Las protestas agitan los pa¨ªses m¨¢s pujantes de Latinoam¨¦rica
Tras Chile y Brasil, Per¨² vive nuevas movilizaciones de j¨®venes de clase media
Despu¨¦s de Panam¨¢, cuyo PBI creci¨® 10,7% el a?o pasado, Per¨² es considerado la estrella macroecon¨®mica de Am¨¦rica Latina, con un incremento de 6,3% en 2012 y doce a?os de crecimiento sostenido desde 2001. Desempe?os macroecon¨®micos similares tienen Chile, con un 5,6% de expansi¨®n del PBI en 2012, y Brasil, para el que la CEPAL proyecta un 2,5% de expansi¨®n de su econom¨ªa este a?o. Adem¨¢s, Brasil tiene el mejor clima de negocios en Latinoam¨¦rica, seg¨²n la Fundaci¨®n Getulio Vargas, y Chile y Per¨² ocupan el tercer y cuarto lugar en el ¨ªndice de clima econ¨®mico de ese think tank brasile?o. Sin embargo, los tres pa¨ªses con econom¨ªas resistentes a las crisis mundiales enfrentan hoy las mayores protestas ciudadanas de j¨®venes de clase media, quienes exigen que la democracia sea algo m¨¢s que elecciones peri¨®dicas.
En Chile, las movilizaciones estallaron en 2011 en demanda de reformas al sistema educativo chileno pues, a partir del modelo econ¨®mico establecido durante el gobierno de Augusto Pinochet, el Estado deleg¨® gran parte de la ense?anza al sector privado. En Brasil, la revoluci¨®n de los 20 centavos, de junio, surgi¨® para detener un alza en el costo del pasaje del transporte p¨²blico, pero se transform¨® de inmediato en un reclamo masivo contra la corrupci¨®n y la suciedad en la pol¨ªtica. ¡°Vem para rua¡± (ven a la calle), ¡°It's not 20 cents¡± (No es por los 20 centavos), eran algunos de los carteles que miles de j¨®venes de clase media sub¨ªan a las redes sociales y mostraban en las principales ciudades del gigante sudamericano.
En Per¨², ha habido ya tres fechas de protesta desde el 17-J, cuando el Congreso eligi¨® a personas muy cuestionadas como magistrados del Tribunal Constitucional y nuevo Defensor del Pueblo, mediante un pacto pol¨ªtico bautizado popularmente como la repartija. Seg¨²n los analistas, hay similitud entre las protestas de los tres pa¨ªses, los lemas y expresiones de los j¨®venes tambi¨¦n lo demuestran, pero en el caso peruano el rechazo a una clase pol¨ªtica no representativa, no institucional y novata es un componente distinto a Chile y Brasil. ¡°Es el mismo grupo social el que se moviliza en estos pa¨ªses. La diferencia es la magnitud: en Brasil la clase media formal es mucho m¨¢s grande, el 35% del PBI de Brasil es de quienes pagan impuestos, en cambio ese porcentaje en Per¨² es del 15%. En Brasil, las personas usan los servicios del Estado en educaci¨®n, salud y transporte, en cambio en el Per¨² hay un d¨¦ficit en esos servicios¡±, se?al¨® el polit¨®logo peruano Carlos Mel¨¦ndez.
¡°La movilizaci¨®n de Per¨² se parece m¨¢s a Chile porque no hay recesi¨®n econ¨®mica, pero s¨ª una demanda en calidad de servicios, aunque Chile ofrece otra magnitud de servicios. Ambos pa¨ªses no tienen los indicadores detenidos como en Brasil¡±, agreg¨®.
El psic¨®logo social Ricardo Cuenca explic¨® el descontento general de los j¨®venes peruanos que salieron a las calles el 17-J, 22-J y el 27-J. ¡°No creen a las instituciones porque ven un l¨ªmite a la democracia representativa, creen que tienen que expresarse ellos con su voz porque los elegidos no los representan. Y hay algo parad¨®jico, les parece bien no ser un grupo uniforme, institucionalizado, el que exige institucionalidad en la pol¨ªtica¡±. Cuenca realiza actualmente una investigaci¨®n sobre los congresistas, y encontr¨® que del total de 130, 84 trabajaban antes en una empresa privada y, de ellos, al menos 64 no formaban parte de un partido pol¨ªtico antes de ser electos.
¡°La pol¨ªtica no va a cambiar si nosotros no la cambiamos¡±, dijo Cristina Valega, presidenta de la Federaci¨®n de Estudiantes de la Universidad Cat¨®lica, en una intervenci¨®n ciudadana en el centro de Lima. Su demanda de cambio se debe a los p¨¦simos indicadores de la pol¨ªtica peruana. El ¨ªndice de capacidad legislativa es bajo, como los de Guatemala y Honduras; ocupa el puesto 109 de 133 en independencia judicial (seg¨²n el World Economic Forum), el nivel de confianza en el Congreso peruano es de 14% y es el m¨¢s bajo de Am¨¦rica Latina, donde el promedio es de 34%. Y seg¨²n el Latinobar¨®metro, la satisfacci¨®n con la democracia es en Per¨² diez puntos menor al promedio en Am¨¦rica Latina.
¡°La calidad institucional y la confianza p¨²blica est¨¢n en el piso¡±, coment¨® el polit¨®logo Steve Levitsky esta semana, luego de hacer notar que la clase pol¨ªtica peruana es inexistente porque casi no hay pol¨ªticos de carrera ni de partidos pol¨ªticos, sino ¡°clubes de pol¨ªticos¡± que se juntan cada vez que hay campa?a electoral. Tambi¨¦n Levitsky ha hecho notar que el transfuguismo pol¨ªtico en Per¨², ir¨®nicamente, se ha institucionalizado.
Mel¨¦ndez sostiene que estas son las primeras movilizaciones ¡°por la calidad de la democracia¡±, y que pese a ser peque?as, comparadas con la de Brasil o las sostenidas en el tiempo en Chile, ¡°terminan siendo magnificadas por la calidad de la clase pol¨ªtica¡±. ¡°Si el Parlamento y el Gobierno son d¨¦biles, una flashmob [movilizaci¨®n instant¨¢nea] puede generar portadas de peri¨®dicos, los que protestan tienen acceso a medios de comunicaci¨®n, y eso, en un pa¨ªs donde no hay l¨ªderes pol¨ªticos ni experiencia pol¨ªtica, termina siendo un recurso. El gobierno a veces decide influido por periodicazos o flashmobs¡±, a?ade.
Durante el gobierno de Alejandro Toledo se acu?¨® en Per¨² la idea de que los logros del crecimiento chorrear¨ªan beneficios para todos. Las protestas ciudadanas evidencian que aunque progrese la econom¨ªa, los derechos y la pol¨ªtica se estancan o retroceden y los ciudadanos no est¨¢n dispuestos a tolerarlo, especialmente, los j¨®venes, los universitarios, la clase media y los peque?os colectivos de izquierda activos.
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