La justicia mexicana fracasa ante uno de los asesinatos m¨¢s sonados
Cinco a?os despu¨¦s del secuestro y la muerte de Fernando Mart¨ª, de 14 a?os, no hay ning¨²n condenado
La voz de un padre roto por el dolor sell¨® una frase que pesar¨ªa como una losa sobre todo el sexenio del expresidente mexicano Felipe Calder¨®n. ¡°Si no pueden, renuncien¡±. El conocido empresario Alejandro Mart¨ª se dirigi¨® a todos los funcionarios p¨²blicos del pa¨ªs y sacudi¨® a la sociedad mexicana con su entereza apenas 20 d¨ªas despu¨¦s de que su hijo de 14 a?os fuera hallado muerto en el maletero de un coche tras casi dos meses de secuestro. Era el 21 de agosto de 2008 y Mart¨ª ped¨ªa paz y justicia. De eso hace casi cinco a?os. Ellos, ni pudieron ni renunciaron.
El proceso judicial del caso se ha convertido en una de las historias m¨¢s rocambolescas que se recuerdan en M¨¦xico. Dos entidades, la federal y la local, mantienen a d¨ªa de hoy dos l¨ªneas diferentes de investigaci¨®n y a dos grupos incriminados por el mismo delito. Pese a lo incre¨ªble del caso, nadie ha dado una explicaci¨®n ni marcha atr¨¢s en sus acusaciones. Dos mujeres est¨¢n encarceladas desde hace varios a?os, sin existir a¨²n condena, acusadas de ser la misma persona, la que supuestamente le dio alto al veh¨ªculo en el que viajaba el joven Mart¨ª antes de ser secuestrado.
¡°Se ha perdido la posibilidad de creer que por lo menos en un caso, en uno con la fuerza p¨²blica que tuvo este, el Estado mexicano era capaz de impartir algo parecido a la justicia¡±, concluye un estudio del Centro de Investigaci¨®n y Docencia Econ¨®micas (CIDE) que analiza los expedientes judiciales y que ha sido publicado este jueves en la web de la revista Nexos.
Todo ocurri¨® una ma?ana cuando Fernando Mart¨ª se dirig¨ªa a su escuela brit¨¢nica en la Ciudad de M¨¦xico en un coche conducido por un ch¨®fer de la familia y su guardaespaldas. Un ret¨¦n en la zona sur de la capital en el que todo parec¨ªa oficial, desde los conos naranjas que cortaban el paso hasta las ropas de los supuestos polic¨ªas, dio el alto al veh¨ªculo y secuestr¨® a los tres hombres.
La familia Mart¨ª pag¨® un rescate de seis millones de d¨®lares, seg¨²n fuentes judiciales, para asegurarse el regreso de su hijo, pero Fernando nunca volvi¨®. Su cad¨¢ver fue hallado tiempo despu¨¦s en un veh¨ªculo en el sur de la capital. El ch¨®fer tambi¨¦n fue asesinado y el guardaespaldas, que llevaba menos de una semana trabajando con la familia, logr¨® salvar su vida.
¡°Se?ores, si piensan que la vara es muy alta e imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando oficinas de gobierno y recibiendo un sueldo, porque no hacer nada tambi¨¦n es corrupci¨®n¡±, espet¨® Alejandro Mart¨ª, fundador de un imperio de tiendas de deporte en M¨¦xico, en su comparecencia a los pocos d¨ªas.
Las autoridades del Distrito Federal no tardaron en presentar resultados. Detuvieron a los l¨ªderes de una banda conocida como La Flor, entre ellos a la supuesta mujer que dio el alto al coche de Mart¨ª. Parec¨ªa un caso resuelto, pero casi un a?o despu¨¦s la Secretaria de Seguridad P¨²blica del Gobierno federal present¨® otros culpables. Varios miembros de la banda Los Petriciolet fueron acusados y encarcelados por el mismo delito, entre ellos otra mujer responsable de haber hecho detener al veh¨ªculo.
El propio Alejandro Mart¨ª asegur¨® este jueves en una entrevista en Milenio Televisi¨®n que la banda de La Flor no tiene nada que ver con el secuestro y la muerte de su hijo. El empresario, que preside desde 2008 la organizaci¨®n M¨¦xico SOS, asegura que la mujer detenida por el Gobierno federal lleg¨® a pedirle disculpas por el secuestro.
Pese a lo absurdo del caso, nadie ha dado marcha atr¨¢s en sus investigaciones, que desde entonces corren paralelas y aferradas a su propia verdad. Homero Campa es uno de los alumnos de la maestr¨ªa de Periodismo y Asuntos P¨²blicos del CIDE que hicieron la investigaci¨®n sobre el caso, centr¨¢ndose en la suerte de las dos mujeres encarceladas por el mismo delito. ¡°Es muy dif¨ªcil saber qui¨¦n es inocente o culpable, pero eso no nos toca a nosotros. Nosotros solo mostramos las contradicciones que encierra el proceso y c¨®mo no funciona la justicia mexicana¡± explica.
Con el caso a¨²n sin dictar sentencia ni en primera instancia, el cap¨ªtulo a¨²n se vislumbra largo. ¡°En el camino las vidas de dos mujeres ¨Cal menos una de ellas inocente- habr¨¢n sido destrozadas para siempre¡±, advierte el art¨ªculo. ¡°Si una persona est¨¢ en la c¨¢rcel cuatro a?os y es declarada culpable, ese tiempo se toma en cuenta en la condena, pero si es inocente se le dice un ¡®disculpe usted¡¯ y ya¡±, lamenta Campa.
En el a?o 2008, cuando el asesinato de Fernando Mart¨ª sacudi¨® la capital, la escalada violenta en la que se sumi¨® el pa¨ªs desde que Calder¨®n lanz¨® su guerra contra el narcotr¨¢fico a¨²n acababa de comenzar. Cinco a?os despu¨¦s el pa¨ªs suma m¨¢s de 60.000 muertos, 30.000 desaparecidos y un repunte de los secuestros. No hay justicia para Mart¨ª ni para tantos otros, tampoco se sabe de ninguna renuncia pol¨ªtica. Solo quedan un pu?ado de personas en la c¨¢rcel esperando sentencia, entre ellas dos mujeres que el Gobierno local y el federal dicen desde hace a?os que son la misma
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