¡°Ahora, esta locura de la guerra se extiende otra vez por el mundo¡±
Londres ensay¨® en 1983 el mensaje que Isabel II deb¨ªa leer si estallaba la III Guerra Mundial
En un ejercicio algo macabro de previsi¨®n anglosajona, el Gobierno brit¨¢nico ensay¨® hace 30 a?os el mensaje a la naci¨®n que Isabel II tendr¨ªa que haber le¨ªdo si estallaba la III Guerra Mundial. Era solo un ejercicio te¨®rico, que formaba parte de los trabajos del llamado Comit¨¦ Wintex-Cimex (83), elaborado por el Home Office y los servicios secretos y que ha sido hecho p¨²blico por los Archivos Nacionales brit¨¢nicos dentro del paquete de documentos desclasificados tras pasar 30 a?os hibernando.
El texto, sin membrete, con fecha de 4 de marzo de 1983 y con los ep¨ªgrafes ¡°Secreto¡± y ¡°Ejercicio¡±, lleva el encabezamiento ¡°Texto del mensaje a la naci¨®n retransmitido por Su Majestad la Reina a mediod¨ªa del viernes 4 de marzo de 1983¡±. ¡°Cuando os habl¨¦ por ¨²ltima vez, hace menos de tres meses, est¨¢bamos todos disfrutando de la cordialidad y la hermandad de una Navidad familiar¡±, arranca el texto. ¡°Los horrores de la guerra no pod¨ªan parecer m¨¢s remotos mientras mi familia y yo compart¨ªamos el regocijo navide?o con la creciente familia de la Commonwealth¡±, a?ade, poniendo en evidencia las incertidumbres de la guerra fr¨ªa, una ¨¦poca en la que el conflicto entre el Este y el Oeste era siempre una posibilidad en el horizonte que nadie pensaba que alg¨²n d¨ªa pod¨ªa derivar en una nueva guerra mundial.
¡°Ahora, esa locura de la guerra se extiende otra vez por el mundo y nuestro valiente pa¨ªs debe prepararse una vez m¨¢s para sobrevivir ante un gran conflicto¡±, contin¨²a el texto. ¡°Todos sabemos que los peligros a los que nos enfrentamos hoy son mucho m¨¢s grandes que en ning¨²n otro momento en nuestra historia¡±, prosigue, en alusi¨®n a las armas nucleares. ¡°El enemigo ya no es el soldado con su rifle y ni siquiera el aviador merodeando por el cielo encima de nuestras ciudades y poblaciones, sino el mort¨ªfero poder del abuso de la tecnolog¨ªa¡±, concreta el mensaje.
Lejos del ardor y la confianza desplegados por Winston Churchill al llamar a la resistencia contra los nazis, el tono del mensaje elegido en ese momento hist¨®rico es m¨¢s de calma y resignaci¨®n ante lo que se tem¨ªa que pod¨ªa ser un bombardeo nuclear de efectos devastadores para la poblaci¨®n civil y cuya ¨²nica respuesta hubiera sido provocar el mismo efecto da?ino entre la poblaci¨®n civil del enemigo. Esa era, a fin de cuentas, la esencia de la pol¨ªtica de disuasi¨®n nuclear: no aprietes el bot¨®n rojo porque todos saldremos perdiendo.
En esa l¨ªnea, Isabel II hubiera a?adido: ¡°El mensaje que os transmito es muy simple. Ayudad a los que no pueden ayudarse a si mismos, dad consuelo al que est¨¢ solo y sin hogar y dejad que vuestra familia se convierta en foco de esperanza y vida para aquellos que lo necesiten¡±. ¡°Mientras nos esforzamos juntos para combatir al nuevo demonio, dejadnos rezar por nuestro pa¨ªs y por los hombres de buena voluntad all¨ª donde est¨¦n. Que Dios os bendiga a todos¡±, concluye el mensaje que, afortunadamente, Isabel II nunca ha tenido que leer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.