David Frost, el periodista que entrevist¨® a Nixon, muere a los 74
El reportero, conocido por su serie de entrevistas al expresidente de EE UU (1969-1974), ha fallecido de un ataque card¨ªaco
¡±He defraudado al pueblo americano y tendr¨¦ que cargar con ese peso por el resto de mis d¨ªas¡±. Tuvieron que mediar casi tres a?os y medio desde su dimisi¨®n como presidente de Estados Unidos, y sobre todo las afiladas habilidades de un periodista brit¨¢nico, para que Richard Nixon admitiera finalmente su responsabilidad en el caso Watergate y emitiera una disculpa p¨²blica ante las c¨¢maras. David Frost, fallecido este domingo a causa de un ataque al coraz¨®n, ha pasado a la historia como el acicate de aquella emisi¨®n televisiva que todav¨ªa hoy ostenta el r¨¦cord de audiencia para un espacio pol¨ªtico (45 millones de personas). El entrevistador fue tan protagonista de aquel hito pol¨ªtico y period¨ªstico como el propio Nixon.
La noticia de su muerte -que le sobrevino a bordo del transatl¨¢ntico Queen Elizabeth y pocas horas despu¨¦s de pronunciar all¨ª un discurso- ha conmocionado a sus compa?eros de profesi¨®n, porque sir David, segu¨ªa a sus 74 a?os activo y en aparente buena forma. La pr¨®xima semana, ten¨ªa prevista una entrevista con el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron.
Protagonista de medio siglo de carrera como guionista de espacios c¨®micos, presentador de programas de la peque?a pantalla y periodista que entrevist¨® a los principales dirigentes mundiales, David Frost tuvo su momento estelar en aquel dilatado cara a cara con Nixon que se desarroll¨® en varias sesiones de dos horas a lo largo de doce d¨ªas (marzo de 1977). El relato de c¨®mo consigui¨® el brit¨¢nico esa exclusiva que le obsesionaba desde que el presidente abandon¨® la Casa Blanca en agosto de 1974 constituy¨® tres d¨¦cadas despu¨¦s material para la obra de teatro de Peter Morgan Frost/Nixon y su consiguiente traslaci¨®n al cine (encarnados en ambos casos por los actores Michael Sheen y Frank Langella).
¡°Se?or presidente, ?por qu¨¦ no quem¨® las cintas del Watergate¡±, espeta Frost a su interlocutor en uno de los cuatro programas especiales de 90 minutos que resumieron aquellos encuentros para la audiencia televisiva. Fue en parte el dinero ofertado (600.000 d¨®lares y el 20% de las ganancias derivadas), pero principalmente la oportunidad de redimir su imagen dej¨¢ndose entrevistar por un periodista al que entonces se consideraba poco incisivo lo que convenci¨® a Nixon para aceptar el envite. El desenlace fue muy distinto al que proyectaba el pol¨ªtico republicano: acab¨® cediendo ante un Frost que no le daba tregua, y entonando el mea culpa por el esc¨¢ndalo que le cost¨® la presidencia.
Parad¨®jicamente, y tal como destac¨® en aquel tiempo la revista Time, ese momento marc¨® el inicio de la ¡°reencarnaci¨®n de Richard Nixon como figura p¨²blica¡± porque, gracias a esa sinceridad, sus pecados comenzaron a ser ¡°tolerados por millones de indulgentes y olvidadizos americanos¡±. Tambi¨¦n David Frost recuper¨® y multiplic¨® su notoriedad en un momento en el que su estrella period¨ªstica empezaba a languidecer. Desde entonces, siempre fue recordado como el hombre que forz¨® la confesi¨®n de un presidente de los Estados Unidos.
Nacido en Kent (sudeste de Inglaterra), Frost fue estudiante de la Universidad de Cambridge, donde conoci¨® a algunos de los futuros comediantes m¨¢s celebrados del pa¨ªs. Trabaj¨® en la cadena ITV y luego en la BBC al frente de programas c¨®micos en los que cont¨® con actores como John Cleese, futuro miembro de Monty Python. La televisi¨®n brit¨¢nica le brind¨® la oportunidad de evolucionar hacia la entrevista pol¨ªtica, desde la que se construy¨® una reputaci¨®n: en el Reino Unido todav¨ªa se recuerda su tenso duelo con la primera ministra Margaret Thatcher, a quien inquiri¨® sobre el hundimiento de la embarcaci¨®n argentina Belgrano durante la guerra de las Malvinas. Ello le abri¨® las puertas de las cadenas de Estados Unidos, un mercado que acabar¨ªa contemplando con impotencia c¨®mo aquel brit¨¢nico era capaz de birlar a los periodistas nacionales la gran exclusiva del momento, encarnada en Richard Nixon.
En los ¨²ltimos a?os no dej¨® de encadenar proyectos, el m¨¢s publicitado su ingreso en 2006 en el servicio en lengua inglesa de la cadena Al Jazeera. Casi ning¨²n pol¨ªtico se atrev¨ªa a dar el no a David Frost, entre ellos un David Cameron que, a pesar de los varapalos sufridos por su gesti¨®n de la crisis siria, iba a recibirlo en los pr¨®ximos d¨ªas. Ante la noticia de su muerte, el primer ministro brit¨¢nico ha querido reconocer su val¨ªa humana y profesional a trav¨¦s de su cuenta de Twitter: ¡°Pod¨ªa ser ¨Cy desde luego lo fue conmigo- un amigo, pero tambi¨¦n un entrevistador temible¡±.
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