El derecho de asilo resucita fantasmas
La ultraderecha intenta sacar partido en plena campa?a de la pol¨¦mica apertura en Berl¨ªn de un centro de acogida para refugiados
?Para llegar a Hellersdorf hay que alejarse, mucho y hacia el este, de cualquier atracci¨®n tur¨ªstica de la capital alemana. Es una de las ¨²ltimas colonias de bloques de viviendas construidas por la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA). Tiene grandes parques, avenidas anchas y los caracter¨ªsticos plattenbauten del Este alem¨¢n: las torres desangeladas de hormig¨®n que se dir¨ªan ordenadas seg¨²n alguna ocurrencia arbitraria.
La manifestaci¨®n convocada por el Partido Nacional Democr¨¢tico (NPD), de ideolog¨ªa neonazi, dio al traste con la fiesta del barrio organizada el s¨¢bado pasado. Ante los comicios generales del 22 de septiembre, la ultraderecha intenta sacar r¨¦ditos de la pol¨¦mica apertura de un centro de acogida de refugiados de regiones en crisis como Afganist¨¢n. Las protestas y los episodios violentos registrados desde hace una semana despertaron viejos fantasmas de la Alemania unificada, sacudida hace 20 a?os por una ola xen¨®foba y racista cuyo punto ¨¢lgido fueron los ataques contra un centro de refugiados en la localidad nororiental de Rostock y, en el oeste, el asesinato en Solingen de cinco personas de ascendencia turca. El temor a episodios similares ha hecho de la situaci¨®n de los refugiados un s¨²bito asunto electoral.
El s¨¢bado por la tarde, unos 150 neonazis siguieron la convocatoria del NPD en una de las extensas plazas de Hellersdorf. Buscaban la adhesi¨®n de los vecinos ¡°de este precioso barrio¡± de 75.000 habitantes a trav¨¦s de potentes altavoces. Al otro lado de la plaza y bajo fuerte vigilancia policial, unos 750 contramanifestantes gritaban y pitaban contra el NPD. Las escaramuzas y el nerviosismo se hicieron patentes al principio del acto bajo el sol de agosto. Los nazis formaban, banderas al viento, y el resto de los asistentes se burlaban de ellos con lemas y canciones. Entre ellos, l¨ªderes del partido La Izquierda (Die Linke) y de Los Verdes. Die Linke es el partido m¨¢s votado en la zona.
En las inmediaciones, muchos vecinos se debat¨ªan entre la curiosidad y el rechazo. Como Ralf, que con menos de 60 a?os presenta un hueco entre sus dientes delanteros cuando sonr¨ªe. ¡°A m¨ª me han robado ya cuatro veces los ¨¢rabes de por aqu¨ª¡±, aseguraba antes de lamentar que la manifestaci¨®n haya cortado el tr¨¢fico de tranv¨ªas. ?Por qu¨¦ no se manifiesta con el NPD, entonces? ¡°Porque esos tambi¨¦n me robar¨ªan¡±. Su desinter¨¦s pol¨ªtico es com¨²n en la zona: la participaci¨®n electoral en el distrito rond¨® el 63% en 2009, casi ocho puntos menos que en el conjunto de Alemania. Una mujer tatuada que no quiso decir su nombre expresaba simpat¨ªas m¨¢s claras hacia el NPD: ¡°Yo no les he votado nunca, pero esto que nos han hecho aqu¨ª con los refugiados demuestra que tienen algo de raz¨®n¡±. ?Les votar¨ªan el 22 de septiembre? Ralf dice que no, ella se lo pensar¨¢. El NPD cuenta con representantes en las C¨¢maras regionales de Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, pero no tiene la menor expectativa de superar el umbral del 5% necesario para entrar en el Bundestag.
El partido de derecha populista Pro Deutschland (Por Alemania) monopolizan el debate sobre los refugiados desde que empez¨® la tensi¨®n en el este de Berl¨ªn. Los dem¨¢s se est¨¢n limitando a reaccionar ante las provocaciones derechistas
Pero ellos y el partido de derecha populista Pro Deutschland (Por Alemania) monopolizan el debate sobre los refugiados desde que empez¨® la tensi¨®n en el este de Berl¨ªn. Los dem¨¢s se est¨¢n limitando a reaccionar ante las provocaciones derechistas, influidos por las feas im¨¢genes de vecinos haciendo el saludo nazi e insultando a extranjeros. El presidente de la Comisi¨®n de Interior del Parlamento, Wolfgang Bosbach, democristiano como la canciller Angela Merkel, propuso una ¡°reuni¨®n de crisis¡± para debatir posibles soluciones. La organizaci¨®n de defensa de los refugiados Pro Asyl lo rechaza ¡°para no dar una tribuna¡± a los populistas.
El ministro de Interior de Merkel, el socialcristiano b¨¢varo Hans Peter Friedrich (CSU), calent¨® los ¨¢nimos apenas una semana antes de los enfrentamientos de Hellersdorf: el n¨²mero de solicitudes de asilo ¡°casi se ha doblado en la primera mitad del a?o respecto al mismo periodo de 2012¡±. Friedrich calific¨® este crecimiento de ¡°alarmante¡±. Tras los incidentes de esta semana, el ministro acus¨® a los neonazis de ¡°manchar la imagen de Alemania¡± y da?ar as¨ª ¡°a nuestra patria¡±.
Las autoridades regionales alertaron en julio de que los 30 asilos de refugiados en la capital est¨¢n ¡°abarrotados¡±. Arruinada desde hace a?os, Berl¨ªn acoge alrededor del 5% de los refugiados que llegan a Alemania, unos 2.200 en lo que va de 2013. En total viven en Berl¨ªn 6.000 de ellos, para quienes se est¨¢ construyendo otro asilo al noreste de la ciudad. La ley obliga a concentrar a los solicitantes de asilo en centros comunes para facilitar su vigilancia y, dado el nada excepcional caso, agilizar su deportaci¨®n. Solo unas pocas regiones, como Leverkusen, est¨¢n probando modelos alternativos a esta reclusi¨®n forzosa de los refugiados.
La escalada de violencia ultraderechista de 1993 redund¨® en el cambio de las leyes alemanas de asilo, ancladas hasta entonces en la Ley Fundamental como uno de los puntales de la Alemania democr¨¢tica tras la II Guerra Mundial. El debate p¨²blico se enrareci¨® bajo la fuerte impresi¨®n de los ataques racistas. El Partido Socialdem¨®crata de Alemania pact¨® con la coalici¨®n de centroderecha que presid¨ªa Helmut Kohl un cambio constitucional para restringir la admisi¨®n de refugiados. Se dijo entonces que la reforma quitar¨ªa argumentos a la ultraderecha. El ataque de Solingen se produjo solo tres d¨ªas despu¨¦s de que el Bundestag recortara el derecho de asilo en la Ley Fundamental alemana. Kohl no fue al funeral por las cinco v¨ªctimas. El n¨²mero de solicitudes de asilo se hundi¨® inmediatamente: las 440.000 solicitudes de 1992 se quedaron en 19.000 en 2007. Empezaron a repuntar en 2008.
Un vigilante privado a la puerta del viejo colegio de Hellersdorf reconvertido ahora en hogar para refugiados explicaba ayer que ¡°todo est¨¢ muy tranquilo¡± desde los altercados del martes. Su tarea principal es ahora recoger los regalos que traen vecinos como Kristoff y Cindy: chocolate, mantas, algunos juguetes para los ni?os. Llega gente as¨ª ¡°constantemente, desde que esto sali¨® por televisi¨®n¡±. A diferencia del mi¨¦rcoles, las ventanas con cortinas moradas ya est¨¢n abiertas. El vigilante augura que todo quedar¨¢ pronto en calma. Con ella se dormir¨¢ de nuevo el debate sobre los refugiados.
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