El ¡®narco de narcos¡¯ burla la c¨¢rcel

El mexicano Rafael Caro Quintero, hijo de unos humildes campesinos, fue pionero a mediados de los setenta del tr¨¢fico de drogas a gran escala a Estados Unidos y, una vez atrapado, de la est¨¦tica carcelaria. Ante el asombro del resto de presos, se retocaba el bigote y se depilaba las cejas, un gesto interpretado como un acto narcisista del conocido entonces como el narco de narcos. ¡°El m¨¢s ching¨®n¡±, resume un taxista que coincidi¨® con ¨¦l en prisi¨®n.

El que fuera uno de los tres fundadores del extinto cartel de Guadalajara es desde el viernes un hombre libre. Caro Quintero (La Noria, Sinaloa, 1952) permanec¨ªa encerrado desde hace 28 a?os y todav¨ªa le faltaban 12 entre rejas por el secuestro y asesinato en 1985 de Enrique Kiki Camarena, un agente de la DEA. Sin embargo, un tribunal local considera que el capo fue juzgado de manera indebida, ya que al no ser un diplom¨¢tico ni un integrante consular, su caso debi¨® ser tratado por el fuero com¨²n y no el federal. El error procesal le ha abierto las puertas de la prisi¨®n.

La decisi¨®n de liberar al que fuera uno de los narcotraficantes m¨¢s famosos de los a?os setenta y ochenta ha sentado como una patada en el est¨®mago a Estados Unidos. La DEA se declar¨® ¡°profundamente preocupada¡± por la decisi¨®n del tribunal. La agencia antidrogas norteamericana asegura que continuar¨¢ esforz¨¢ndose para asegurarse de que "el infame narcotraficante" enfrente cargos al norte del r¨ªo Bravo por los cr¨ªmenes que ha cometido.

Lo de la DEA con Caro Quintero se trata en realidad de un asunto personal. Camarena lider¨® la investigaci¨®n que culmin¨® con el desmantelamiento de una plantaci¨®n de marihuana en el rancho El B¨²falo. Result¨® ser un golpe dur¨ªsimo al cartel. En febrero de 1985, el agente y el piloto con el que hab¨ªa sobrevolado las plantaciones en una avioneta, Alfredo Zavala, en venganza fueron secuestrados y torturados de la manera m¨¢s salvaje que se pueda imaginar. Sus cuerpos aparecieron castrados y empalados en una finca de Michoac¨¢n. Hab¨ªan sido enterrados vivos.

El asesinato del primer agente de la DEA en tierras mexicanas desat¨® una crisis diplom¨¢tica entre Estados Unidos y M¨¦xico. Ronald Reagan exigi¨® al entonces presidente Miguel de la Madrid que hiciera todo lo posible por detener a los culpables. Funcionarios estadounindenses tuvieron literalmente que dar golpes en la mesa para que la polic¨ªa, con fama de corrupta e ineficaz, se pusiera en marcha. Pronto se se?al¨® como los responsables del crimen a Caro Quintero y sus dos socios del cartel, los hist¨®ricos narcotraficantes Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como Don Neto. Los tres hab¨ªan convertido Guadalajara, la ciudad de los mariachis, en el punto intermedio el tr¨¢fico de drogas entre Colombia y el norte. El cartel, que se reun¨ªan con frecuencia en un hotel de la zona comercial llamado Las Am¨¦ricas, lleg¨® a consolidarse como un emporio mobiliario y se considera que fue el germen de lo que es hoy el cartel de Sinaloa de Joaqu¨ªn Loera, El Chapo Guzm¨¢n.

La caza por localizar al que hab¨ªa osado ordenar el asesinato de un miembro de la DEA dio sus frutos. Caro Quintero cay¨® en Costa Rica en abril del 85. Le acompa?aba como pareja Sara Cristina Cos¨ªo, sobrina del exgobernador de Jalisco, lo que da una idea de que en la noche tapat¨ªa coincid¨ªan pol¨ªticos y criminales. A partir de ese momento comenz¨® el periplo judicial y carcelario del narco de narcos. En estos casi 30 a?os ha logrado esquivar cinco cargos por asesinatos, asociaci¨®n criminal, secuestro de 4.000 campesinos a los que obligaba a trabajar en el cultivo de drogas y contra la salud p¨²blica. La ¨²nica sentencia que la justicia mexicana le ha hecho cumplir en su totalidad es la condena a 15 a?os de c¨¢rcel por tr¨¢fico de marihuana.

En la defensa de Caro Quintero ha trabajado durante m¨¢s de 20 a?os el que es hoy presidente del colegio de abogados de Penalistas de Jalisco. ¡°Estoy contento, se aplic¨® el derecho. Merece un aplauso la forma de actuar de los se?ores magistrados¡±, sostiene Jos¨¦ Luis Gu¨ªzar, que no ve ninguna incompatibilidad entre representar a sus colegas y llevar casos de narcotraficantes. Gu¨ªzar, que dej¨® en los ¨²ltimos a?os el caso de Caro Quintero en manos de un equipo de abogados, tramita tambi¨¦n la puesta en libertad de Don Neto. ¡°El se?or est¨¢ a punto de cumplir 90 a?os y est¨¢ enfermo. Queremos que cumpla la condena en su hogar¡±, explica.

Sobre Caro Quintero pende la amenaza de una extradici¨®n a Estados Unidos. En su p¨¢gina de Internet, la DEA expone que existen dos acusaciones contra el narcotraficante: una por el caso del agente y la otra por posesi¨®n de marihuana y coca¨ªna con intenci¨®n de distribuci¨®n. En su informaci¨®n explican que Caro Quintero fue requerido por el Distrito Central de California. Adem¨¢s, en diciembre de 2012, la Agencia Antidrogas de EE UU emiti¨® adem¨¢s una alerta internacional en la que solicita su detenci¨®n.

Hasta el momento, ni la Procuradur¨ªa mexicana ni la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores mexicanas cuentan con informaci¨®n de que EE UU realice gestiones para solicitar su detenci¨®n con fines de extradici¨®n por la muerte del agente de la DEA. La extradici¨®n podr¨ªa ser desestimada por el Poder Judicial mexicano debido a que la pena de muerte o cadena perpetua no est¨¢ reconocida en este pa¨ªs. La fiscal¨ªa tambi¨¦n se ha mostrado inconforme con la liberaci¨®n y estudia c¨®mo volverlo a encarcelar. Caro Quintero, de todos modos, ya fue procesado y sentenciado a 40 a?os de c¨¢rcel por el asesinato de Camarena Salazar y la legislaci¨®n federal impide que una persona sea enjuiciada dos veces por el mismo delito.

El director de una de las c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad en la que estuvo preso Caro Quintero lo defini¨® como una persona inteligente, muy engre¨ªda, que de repente sacaba el macho mexicano que lleva dentro. ¡°Est¨¢ impregnado de un narcisismo tal que lo lleva a depilarse las cejas y a desacreditar las actividades culturales y educativas llam¨¢ndolas mariconadas¡±, recoge el peri¨®dico Reforma. Ese alcaide molesto porque cuestionaran sus m¨¦todos de reinserci¨®n se llamaba Pablo de Tavira. Fue asesinado con cuatro disparos en el 2000, mientras cenaba en una universidad. El preso rebelde, "el m¨¢s ching¨®n¡± a la vista del resto de convictos, el que gozaba de todo tipo de lujos en su celda, sali¨® de la c¨¢rcel hace unos d¨ªas por su propio pie.