado a¨²n¡±, explica ?ngela Wright, experta de Amnist¨ªa Internacional en las prisiones de m¨¢xima seguridad.
¡°M¨¢s que mejorar, en realidad las condiciones han empeorado considerablemente. Ahora tambi¨¦n los guardias hacen controles de celda cada 30 minutos, incluso por la noche. Estos presos est¨¢n ya recluidos en condiciones atroces e inhumanas, y los nuevos controles nocturnos parecen una medida punitiva que podr¨ªa dar lugar a privaci¨®n grave del sue?o¡±, denuncia Wright.
Seg¨²n la ONU, ¡°la reclusi¨®n en r¨¦gimen de aislamiento, incluso durante un periodo limitado de quince d¨ªas , puede causar graves da?os psicol¨®gicos. Los Estados deben aislar a los presos s¨®lo en circunstancias excepcionales y durante el menor tiempo posible¡±.
Hace dos a?os hubo una huelga de presos, iniciada tambi¨¦n en Pelican Bay y que se extendi¨® a prisiones de todo el estado. La protesta dur¨® 20 d¨ªas y fue seguida por 6000 presos. Las reivindicaciones eran las mismas que en esta ocasi¨®n, fundamentalmente poner un l¨ªmite de cinco a?os a los confinamientos en solitario y mejorar las condiciones en las que est¨¢n los presos (ropa, comida, llamadas telef¨®nicas y programas de rehabilitaci¨®n y educaci¨®n).
¡°En noviembre de 2012, el Departamento de Prisiones y Rehabilitaci¨®n de California hizo cambios en los criterios utilizados para asignar a los reclusos a los m¨®dulos y estableci¨® un ¡°programa gradual¡± de reincorporaci¨®n para permitir a los presos ganarse la salida del asilamiento. Sin embargo, incluso una vez autorizados los presos a iniciar el programa, contin¨²an recluidos en r¨¦gimen de aislamiento f¨ªsico y social durante al menos los dos primeros a?os.La mayor¨ªa de los reclusos de los m¨®dulos de aislamiento ni siquiera han sido admitidos a¨²n en el ¡°programa gradual¡± de reincorporaci¨®n¡±, se?ala Amnist¨ªa Internacional.
C¨¢rceles como la de Pelican Bay se construyeron en la d¨¦cada de 1980 durante un brusco aumento de la poblaci¨®n penitenciaria en Estados Unidos, y con California en la vanguardia de las iniciativas para endurecer las penas.
El argumento de las autoridades para justificar su construcci¨®n era que el aislamiento de los presos m¨¢s peligrosos permitir¨ªa mantener en condiciones m¨¢s seguras al resto de la poblaci¨®n penitenciaria. Sin embargo, la realidad es, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, que ¡°muchos internos que terminan en estas unidades tienen alguna enfermedad mental o problemas de comportamiento y en ocasiones se les encierra por reiteradas infracciones del reglamento leves y conducta conflictiva¡±.
Los efectos a largo plazo sobre la salud f¨ªsica y mental son devastadores. En muchos casos, acaban en suicidio. El 42% de los suicidios cometidos en c¨¢rceles de California entre el 2006 y 2010 se cometieron en unidades especiales de seguridad, seg¨²n datos oficiales.
Violaci¨®n de los derechos humanos
El Center for Constitutional Rights (Centro para los Derechos Constitucionales), al igual que Amnist¨ªa Internacional y los obispos cat¨®licos de California, ha mostrado su apoyo a la huelga de hambre de los presos, al mismo tiempo que urge al Departamento de Prisiones de California ¡°a considerar las reivindicaciones de los reclusos y terminar con la tortura y el castigo extremo que supone el confinamiento por tiempo indefinido¡±.
¡°M¨¢s de quince d¨ªas en aislamiento solitario viola los derechos humanos¡±, argumentan, asumiendo el mismo criterio que Naciones Unidas.
Sin embargo, el gobierno del dem¨®crata Jerry Brown no parece darse por aludido, o por lo menos no todo lo deprisa que debiera. Le quedan cinco meses y medio de margen, hasta finales de a?o, para cumplir con el objetivo de reducir al 137,7% la capacidad de las prisiones de California. Ello significa que actualmente sus c¨¢rceles encierran 9000 prisioneros m¨¢s que los requeridos por el Tribunal Supremo para combatir la saturaci¨®n y las malas condiciones que aquejan a los presos. Y a ello se suma ahora la huelga de hambre.
Jules Lobel, el presidente del Center for Constitutional Rights, critica que ¡°el Estado no ha mostrado ninguna voluntad de cambiar, incluso cuando el Tribunal Supremo se lo est¨¢ ordenando. Han decidido continuar con el sistema que existe hoy en d¨ªa lo m¨¢s intacto posible¡±.
Muestra de ello es la explicaci¨®n del comisario de prisiones de California, Jeffrey Beard, a la huelga de hambre: ¡°Es simplemente un signo de lo poderosas que son las bandas criminales en las prisiones. La huelga est¨¢ liderada por unos cuantos cabecillas de las bandas que tienen enorme control sobre el resto. Nada fuera de lo com¨²n¡±.
Tanto ¨¦l como el Gobernador Brown creen firmemente que California ha mejorado las condiciones de los presos y en modo alguno est¨¢n de acuerdo con las continuas demandas del Tribunal Supremo. Mientras los presos est¨¢n al l¨ªmite, en una situaci¨®n desesperada.
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