El sectarismo marchita las ¡®primaveras¡¯
La estabilidad no ha logrado cuajar tras la ola de revueltas ¨¢rabes desde 2011
Diciembre de 2010. Mohamed Buazizi se quema a lo bonzo en T¨²nez. Su agon¨ªa desencaden¨® un levantamiento popular a comienzos de 2011 que se extendi¨® al norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo. Las primaveras ¨¢rabes son hoy una amalgama de esperanzas, cambios por llegar y temor al sectarismo que imposibilita que cuajen los derechos y la estabilidad. ¡°Tem¨ªamos un aumento de las tendencias islamistas, fragmentaci¨®n nacional, gobiernos poco ordenados y crisis econ¨®micas. Todo se est¨¢ cumpliendo. Occidente ha sido muy ingenuo si no lo esperaba¡±, reflexiona Efraim Inbar, del Centro Begin-Sadat para Estudios Estrat¨¦gicos.
T¨²nez derroc¨® a Ben Ali tras 24 a?os en el poder. Tras las elecciones libres surgi¨® un fraccionado Parlamento, con los islamistas de Ennahda en cabeza, obligados a pactar. Pocos proyectos salen adelante cuando el Gobierno se divide entre radicales y moderados, al igual que la oposici¨®n, en su mayor¨ªa laica, igualmente polarizada. Desde febrero han sido asesinados dos importantes l¨ªderes opositores, y a¨²n no hay consenso para aprobar una Constituci¨®n.
¡°Occidente ha sido muy ingenuo si no se esperaba esto¡±, advierte un experto
Est¨¢n resurgiendo grupos salafistas defensores de la shar¨ªa y se est¨¢n produciendo redadas contra las feministas de Femen o los defensores de la libertad de prensa. El movimiento Tamarrod (Rebeli¨®n), similar al que en Egipto cuestionaba a Mohamed Morsi, recoge firmas para forzar la dimisi¨®n del primer ministro Al¨ª Larayedh, que cree ¡°improbable¡± que T¨²nez vaya al abismo. Francia ayuda en lo econ¨®mico.
Libia acab¨® con 43 a?os de mandato de Muamar el Gadafi. Cost¨® ocho meses de revueltas y una zona de exclusi¨®n a¨¦rea impuesta por la OTAN. El reto ahora es la seguridad. El Gabinete de Ali Zidany se enfrenta al resto de defensores de Gadafi y a las milicias que ayudaron a sustituir al dictador. El pa¨ªs busca dinamizar su comercio, pero la realidad mina el empe?o: en septiembre de 2012 ardi¨® tras la emisi¨®n de una pel¨ªcula ofensiva con Mahoma que acab¨® en el asesinato del embajador de EE UU, lo que sumi¨® al pa¨ªs en el caos durante semanas. Tambi¨¦n le afecta la violencia desde Mal¨ª, adonde escaparon mercenarios de Gadafi. Apenas hay avances legislativos.
Siria es una herida abierta, una revoluci¨®n convertida en guerra civil, con 100.000 muertos seg¨²n la ONU. Bachar el Asad se presentaba como un reformista ¡ª¡°Nos lo cre¨ªmos¡±, ha reconocido Hillary Clinton¡ª, pero sofoc¨® las peticiones democr¨¢ticas de la mayor¨ªa sun¨ª con disparos y detenciones. La oposici¨®n, organizada en el Consejo Nacional Sirio, nunca ha tenido unidad, lo que ha hecho que las peticiones de libertad se mezclen con intereses territoriales y religiosos hasta conformarse una disidencia armada, salpicada de islamistas radicales como Al Nusra. Las manifestaciones se trocaron en bombardeos y barricadas. La reforma constitucional y las elecciones han sido una pantomima de Damasco. Occidente ha comenzado a ayudar militarmente a los rebeldes, cuando se superan los dos millones de refugiados. El caos es total.
En Yemen, el presidente Al¨ª Abdal¨¢ Saleh dijo adi¨®s a tres d¨¦cadas en el poder y cre¨® un Gobierno de transici¨®n. En febrero de 2014 debe haber elecciones legislativas y presidenciales, pero a¨²n ha de reformarse la Constituci¨®n. Toca mantener a raya el ansia secesionista al sur, ampliar los derechos de la mujer y erradicar la corrupci¨®n. Cientos de miembros de Al Qaeda han sido abatidos por los drones de EE UU en la zona.
En otros pa¨ªses se han hecho peque?os cambios, como en Jordania, con elecciones generales y anuncios de una legislaci¨®n m¨¢s abierta. O se ha hecho el silencio con mano de hierro, como en Bahr¨¦in, con m¨¢s de 80 muertos desde 2011, donde la violencia policial, apoyada por saud¨ªes y emirat¨ªes, ha podido con la rebeld¨ªa de la poblaci¨®n chi¨ª discriminada. En Kuwait, Catar y Arabia Saud¨ª la oposici¨®n ha rebajado sus protestas en p¨²blico por id¨¦ntico motivo.
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