?Qu¨¦ ha fallado en Egipto?
La violencia se ha instalado en Oriente Pr¨®ximo tras la ¨¦poca de esperanza abierta por las primaveras ¨¢rabes
El arabista Bernard Lewis public¨® en 2002 un influyente ensayo titulado ?Qu¨¦ ha fallado? en el que aseguraba que la falta de libertad es lo que manten¨ªa al mundo ¨¢rabe anclado en el pasado y atrasado con respecto a Occidente. Adem¨¢s de las armas de destrucci¨®n masiva, el libro fue esgrimido por los neocon para justificar la invasi¨®n de Irak y su proyecto de llevar la democracia a bombazos hasta el coraz¨®n de Oriente Pr¨®ximo (lleg¨® a ser conocido como el historiador de Bush). La erudici¨®n de Lewis, que tiene casi un siglo (97 a?os), es indudable aunque algunos de sus textos est¨¢n te?idos de una cierta islamofobia. La primavera ¨¢rabe desminti¨® su teor¨ªa de que los pueblos ¨¢rabes eran incapaces de salir solos de la miseria moral de sus dictaduras. Sin embargo, la pregunta de Lewis es ahora m¨¢s pertinente que nunca: ?Qu¨¦ ha fallado despu¨¦s de las primaveras ¨¢rabes?
Egipto, que ha vivido la peor matanza de civiles en una sola jornada en Oriente Pr¨®ximo en d¨¦cadas, no es el ¨²nico ejemplo de desastre. Siria se encuentra sumida en una guerra civil en la que los terroristas adscritos a Al Qaeda tienen cada vez mayor protagonismo y en la que ya han muerto 100.000 personas; Libia se aleja poco a poco de un Estado organizado para instalarse en el caos de las milicias; en Bahr¨¦in las protestas han sido aplastadas y en las f¨¦rreas monarqu¨ªas del Golfo no se sabe nada de reformas serias, que puedan cambiar el sistema. Al Qaeda se ha instalado c¨®modamente en amplias zonas de Yemen, mientras los dos pa¨ªses en los que se han producido intervenciones internacionales se encuentran sumidos en la violencia sectaria (Irak) o en una incierta transici¨®n en la que cualquier futuro pasa por un pacto con los talibanes (Afganist¨¢n).
En el pa¨ªs en el que empez¨® la primavera ¨¢rabe, T¨²nez, las cosas parec¨ªan m¨¢s f¨¢ciles, por su peque?o tama?o, por su tradicional apertura al exterior y porque la tolerancia forma parte de su cultura (o al menos formaba parte). Una guerrilla se ha enquistado en las monta?as de la porosa frontera con Argelia y dos opositores han sido asesinados por salafistas. Aun as¨ª, el mayor peligro que planea sobre T¨²nez no es la violencia, sino la profunda divisi¨®n entre dos modelos de sociedad, entre dos formas de concebir el mundo que pueden acabar por romper el pa¨ªs.
Han fallado muchas cosas. Los partidos islamistas estaban m¨¢s preparados para ganar elecciones, porque ten¨ªan m¨¢s dinero y mejor organizaci¨®n, pero han demostrado una mezcla de torpeza y autoritarismo una vez instalados en el poder. En el caso egipcio, adem¨¢s, ha quedado demostrado una vez m¨¢s que expulsar a los militares del poder no es nunca f¨¢cil. Y tambi¨¦n que los golpes de Estado son lo que son y siempre acaban desatando la violencia y la represi¨®n, por mucho que Occidente intente mirar hacia otro lado. La guerra civil que estall¨® en Argelia despu¨¦s de que un golpe evitase la llegada de un Gobierno islamista es un ejemplo demasiado cercano (1992) como para que los Gobiernos occidentales no lo tengan presente. En la primavera ¨¢rabe est¨¢n fallando demasiadas cosas como para no empezar a preocuparse seriamente. Pero el problema no est¨¢ solo en El Cairo.
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