¡°?Qui¨¦n soy yo para juzgar a los gais?¡±
Francisco se somete durante una hora y 20 minutos a las preguntas de los periodistas en el vuelo de regreso de R¨ªo de Janeiro Habla de la corrupci¨®n en el Vaticano, del papel de la mujer, de su relaci¨®n con Benedicto XVI y de la actitud de la Iglesia ante las nuevas familias
La grabadora se detiene en el minuto 84. Durante todo ese tiempo, el papa Francisco, de 76 a?os, ha contestado de pie las 20 preguntas que le han formulado los 75 periodistas de 14 pa¨ªses que lo acompa?an en el Airbus A330 de Alitalia que lo lleva de regreso a Roma desde R¨ªo de Janeiro, donde ha presidido la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Ni Jorge Mario Bergoglio ni su portavoz, el padre Federico Lombardi, han pactado ninguna pregunta ni establecido ninguna l¨ªnea roja. El papa argentino, que confiesa estar bastante cansado pero muy feliz por la acogida de Brasil ¡ª¡°es un pueblo amable, que ama la fiesta, que siempre encuentra un hueco en el sufrimiento para hacer el bien¡±¡ª, habla sin rodeos de la corrupci¨®n en el banco del Vaticano, de la detenci¨®n de monse?or Nunzio Scarano ¡ª¡°no ha ido a la c¨¢rcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda¡±¡ª, de la necesidad de una teolog¨ªa de la mujer en la Iglesia cat¨®lica, de los gais ¡ª¡°?Qui¨¦n soy yo para juzgarlos?¡±¡ª y hasta de su relaci¨®n con Joseph Ratzinger: ¡°La ¨²ltima vez que hubo dos papas no se hablaban entre ellos, se peleaban para ver qui¨¦n era el verdadero. Yo quiero mucho a Benedicto XVI. Es como tener al abuelo en casa¡±.
Se refiere por propia iniciativa a los problemas de seguridad surgidos a su llegada a R¨ªo de Janeiro: ¡°Se ha hablado de la seguridad por aqu¨ª y por all¨ª. No ha habido ni un incidente. Todo era espont¨¢neo. Gracias a que ten¨ªa menos seguridad, he podido estar con la gente, abrazarles, saludarles, sin coches blindados. La seguridad es fiarse de un pueblo. Siempre existe el peligro de que un loco haga algo, pero la verdadera locura es poner un espacio blindado entre el obispo y el pueblo. Prefiero el riesgo a esa locura. La cercan¨ªa nos hace bien a todos¡±.
Pregunta. En estos cuatro meses de pontificado ha creado varias comisiones para reformar la Curia vaticana. ?Qu¨¦ tipo de reforma tiene en mente? ?Contempla la posibilidad de suprimir el IOR, el llamado banco del Vaticano?
La parte econ¨®mica pensaba tratarla el a?o que viene, porque no es lo m¨¢s importante que hay que tocar. Sin embargo, la agenda se cambi¨® debido a unas circunstancias que ustedes conocen [los esc¨¢ndalos en el banco del Vaticano], que son de dominio p¨²blico y que hab¨ªa que enfrentar. Estas cosas suceden en el oficio de gobierno.¡±
Respuesta. Todo procede de dos vertientes. La primera es que estoy reformando aquello que los cardenales dijeron que se ten¨ªa que reformar durante las congregaciones generales [las reuniones preparatorias del c¨®nclave]. Yo me acuerdo de que ped¨ªa muchas cosas, pensando que ser¨ªa otro el que las tendr¨ªa que hacer¡ La segunda vertiente es la oportunidad. La parte econ¨®mica pensaba tratarla el a?o que viene, porque no es lo m¨¢s importante que hay que tocar. Sin embargo, la agenda se cambi¨® debido a unas circunstancias que ustedes conocen [los esc¨¢ndalos en el banco del Vaticano], que son de dominio p¨²blico y que hab¨ªa que enfrentar. Estas cosas suceden en el oficio de gobierno. Uno va por un lado pero le patean un golazo por la parte de all¨¢ y lo tiene que atajar, ?no es cierto? La vida es as¨ª y eso es lo lindo de la vida. No s¨¦ c¨®mo terminar¨¢ el IOR. Algunos dicen que tal vez es mejor que sea un banco, otros que es mejor que sea un fondo de ayuda, otros dicen que hay que cerrarlo. Se escuchan estas voces. Yo no s¨¦, me f¨ªo del trabajo de las personas que est¨¢n trabajando en el asunto. En cualquier caso, las caracter¨ªsticas del IOR ¡ªsea un banco, un fondo o lo que sea¡ª deben ser la transparencia y la honestidad.
P. Usted dijo que hay personas santas en la Curia y otras que no lo son tanto. ?Ha encontrado resistencia a su deseo de cambiar las cosas en el Vaticano?
R. Yo no he visto resistencia. Aunque es verdad que todav¨ªa no he hecho tantas cosas. Lo que s¨ª he encontrado es ayuda y gente leal. Por ejemplo, a m¨ª me gusta cuando una persona me dice: ¡°Yo no estoy de acuerdo¡±, y esto lo he encontrado. ¡°Yo esto no lo veo, no estoy de acuerdo, yo se lo digo y luego haga lo que quiera¡±. Alguien que te dice eso es un verdadero colaborador, y eso lo he encontrado. Pero esos que te dicen: ¡°Ay, qu¨¦ bonito, qu¨¦ bonito, qu¨¦ bonito¡±, y luego dicen lo contrario en otra parte, todav¨ªa no me he dado cuenta. Quiz¨¢s hay alguno, pero no me he dado cuenta de estas resistencias. En cuatro meses no se pueden encontrar muchas. En cuanto a si hay santos¡ Hay santos de verdad. Cardenales, sacerdotes, obispos, monjas, laicos¡ Es gente que reza, que trabaja mucho y que tambi¨¦n va, a escondidas, al encuentro de los pobres¡ Aunque tambi¨¦n hay alguno que no es tan santo. Y esos son los que hacen m¨¢s ruido. Ya sab¨¦is que hace m¨¢s ruido un ¨¢rbol que cae que un bosque que crece. Y me duelen esas cosas. Hay algunos que dan esc¨¢ndalo. Tenemos este monse?or en prisi¨®n [Nunzio Scarano, acusado de manejar grandes cantidades de dinero negro], y no ha ido a la c¨¢rcel porque se pareciera precisamente a la beata Imelda¡ No era un santo. Son esc¨¢ndalos y hacen da?o.
P. Usted no ha hablado todav¨ªa sobre el aborto ni sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. En Brasil se ha aprobado una ley que ampl¨ªa el derecho al aborto y otra que contempla los matrimonios entre personas del mismo sexo. ?Por qu¨¦ no ha hablado sobre eso?
R. La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso, como tampoco habl¨¦ sobre la estafa, la mentira u otras cosas sobre las cuales la Iglesia tiene una doctrina clara. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Adem¨¢s, los j¨®venes saben perfectamente cu¨¢l es la postura de la Iglesia.
P. ?Pero cu¨¢l es su postura en esos temas?
R. La de la Iglesia, soy hijo de la Iglesia.
P. Cuando se ha reunido con los j¨®venes argentinos, les ha dicho que a veces se siente enjaulado. ?A qu¨¦ se refer¨ªa exactamente?
R. ?Usted sabe la de veces que he tenido ganas de pasear por las calles de Roma? Porque a m¨ª me gusta andar por las calles, ?me gustaba tanto! Y en ese sentido me siento un poco enjaulado. Pero debo decir que los de la Gendarmer¨ªa vaticana son buenos, son realmente buenos y yo les estoy agradecido. Ahora me dejan hacer algunas cuantas cosas m¨¢s, pero es su deber garantizar la seguridad. Enjaulado en ese sentido de que a m¨ª me gusta andar por la calle, pero entiendo que no es posible. Lo entiendo. Lo dije en ese sentido. Porque, como decimos en Buenos Aires, yo era un cura callejero. Por cierto, creo que es hora de servir la cena, ?no ten¨¦is hambre?
Yo quiero mucho a Benedicto XVI. Es como tener al abuelo en casa. Pero el abuelo sabio. En una familia el abuelo est¨¢ en casa, es venerado, es amado, es escuchado¡±
P. No. ?Est¨¢ usted cansado?
R. No estoy casado, yo soy single [soltero, bromea el Papa].
P. Ha dado la vuelta al mundo una fotograf¨ªa de cuando partimos de Roma: usted subiendo la escalerilla del avi¨®n llevando un malet¨ªn negro. Ha habido hip¨®tesis sobre el contenido del malet¨ªn. ?Por qu¨¦ lo llevaba usted y no un colaborador? ?Qu¨¦ hab¨ªa dentro?
R. ?De verdad que ha llamado la atenci¨®n eso? No guardaba dentro la llave de la bomba at¨®mica. Llevaba el malet¨ªn porque siempre lo he hecho. Dentro llevo la cuchilla de afeitar, el breviario, la agenda, un libro para leer... Ahora llevo uno sobre santa Teresita, de la que soy devoto. Es normal que lleve un malet¨ªn cuando viajo. Debemos ser normales. Debemos habituarnos a ser normales. La normalidad de la vida.
P. Usted vive de un modo muy austero en la residencia de Santa Marta, ?quiere que sus colaboradores, tambi¨¦n los cardenales, sigan este ejemplo?
R. El apartamento pontificio no es tan lujoso, es amplio y grande, pero no lujoso. Pero yo no puedo vivir solo o con un peque?o grupito. Necesito a la gente, encontrarme con la gente, hablar con la gente. Por eso, cuando los chicos de las escuelas jesuitas me preguntaron que si era por austeridad o por pobreza, les dije que no, que es por motivos psiqui¨¢tricos, porque psicol¨®gicamente no puedo vivir solo. Cada uno debe llevar adelante su vida con su modo de vivir y de ser. Los cardenales que trabajan en la Curia no viven como ricos o fastuosos. La austeridad, una austeridad general, creo que es necesaria para todos los que trabajamos en el servicio de la Iglesia. Hay muchas tonalidades de austeridad, cada uno debe de buscar su camino.
P. Hace unas semanas, a un ni?o que le pregunt¨® si hab¨ªa deseado ser Papa, le respondi¨® que hab¨ªa que estar loco para querer algo as¨ª. ?Le gusta ser Papa? ?Es feliz si¨¦ndolo? ?Ha acrecentado su fe o por el contrario ha tenido alguna duda?
R. Hacer el trabajo de obispo es una cosa bonita, es bonito. El problema es cuando uno busca ese trabajo, eso ya no es tan bonito, eso no es del Se?or. Pero cuando el Se?or llama a un sacerdote a convertirse en obispo eso es bonito. Existe siempre el peligro de creerse un poco superior a los otros, un poco pr¨ªncipe¡ Son peligros y pecados. Pero el trabajo de obispo es bonito, es ayudar a los hermanos a avanzar. El obispo delante de los fieles para se?alar el camino, el obispo en medio de los fieles para ayudar a la comuni¨®n, el obispo detr¨¢s de los fieles porque los fieles con frecuencia tienen el olfato de la calle. S¨ª, me gusta ser obispo. En Buenos Aires fui muy feliz. Como obispo, como sacerdote¡
P. ?Y ser Papa tambi¨¦n le gusta?
R. S¨ª, tambi¨¦n. Cuando el Se?or te pone ah¨ª, si t¨² haces lo que el Se?or te pide, eres feliz. Eso es lo que siento.
P. ?C¨®mo debe ser la participaci¨®n de las mujeres en la Iglesia? ?Qu¨¦ piensa de la ordenaci¨®n de las mujeres?
R. Como dije a los obispos, sobre la participaci¨®n de las mujeres en la Iglesia no nos podemos limitar a las mujeres monaguillo, a la presidenta de C¨¢ritas, a la catequista¡ Tiene que haber algo m¨¢s, hay que hacer una profunda teolog¨ªa de la mujer. En cuanto a la ordenaci¨®n de las mujeres, la Iglesia ha hablado y dice no. Lo dijo Juan Pablo II, pero con una formulaci¨®n definitiva. Esa puerta est¨¢ cerrada. Pero sobre esto quiero decirles algo: la Virgen Mar¨ªa era m¨¢s importante que los ap¨®stoles y que los obispos y que los di¨¢conos y los sacerdotes. La mujer en la Iglesia es m¨¢s importante que los obispos y que los curas. ?C¨®mo? Esto es lo que debemos tratar de explicitar mejor. Creo que falta una explicitaci¨®n teol¨®gica sobre esto.
P. En cuanto al acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, ?existe la posibilidad de que algo cambie en la disciplina de la Iglesia y que estos sacramentos sean una ocasi¨®n de acercar a estas personas y no una barrera?
R. La Iglesia es madre, debe ir a curar a los heridos con misericordia. Si el Se?or no se cansa de perdonar, nosotros no tenemos otra elecci¨®n que esa. Primero de todo, curar a los heridos. La Iglesia es mam¨¢. Debe ir en este camino de la misericordia, encontrar una misericordia para todos. Pienso que, cuando el hijo pr¨®digo volvi¨® a casa, el pap¨¢ no le dijo: ¡°?Qui¨¦n sos? ?Qu¨¦ hiciste con el dinero?¡±. No, hizo una fiesta. Quiz¨¢s luego, cuando el hijo quiso hablar, habl¨®. Pero el padre no solo esper¨®, fue a encontrarlo. Esto es misericordia, esto es kair¨®s. En cuanto al problema de la comuni¨®n a las personas en segunda uni¨®n ¡ªporque los divorciados s¨ª pueden hacer la comuni¨®n¡ª, creo que esto es necesario mirarlo en la totalidad de la pastoral matrimonial.
P. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con Benedicto XVI? ?Tienen contactos frecuentes? ?Le ayuda?
El informe Vatileaks es un problema, pero cuando lo vi, no me asust¨¦¡±
R. La ¨²ltima vez que hubo dos papas o tres papas no se hablaban entre ellos, se estaban peleando a ver qui¨¦n era el verdadero. Tres lleg¨® a haber durante el Cisma de Occidente. Hay algo que califica mi relaci¨®n con Benedicto: yo lo quiero mucho. Siempre lo quise mucho, para m¨ª es un hombre de Dios, es un hombre humilde, que reza. Yo fui muy feliz cuando fue electo Papa. Tambi¨¦n cuando ¨¦l renunci¨® para m¨ª fue un ejemplo de un grande, un hombre de Dios, un hombre de oraci¨®n. ?l ahora vive en el Vaticano y algunos me dicen: ¡°?Pero c¨®mo se puede hacer esto, dos papas en el Vaticano? Pero ?no te molesta, ¨¦l no te hace la revoluci¨®n en contra?¡±. Todas esas cosas que dicen, ?no? Pero yo encontr¨¦ una frase para esto: es como tener al abuelo en casa, pero el abuelo sabio. En una familia el abuelo est¨¢ en casa, es venerado, es amado, es escuchado. ?l es un hombre de una prudencia exquisita, no se mete. Yo le digo muchas veces: ¡°Santidad, haga su vida, venga con nosotros¡±. Para m¨ª, es como tener el abuelo en casa, es mi pap¨¢. Si yo tuviera una dificultad o tengo algo que no he entendido, puedo llamarlo. Y cuando fui para hablar de ese problema grande de Vatileaks ¨¦l me lo cont¨® todo con simplicidad. Adem¨¢s, no s¨¦ si saben, pero cuando nos habl¨® en el discurso de despedida, el 28 de febrero, dijo: ¡°Entre ustedes est¨¢ el pr¨®ximo Papa y yo prometo obediencia¡±. Es un grande.
P. ?Se asust¨® cuando vio el informe Vatileaks?
R. No. Les voy a contar una an¨¦cdota sobre el informe Vatileaks. Cuando fui a ver al papa Benedicto despu¨¦s de mi elecci¨®n, tras rezar en la capilla [de Castel Gandolfo] nos reunimos en el estudio y hab¨ªa una caja grande y un sobre. Benedicto me dijo: en esta caja grande est¨¢n todas las declaraciones que han prestado los testigos. Y el resumen y las conclusiones finales est¨¢n en este sobre. Y aqu¨ª se dice tal tal tal¡ ?Lo ten¨ªa todo en la cabeza! Pero no, no me he asustado. Es un problema grande, pero no me he asustado.
P. La historia de monse?or Battista Ricca [nombrado por el Papa para controlar el banco del Vaticano y en el centro de una pol¨¦mica por un supuesto pasado de esc¨¢ndalos sexuales] ha dado la vuelta al mundo. Quer¨ªamos saber c¨®mo va a afrontar este asunto y todos los relacionados con el supuesto lobby gay en el Vaticano.
La mujer en la Iglesia no debe ser solo monaguillo o catequista, pero la ordenaci¨®n femenina es una puerta cerrada¡±
R. Con respecto a monse?or Ricca, he hecho lo que el derecho can¨®nico manda hacer, que es una investigaci¨®n previa. Y esta investigaci¨®n no se corresponde con lo que se ha publicado. No hemos encontrado nada. Pero yo querr¨ªa a?adir una cosa sobre esto. Yo pienso que muchas veces en la Iglesia ¡ªcon relaci¨®n a este caso o con otros¡ª, se va a buscar los pecados de juventud. Y se publican. No los delitos, los delitos son otra cosa. Los abusos de menores son delitos. Me refiero a los pecados. Pero si una persona ¡ªlaico, cura o monja¡ª comete un pecado y luego se arrepiente, el Se?or la perdona. Y cuando el Se?or perdona, olvida. Y esto para nuestra vida es importante. Cuando confesamos, el se?or perdona y olvida. Y nosotros no tenemos derecho a no olvidar. Luego usted hablaba del lobby gay. Se escribe mucho del lobby gay. Todav¨ªa no me he encontrado con ninguno que me d¨¦ el carn¨¦ de identidad en el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se encuentra con una persona as¨ª, debe distinguir entre el hecho de ser una persona gay y el hecho de hacer lobby, porque ning¨²n lobby es bueno. Si una persona es gay y busca al Se?or y tiene buena voluntad, ?qui¨¦n soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia cat¨®lica lo explica de forma muy bella. Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby. De esta tendencia o el lobby de los avaros, de los pol¨ªticos, de los masones... Tantos lobbies¡ Este el problema m¨¢s grande.
Despu¨¦s de responder a esta cuesti¨®n, sin duda la m¨¢s complicada, la ¨²ltima despu¨¦s de una hora y 20 minutos de conversaci¨®n, Jorge Bergoglio mira a la periodista que lo ha puesto en el brete y le dice con una amplia sonrisa: ¡°Le agradezco tanto que me haya hecho esta pregunta. Muchas gracias. Gracias a todos¡±.
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