El periodista del ¡®caso Snowden¡¯ acusa a la polic¨ªa brit¨¢nica de acoso
"A partir de ahora mis reportajes ser¨¢n m¨¢s agresivos", afirma el periodista que revel¨® la identidad de Snowden a 'O Globo'
El se¨ªsmo desatado por el analista de inteligencia Edward Snowden al denunciar los abusos del espionaje masivo de los servicios secretos estadounidenses ha desplazado sus ondas hacia el Reino Unido, donde el Parlamento va a exigir que la polic¨ªa aclare y justifique la retenci¨®n durante nueve horas del compa?ero del periodista brit¨¢nico que divulg¨® aquellas revelaciones. Los agentes del aeropuerto londinense de Heathrow recurrieron a la legislaci¨®n antiterrorista para detener e interrogar el domingo a David Miranda, confiscarle todos sus aparatos tecnol¨®gicos y finalmente ponerlo en libertad sin mediar explicaciones. La pareja del afectado, el reportero del diario The Guardian Glenn Greenwald, acusa al gobierno brit¨¢nico de ¡°intimidaci¨®n y acoso¡±.
Miranda, un brasile?o de 28 a?os que convive con Greenwald en R¨ªo de Janeiro, regresaba a su pa¨ªs tras una estancia en Berl¨ªn cuando los funcionarios de Heathrow le informaron de su detenci¨®n al amparo del art¨ªculo de la ley antiterrorista de 2000, una norma que s¨®lo se aplica en aeropuertos, puertos y zonas fronterizas, y que permite retener y someter a interrogatorio al individuo durante un m¨¢ximo de nueve horas. La mayor¨ªa de las inquisitorias de esta naturaleza (97 por ciento) se dilatan menos de sesenta minutos, pero en su caso la Polic¨ªa Metropolitana agot¨® ese margen de tiempo y s¨®lo entonces lo puso en libertad, aunque retuvo su tel¨¦fono m¨®vil, ordenador port¨¢til y llaves de memoria.
Los responsables del Guardian se declaran ¡°conmocionados¡± y exigen ¡°una aclaraci¨®n urgente¡± sobre lo que perciben como un abuso contra la pareja de un periodista muy concreto de su plantilla, el primero que contact¨® con Snowden y autor de una serie de reportajes que destaparon los programas de espionaje y pr¨¢cticas irregulares de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, en sus siglas inglesas). Incluso Amnist¨ªa Internacional intervino para subrayar que ¡°es muy improbable que David Miranda, un ciudadano brasile?o de tr¨¢nsito en Londres, fuera detenido al azar, dado el papel que ha jugado su compa?ero a la hora de revelar la verdad sobre la naturaleza ilegal de la vigilancia de la NSA¡±. El gobierno de Brasil tambi¨¦n conden¨® esa acci¨®n ¡°injustificable¡±.
El gobierno del conservador David Cameron se ha limitado a reaccionar a trav¨¦s de un comunicado del Ministerio del Interior, en el que sostiene que la aplicaci¨®n de la ley antiterrorista compete a la discreci¨®n de la polic¨ªa. El presidente del comit¨¦ parlamentario que trata de estos asunto, Keith Kravitz, se vio sin embargo forzado a intervenir confirmando que reclamar¨¢ a la polic¨ªa una explicaci¨®n r¨¢pida y plausible: ¡°Por supuesto que es correcto que los servicios de seguridad interroguen a aquellas personas que consideran sospechosas, pero lo que resulta extraordinario es que (los agentes) supieran que se trata de la pareja del periodista Glenn Greenwald¡±, admiti¨®.
Kravitz es miembro del Partido Laborista, bajo cuyo gobierno se aprob¨® la pol¨¦mica ley antiterrorista en 2000, al igual que la ministra del Interior en la sombra, Yvette Cooper, quien exigi¨® una investigaci¨®n urgente sobre la aplicaci¨®n de los poderes que la ley confiere a la polic¨ªa. Cooper insinu¨® que en el caso de Miranda se ha cometido un ¡°abuso¡± de la legislaci¨®n, cuya aplicaci¨®n sigui¨® justificando aunque de forma ¡°apropiada y proporcionada¡±.
Reacciones, por lo tanto, duras en la forma pero no tanto en su contenido, puesto que ni el comit¨¦ parlamentario ni la oposici¨®n laborista cuestionan el fondo de la ley, s¨®lo el modo en que fue aplicada. Y la Polic¨ªa Metropolitana va a esgrimir presumiblemente que se ci?¨® a su texto. El episodio en al aeropuerto de Heathrow entra?a una presi¨®n adicional sobre Greenwald y medios como el Guardian, que tambi¨¦n ha publicado diversos art¨ªculos sobre la vigilancia electr¨®nica de los servicios secretos brit¨¢nicos. A David Miranda ¡°no le formularon ni una sola pregunta sobre terrorismo ni nada relacionado con cualquier organizaci¨®n terrorista. Pasaron todo el tiempo inquiri¨¦ndole sobre los reportajes que yo y otros periodistas del Guardian estamos escribiendo sobre la NSA¡±, relat¨® Glenn Greenwald a la BBC desde Brasil. El periodista, que alega estar en posesi¨®n de miles de documentos secretos y todav¨ªa no divulgados, quiso lanzar una ¨²ltima misiva: ¡°Han conseguido el efecto exactamente contrario al que persegu¨ªan, porque voy a informar de forma m¨¢s agresiva y con un esp¨ªritu todav¨ªa m¨¢s incentivado¡±.
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