Rebeli¨®n de monjes en el Monte Athos
Un grupo de cl¨¦rigos enfrentados al Patriarcado de Constantinopla lanzan piedras y c¨®cteles molotov a la polic¨ªa griega cuando esta intentaba desalojarlos de su monasterio
Demasiada testosterona junta. O demasiado fanatismo, tambi¨¦n. En la rep¨²blica mon¨¢stica del Monte Athos, que proh¨ªbe la entrada de las mujeres y toda clase de bestias hembras, los ¨¢nimos est¨¢n tan inflamados que algunos de sus habitantes han remedado estos d¨ªas escenas a medio camino entre una revuelta antisistema y el movimiento okupa: unidades antidisturbios y una turba vestida de negro y armada con palos, una lluvia de piedras contra la polic¨ªa y el lanzamiento de alg¨²n que otro c¨®ctel molotov al procurador que el lunes intent¨® ejecutar el desahucio del monasterio de Esfigmenu, habitado por un centenar de monjes herejes. Estos lo niegan, pero hay im¨¢genes de uno de ellos, con cara de pocos amigos, arrojando por una ventana una botella con l¨ªquido inflamable y un trapo en llamas. Los cabecillas de la revuelta son una veintena, atrincherados en el monasterio y en dependencias administrativas de Kary¨¦s, capital del Monte Athos.
Construido en el siglo XI y hoy en estado semirruinoso, Esfigmenu, uno de los 20 monasterios que salpican el monte Sagrado (Ayion Oros, el nombre en griego de esa pen¨ªnsula, al noreste del pa¨ªs), se ha convertido en los ¨²ltimos 50 a?os en basti¨®n de la ortodoxia m¨¢s recalcitrante y por eso ha sido declarado cism¨¢tico por el patriarcado ecum¨¦nico de Constantinopla (Estambul, en civil). Todo arranc¨® con el encuentro del papa Pablo VI y el patriarca Aten¨¢goras en 1964, el primero de los primados de ambas iglesias en nueve siglos, y la revocaci¨®n, un a?o despu¨¦s, de los decretos de excomuni¨®n mutua; ya entonces el recinto de Esfigmenu se llen¨® de banderas negras con el lema ¡°Ortodoxia o muerte¡±, que hoy vuelven a flamear como si la vida, y la propia pervivencia del grupo, les fuera en ello. Si este oto?o, como est¨¢ previsto, el papa Francisco visita a su hom¨®logo oriental, Bartolomeo I, y ambos vuelven a orar juntos para conmemorar el encuentro de sus predecesores, la ira de estos talibanes de Bizancio volver¨¢ a desatarse: Esfigmenu no perdonar¨¢ a Bartolomeo una nueva traici¨®n a su ortodoxia.
En 2002 Bartolomeo, bajo cuya jurisdicci¨®n eclesi¨¢stica se halla la rep¨²blica mon¨¢stica ¡ªcon el Estado griego mantiene una relaci¨®n formal, a trav¨¦s del Ministerio de Exteriores, pero es territorio aut¨®nomo¡ª, orden¨® el desalojo de la actual comunidad y su sustituci¨®n por otra fiel a sus dictados, que para m¨¢s inri aguarda el momento de la mudanza en un edificio contiguo al okupado. Pero no fue hasta el mes pasado, cuando un tribunal civil dio la raz¨®n al Patriarcado de Constantinopla y oblig¨® a los rebeldes a acatar la orden de desalojo, cuando se desat¨® la tensi¨®n. Seg¨²n los monjes de Esfigmenu, liderados por el archimandrita Metodios, el patriarca ha prohibido que reciban v¨ªveres o medicinas ¡ªque lograr¨ªan de contrabando¡ª e incluso el suministro de agua al recinto para forzarles a abandonar el lugar.
El monasterio de Esfigmenu, uno de los 20 que hay en el Monte Athos, rechaza la apertura del patriarca Bartolomeo hacia Roma
El Gran Cisma de 1054, el momento en que el catolicismo y la ortodoxia se bifurcaron, y que Pablo VI y Aten¨¢goras resta?aron hace medio siglo, puede quedarse en nada si persiste la rebeli¨®n de Esfigmenu, que adem¨¢s aguarda como si fuera man¨¢ del cielo una ayuda de la Uni¨®n Europea de 500.000 euros para restaurar sus instalaciones.
Pero no es este el ¨²nico quebradero de cabeza que la ortodoxia da a Grecia. A finales de 2011, el abad del monasterio de Vatopedi, ubicado tambi¨¦n en el Monte Athos, termin¨® en la c¨¢rcel ateniense de Korydal¨®s acusado de corrupci¨®n y malversaci¨®n por el intercambio fraudulento de tierras r¨²sticas de la comunidad, sin valor alguno, por valiosos inmuebles del Estado griego, una operaci¨®n valorada en 100 millones de euros y que en su d¨ªa asest¨® la puntilla al Gobierno conservador de Kostas Karamanl¨ªs. Ni las quejas del mism¨ªsimo Vlad¨ªmir Putin ¡ªRusia mantiene estrechos lazos ortodoxos con Grecia; la Iglesia griega incluso acude a la feria de turismo de Mosc¨²¡ª lograron evitar la encarcelaci¨®n preventiva del abad Efra¨ªm, pese al ruidoso coro de groupies ¡ªreligiosos y alg¨²n que otro grupo de rock con h¨¢bitos¡ª que se manifest¨® en su apoyo a las puertas del penal.
Algunos analistas no dudan en hacer a la Iglesia responsable de la crisis por el macroesc¨¢ndado de Vatopedi, ep¨ªtome de la corrupci¨®n que lastra a Grecia. Mientras, los rebeldes, apoyados por un grupo de amigos desde Estados Unidos, cuelgan en su p¨¢gina web el memorial de agravios bajo un lema parpadeante y fosforito: "?Asediados! ?Perseguidos!".
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