Francisco critica la ¡°incoherencia¡± de la Iglesia
El Papa acelera la beatificaci¨®n de monse?or Romero, asesinado en 1980
El papa Francisco sigue tirando a dar. Delante de cientos de miles de j¨®venes reunidos en la playa de Copacabana para la celebraci¨®n del V¨ªa Crucis, Jorge Mario Bergoglio ha dicho que Jes¨²s entiende a aquellos que, hartos de la corrupci¨®n de los gobernantes y del caminar err¨¢tico de la Iglesia, han perdido la confianza en la pol¨ªtica y hasta la fe en Dios. Tanto los discursos del papa argentino como su participaci¨®n en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ¨Cal mediod¨ªa se reuni¨® con un grupo de muchachos presos¡ª siguen teniendo un marcado car¨¢cter social, que concuerda con la noticia conocida hoy: desde que se sent¨® en la silla de Pedro, Bergoglio est¨¢ haciendo todo lo posible por acelerar la canonizaci¨®n de ¡°la voz de los sin voz¡±, el arzobispo salvadore?o ?scar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 en San Salvador mientras oficiaba misa en la capilla del hospital oncol¨®gico de la Divina Providencia.
¡°Con la cruz¡±, ha explicado el Papa a los j¨®venes, ¡°Jes¨²s se une al silencio de las v¨ªctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con ella, Jes¨²s se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la p¨¦rdida de sus hijos, o que sufren al verlos v¨ªctimas de para¨ªsos artificiales como la droga; con ella, Jes¨²s se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que cada d¨ªa tira toneladas de alimentos; con ella, Jes¨²s se une a quien es perseguido por su religi¨®n, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en ella, Jes¨²s se une a tantos j¨®venes que han perdido su confianza en las instituciones pol¨ªticas porque ven ego¨ªsmo y corrupci¨®n, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio¡±.
La otra noticia llega de Roma, pero encuentra su raz¨®n de ser aqu¨ª, escuchando al papa Francisco pedir justicia social para los j¨®venes y los viejos, para los detenidos y las v¨ªctimas de la droga, para los desheredados de las favelas de R¨ªo de Janeiro. Jorge Mario Bergoglio est¨¢ decidido a beatificar lo antes posible a monse?or Romero. Las ¨²ltimas palabras del arzobispo salvadore?o ¨Csan Romero de Am¨¦rica para quienes han mantenido encendidas las brasas de su memoria¡ª todav¨ªa ponen los pelos de punta en el peque?o pa¨ªs centroamericano: ¡°Los militares est¨¢n matando a sus mismos hermanos campesinos. Ning¨²n soldado tiene que obedecer la orden de matar. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, les suplico, les ruego, les ordeno que cese la represi¨®n¡±. Un certero disparo ¨Catribuido a los escuadrones de la muerte que dirig¨ªa el mayor Roberto D¡¯Aubuisson- le destroz¨® el coraz¨®n justo en el momento de alzar el c¨¢liz.
Ya exist¨ªan indicios bien fundados de que, nada m¨¢s llegar a la silla de Pedro, el papa Francisco se hab¨ªa interesado por acelerar la causa de beatificaci¨®n de monse?or Romero, presentada en 1990 por la Iglesia salvadore?a y aceptada por la Congregaci¨®n para la Causa de los Santos en 1997. Pero ahora ha sido nada m¨¢s y nada menos que el arzobispo Gerhard Ludwig M¨¹ller, prefecto de la Congregaci¨®n de la Doctrina de la Fe ¨Cla antigua Santa Inquisici¨®n-, quien ha anunciado que ¡°el proceso va mucho m¨¢s r¨¢pido¡± por el impulso de Jorge Mario Bergoglio. En una entrevista con el diario italiano La Stampa, el arzobispo M¨¹ller dice que ¡°el sem¨¢foro verde¡± para la beatificaci¨®n de monse?or Romero se encendi¨® durante el papado de Benedicto XVI, pero que ha sido el papa Francisco quien ha dado un gran espaldarazo a la causa: ¡°Considero a ?scar Arnulfo Romero un gran testigo de la fe y de la sed de justicia social. Su testimonio se expresaba en las homil¨ªas en las que hablaba de las tr¨¢gicas condiciones de vida que entonces sufr¨ªa su pueblo¡±.
Tras una de aquellas homil¨ªas, su voz fue silenciada de un disparo. Todo lo que ¨¦l tem¨ªa y denunciaba se cumpli¨® sobradamente. Tras su muerte, llegaron los largos a?os de la sangrienta guerra civil (1980-1992) y m¨¢s tarde los gobiernos hegem¨®nicos del derechista partido Arena -fundado precisamente por el mayor D¡¯Aubuisson-. Hasta 2009, ya con la izquierda del presidente Mauricio Funes en el poder, el Gobierno salvadore?o no empez¨® a honrar su memoria. La misma noche de la victoria, Funes levant¨® en volandas el recuerdo de quien fue llamado ¡°la voz de los sin voz¡± diciendo: ¡°?l dijo que la Iglesia ten¨ªa una opci¨®n preferencial para los pobres¡±. Unas semanas despu¨¦s, el Gobierno salvadore?o reconoci¨® oficialmente la responsabilidad del Estado en el asesinato del arzobispo, nacido en 1917, y se comprometi¨® ante la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos a iniciar una investigaci¨®n completa para ¡°identificar, juzgar y sancionar¡± a los autores.
Nada m¨¢s ser elegido Papa, Jorge Mario Bergoglio dijo: ¡°C¨®mo me gustar¨ªa una Iglesia pobre y para los pobres¡±. Hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, monse?or Romero ya dec¨ªa: ¡°La misi¨®n de la Iglesia es identificarse con los pobres¡±. Su decisi¨®n no hace m¨¢s que darle coherencia a su papado y esperanza a quienes todav¨ªa siguen luchando por la justicia social en Am¨¦rica Latina.
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