Lula bendice las manifestaciones de protesta y pide la renovaci¨®n del PT
El expresidente de Brasil asume que su partido necesita cambios Matiza que las recientes manifestaciones sociales son una muestra de evoluci¨®n democr¨¢tica
El expresidente de Brasil, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, ha roto su silencio acerca de las protestas ciudadanas que afectaron a todo el pa¨ªs el pasado mes de junio. En un art¨ªculo publicado en el diario The New York Times, Lula atribuye las manifestaciones no a un ¡°rechazo de la pol¨ªtica¡± sino a ¡°una mayor participaci¨®n popular en la democracia brasile?a¡± y pide una ¡°renovaci¨®n¡± en el Partido de los Trabajadores.
¡°Las manifestaciones son en gran parte resultado de ¨¦xitos pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales¡±, escribe. Para ¨¦l, entre las principales reivindicaciones de los j¨®venes en la calle, figura la necesidad de ¡°instituciones pol¨ªticas m¨¢s transparentes¡±. Lula se refiere a los padres de familias pobres que hoy, por primera vez pueden disfrutar de ¡°coche propio¡± y ¡°viajar en avi¨®n¡±, quieren para sus hijos una vida mejor que la que ellos tuvieron antes de dejar el planeta de la miseria.
Se trata de la primera ocasi¨®n en la que Lula se pronuncia sobre el tsunami pol¨ªtico que est¨¢ agitando al pa¨ªs y que ha puesto en alarma al gobierno y al Congreso. El silencio del mandatario hab¨ªa dado ocasi¨®n incluso a rumores sobre su estado de salud y fue roto este mi¨¦rcoles en un art¨ªculo titulado ¡°El mensaje de la juventud brasile?a¡±.
El exsindicalista, que posee un gran olfato pol¨ªtico y que no ha podido dejar de entender la gravedad del despertar del gigante Brasil, ha bendecido el movimiento de protesta y ha pedido al mismo tiempo al Partido de los Trabajadores (PT) -que ¡°yo ayud¨¦ a fundar¡±, asegura -, necesita de una ¡°renovaci¨®n profunda¡±.
La lectura que hace Lula de la crisis evela toda su sagacia de estadista. Afirma que es justo que los j¨®venes que no vivieron una dictadura ni una inflaci¨®n de tres cifras ¡°quieran m¨¢s¡±. A aquellos que, al analizar las manifestaciones de protesta, han insistido en que la calle ¡°rechaza a los pol¨ªticos y a su carga de corrupci¨®n¡±, les responde que es al rev¨¦s: las protestas no han sido causadas por un ¡°rechazo de la pol¨ªtica¡± sino por el deseo de una ¡°mayor participaci¨®n popular en la democracia brasile?a¡±
Lula sabe sin embargo, que las cr¨ªticas de la calle a los partidos tradicionales ha sido duras e implacables y han denunciado el divorcio que existe entre ¡°el poder y la sociedad¡±. Por ello, no ha dejado de pedir una ¡°profunda renovaci¨®n¡± para el partido que ¨¦l fundara (PT) y que, como ha subrayado, ¡°ha contribuido tanto a la modernizaci¨®n y la democratizaci¨®n de la pol¨ªtica en Brasil¡±.
El expresidente pide al partido que lo llev¨® primero a ¨¦l a la Presidencia de la Rep¨²blica y despu¨¦s a su sucesora, Dilma Rousseff, y que acab¨® arrastrado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, que ¡°recupere sus v¨ªnculos diarios con los movimientos sociales¡±, y que sea capaz de ¡°ofrecer nuevas soluciones para los nuevos problemas¡± que vive el pa¨ªs.
Lula, indiscutible referencia pol¨ªtica en el pa¨ªs, hace una advertencia a su partido: todo eso debe hacerlo, escribe ¡°sin tratar a los j¨®venes de forma paternalista¡±. El expresidente, al mismo tiempo que ofrece legitimidad a las reivindicaciones de la calle, recuerda con sentido pragm¨¢tico que ser¨¢ ¡°imposible responder r¨¢pidamente a las reivindicaciones de los j¨®venes¡±, haciendo una cr¨ªtica velada a la urgencia de las peticiones perentorias y concretas de la sociedad.
Una parte de su partido, preocupado por la ca¨ªda vertiginosa de la presidenta Dilma -ha perdido m¨¢s de 40 puntos de consenso desde el inicio de las manifestaciones de protesta hasta hoy-, sigue pensando en Lula como carta de repuesto, si la situaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica siguieran empeorando. ?l, sin embargo,seg¨²n sus m¨¢s ¨ªntimos, sigue rechazando dicha hip¨®tesis.
Diversas informaciones adelantaron adem¨¢s que Lula ha comunicado a quienes tem¨ªan por una reca¨ªda en el c¨¢ncer de laringe que lo afligi¨® y del que los m¨¦dicos dijeron que estaba curado, que ¨¦l ¡°est¨¢ 110% bien¡±.
A Lula le sobra intuici¨®n pol¨ªtica y sabe muy bien que despu¨¦s de la crisis que est¨¢ viviendo el pa¨ªs, su popularidad a prueba de fuego hasta ayer, podr¨ªa estar hoy tambi¨¦n da?ada. Mejor, pues, seguir apoyando a Dilma hasta el final.
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