Corrupci¨®n, tigres y moscas

El juicio a Bo Xilai ha desvelado detalles extraordinarios sobre la vida de lujo, derroche y corrupci¨®n que rodeaba a la familia del exdirigente chino. Seg¨²n declaraciones, documentos y grabaciones presentados en la vista y hechos p¨²blicos a trav¨¦s del microblog del tribunal, un empresario de la ciudad de Dalian (provincia de Liaoning) llamado Xu Ming se hizo cargo de billetes de avi¨®n a tres continentes, pag¨® las cuentas de la tarjeta de cr¨¦dito y regal¨® un veh¨ªculo el¨¦ctrico de dos ruedas Segway a Bo Guagua (hijo de Bo Xilai y su esposa, Gu Kailai), e incluso compr¨® un chal¨¦ para la familia en la Riviera francesa. El exmandatario ha negado las acusaciones. Los testimonios refuerzan la convicci¨®n popular de que muchos l¨ªderes y altos funcionarios son unos corruptos y se benefician de sus posiciones para hacer fortuna.

La vista, que ha sido seguida en Internet por muchos chinos, ha supuesto un catalizador para la dura campa?a anticorrupci¨®n puesta en marcha por Xi Jinping desde que asumi¨® la jefatura del Partido Comunista Chino (PCCh) en noviembre pasado y la del Estado en marzo. Xi ha advertido que la mano de la justicia llegar¨¢ hasta donde haga falta y no habr¨¢ clemencia para quienes violen la ley.

¡°El juicio es muy importante para la nueva Administraci¨®n china en muchos aspectos, tanto simb¨®licamente como en contenido; desde marcar un nuevo est¨¢ndar para la conducta de los funcionarios a alejar posibles desaf¨ªos pol¨ªticos a futuras reformas¡±, asegura Hu Xiaobo, director del Centro de Estudios sobre China en la Universidad Clemson (Carolina del Sur, EE UU). ¡°Como otros juicios, es un juicio real y tendr¨¢ como resultado consecuencias legales. Tambi¨¦n es un juicio p¨²blico y enviar¨¢ mensajes pol¨ªticos¡±.

El Diario del Pueblo ¨C¨®rgano oficial del PCCh- public¨® un editorial en primera p¨¢gina el domingo pasado en el que advert¨ªa a los funcionarios del Gobierno que ¡°el culto al oro y las posesiones materiales¡± son una v¨ªa hacia la ruina. ¡°Esto provoca que la gente se eche a perder desde el punto de vista pol¨ªtico, sea avariciosa, de moral degenerada, y depravada¡±, dec¨ªa.

En una reuni¨®n plenaria del Comit¨¦ Central de Inspecci¨®n de Disciplina del PCCh, el pasado enero, Xi dijo que el partido debe luchar contra los ¡°tigres¡± y las ¡°moscas¡±; es decir, hacer frente a las actividades ilegales y la corrupci¨®n de los funcionarios en todos los niveles. De ah¨ª, quiz¨¢s, la profusi¨®n de detalles, bien calculados, que han salido a la luz en el proceso.

¡°En gran parte, el partido quiere utilizar el juicio a Bo para demostrar el fuerte compromiso contra la corrupci¨®n. Intenta desalentar tanto la corrupci¨®n como la desobediencia al Gobierno central. El hecho de que Bo, un antiguo pol¨ªtico s¨¦nior con antecedentes de prestigio, sea juzgado advierte a muchos mandos de que una vez que el partido va a por ellos por corrupci¨®n nadie puede protegerlos de forma efectiva de la ca¨ªda¡±, explica Jiangnan Zhu, profesora en el departamento de Pol¨ªtica en la Universidad de Hong Kong.

De momento, han ca¨ªdo algunas ¡°moscas¡±, pero pocos ¡°tigres¡±. Uno de ellos ha sido Liu Zhijun, ministro de Ferrocarriles durante la presidencia de Hu Jintao ¨Cpredecesor de Xi Jinping-, que a principios de julio fue condenado a muerte con dos a?os de suspensi¨®n de sentencia -lo que en la pr¨¢ctica equivale a cadena perpetua- por soborno. El siguiente ser¨¢ Bo.