Francisco se opone a la legalizaci¨®n de las drogas y clama contra el narco
El Papa inicia su agenda oficial en Brasil con una misa en el santuario de Aparecida
En un hospital de R¨ªo de Janeiro (Brasil) dedicado al tratamiento de las drogodependencias, ¡°un santuario particular del sufrimiento humano¡±, el papa Francisco reclam¨® un ¡°acto de valor de la sociedad¡± contra ¡°la plaga del narcotr¨¢fico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte¡±. Jorge Mario Bergoglio se mostr¨® contrario a la legalizaci¨®n: ¡°No es la liberalizaci¨®n del consumo de drogas, como se est¨¢ discutiendo en varias partes de Am¨¦rica Latina, lo que podr¨¢ reducir la propagaci¨®n y la influencia de la dependencia qu¨ªmica. Es preciso afrontar los problemas que est¨¢n en la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los j¨®venes en los valores que construyen la vida com¨²n, acompa?ando a los necesitados y dando esperanza en el futuro¡±.
Por la ma?ana, rez¨® a Mar¨ªa. Por la tarde, se meti¨® en los charcos. La personalidad de Jorge Mario Bergoglio sali¨® a relucir al afrontar un tema especialmente controvertido, un debate encendido entre quienes ¡ªcomo el presidente de Guatemala, Otto P¨¦rez Molina, o algunos exmandatarios latinoamericanos¡ª defienden que la legalizaci¨®n ser¨ªa un medio eficaz para debilitar las mafias y quienes, por el contrario, se oponen de forma frontal. El Papa dijo: ¡°Hay muchas situaciones en Brasil, en el mundo, que necesitan atenci¨®n, cuidado, amor, como la lucha contra la dependencia qu¨ªmica. Sin embargo, lo que prevalece con frecuencia en nuestra sociedad es el ego¨ªsmo. ?Cu¨¢ntos mercaderes de muerte que siguen la l¨®gica del poder y el dinero a toda costa!¡±.
Seg¨²n el papa argentino, hay que tender la mano a quien ha ca¨ªdo en ¡°el abismo de la dependencia".
Delante de algunos muchachos afectados por la adicci¨®n a las drogas, Francisco dijo que quer¨ªa abrazarlos a todos, pero que ¡°abrazar no es suficiente¡±. Seg¨²n el papa argentino, hay que tender la mano a quien ha ca¨ªdo en ¡°el abismo de la dependencia, tal vez sin saber c¨®mo, y decirle: puedes levantarte, puedes remontar, te costar¨¢, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres¡±.
Una vez m¨¢s, el papa Francisco no da puntada sin hilo. Su primera jornada oficial ¡ªel martes lo dedic¨® a reuniones de trabajo con los obispos a los que ha encargado la reforma del Vaticano¡ª estuvo cargada de simbolismo. Antes de visitar el hospital San Francisco de As¨ªs de R¨ªo de Janeiro, presidi¨® la misa en el santuario de Aparecida, patrona de Brasil. Una jornada, por tanto, dividida entre la oraci¨®n y el trabajo a favor de los desfavorecidos. Desde el centro de la devoci¨®n mariana ¡ªdonde se venera una peque?a virgen negra que seg¨²n la leyenda fue encontrada en el siglo XVIII por unos pescadores¡ª a las periferias del mundo, llenas de sufrimiento.
Hace seis a?os, un cardenal argentino lider¨® en el santuario de la virgen de Aparecida la redacci¨®n de un documento que pretend¨ªa devolver la Iglesia a la senda de Cristo, despoj¨¢ndola de los oropeles del poder y acerc¨¢ndola a la gente. El llamado documento de Aparecida dice, entre otras cosas, que ¡°la Iglesia debe liberarse de todas las estructuras caducas que no favorecen la transmisi¨®n de la fe¡± y anima a los obispos a ser servidores del pueblo y no al contrario. A trav¨¦s de aquellas ideas reformistas, aquel obispo argentino se convirti¨®, tras la renuncia de Benedicto XVI, en el papa Francisco y ahora ha querido que su primer acto religioso dentro de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) sea precisamente aqu¨ª. ¡°El cristiano no puede ser pesimista¡±, advirti¨® Jorge Mario Bergoglio durante la homil¨ªa, ¡°no puede tener aspecto de quien est¨¢ de luto perpetuo¡±.
Durante la homil¨ªa, Jorge Mario Bergoglio desarroll¨® una de las bases del documento de Aparecida: la Iglesia debe afrontar los retos del mundo moderno de forma positiva, sin miedo, dejando atr¨¢s la amenaza constante del infierno y el fuego eterno. ¡°Nunca perdamos la esperanza. Jam¨¢s la apaguemos en nuestro coraz¨®n. El drag¨®n, el mal, existe en nuestra historia, pero no es el m¨¢s fuerte. El m¨¢s fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza. Es cierto que hoy en d¨ªa, todos un poco, y tambi¨¦n nuestros j¨®venes, sienten la sugesti¨®n de tantos ¨ªdolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el ¨¦xito, el dinero, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el coraz¨®n de muchos una sensaci¨®n de soledad y vac¨ªo, y lleva a la b¨²squeda de compensaciones, de estos ¨ªdolos pasajeros. Seamos luces de esperanza. Tengamos una visi¨®n positiva de la realidad¡±.
Al principio de la homil¨ªa, que ley¨® en portugu¨¦s, Francisco confi¨® a los fieles una an¨¦cdota muy querida. En 2007, durante la redacci¨®n del documento de Aparecida, los obispos que participaban en la V Conferencia General del Episcopado de Am¨¦rica Latina y el Caribe trabajaron en una sala situada bajo el santuario, oyendo los pasos y los rezos de los peregrinos. ¡°Los obispos¡±, explic¨®, ¡°se sintieron alentados, acompa?ados y en cierto sentido inspirados por los miles de peregrinos que acud¨ªan cada d¨ªa a confiar su vida a la Virgen; aquella Conferencia fue un gran momento de la Iglesia¡±.
Se podr¨ªa decir que aquel fue el momento en que Jorge Mario Bergoglio empez¨® a caminar hacia la silla de Pedro. Los obispos llegados de toda Am¨¦rica vieron la forma de trabajar del entonces cardenal de Buenos Aires. El documento no se constru¨ªa a partir de un texto base ¡ªconfeccionado desde las alturas¡ª sino de las propuestas de cada uno. La obsesi¨®n de Bergoglio era sacar a la Iglesia del ambiente viciado de las sacrist¨ªas, de los lujos del Vaticano a las necesidades de la gente corriente. Aquel documento contiene frases que poseen una m¨²sica y una letra muy parecida, por no decir id¨¦ntica, a los mensajes que Bergoglio lanza un d¨ªa y otro tambi¨¦n desde que fue elegido Papa y que se resumen en un par de frases pronunciadas en la homil¨ªa: ¡°Los j¨®venes no solo necesitan cosas. Necesitan sobre todo que les propongamos los valores inmateriales que son el coraz¨®n espiritual de un pueblo: espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegr¨ªa; son valores que encuentran sus ra¨ªces m¨¢s profundas en la fe cristiana¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.