Las dudas de Obama y Cameron redoblan la presi¨®n sobre Hollande
La oposici¨®n reclama al presidente que el Parlamento pueda votar el mi¨¦rcoles tras el debate sobre la intervenci¨®n en Siria
La s¨²bita irrupci¨®n de la democracia parlamentaria en el acto de declarar una guerra o, como es el caso, aprobar una acci¨®n militar ¡°limitada y puntual¡±, ha llegado tambi¨¦n a Francia, tal vez la democracia m¨¢s presidencialista del mundo, y ha colocado a Fran?ois Hollande, el presidente de la Rep¨²blica, ante una encrucijada tan delicada como saludable.
Despu¨¦s de que los Comunes torpedearan el jueves, por primera vez en la historia, la intenci¨®n de un primer ministro en ejercicio (a la saz¨®n, David Cameron) de atacar un pa¨ªs extranjero, y sobre todo despu¨¦s de que Barack Obama optara el s¨¢bado, en un ejercicio de subordinaci¨®n sin precedentes, por someter esa misma decisi¨®n al aval del Congreso, la oposici¨®n francesa olvid¨® ayer su ancestral tendencia a asumir sin rechistar las grandes decisiones del jefe del Estado, y reclam¨® a Hollande que permita a la Asamblea Nacional votar el mi¨¦rcoles sobre la intervenci¨®n en Siria al t¨¦rmino del ¡°debate extraordinario informativo¡± convocado la semana pasada por el propio presidente.
La onda de choque de las democracias anglosajonas ha llegado a Par¨ªs causando notable revuelo institucional, creciente pasi¨®n en las redes sociales y no poca agitaci¨®n entre la clase pol¨ªtica. ?Puede el sistema gaullista, que muchos juzgan como decadente y anacr¨®nico, permitir que el poder Ejecutivo -y su l¨ªder, el comandante en jefe- se muestre tan sumiso con el Legislativo como para concederle la gracia no solo de debatir sino de decidir sobre una operaci¨®n militar decidida por el presidente?
Ese es el dilema que amenaza a Hollande, y la respuesta es todav¨ªa una inc¨®gnita, aunque el Gobierno parec¨ªa ayer poco inclinado a abrir la mano. Seg¨²n enfatiz¨® el ministro del Interior, Manuel Valls, ¡°la Constituci¨®n no se puede cambiar en funci¨®n de los acontecimientos¡±. Y la socialista Elisabeth Guigou, presidenta de la comisi¨®n parlamentaria de Asuntos Extranjeros, record¨® que la Carta Magna no solo permite sino que obliga al jefe del Estado y de los Ej¨¦rcitos a decidir y fijar los objetivos de las operaciones militares, y que este no tiene obligaci¨®n de someterse al aval del Parlamento.
En teor¨ªa, el voto de los diputados sobre las operaciones militares solo se utiliza en Francia en dos casos: cuando se trata de declarar formalmente una guerra ¨Ces decir casi nunca-, y para prolongar las operaciones cuatro meses despu¨¦s de que hayan comenzado. Cumpliendo la segunda regla, el Parlamento vot¨® la continuaci¨®n de la campa?a de Mal¨ª en abril pasado, pero no se pronunci¨® sobre el arranque de la Operaci¨®n Serval.
El art¨ªculo 35 de la Constituci¨®n de 1958 afirma: ¡°La declaraci¨®n de guerra es autorizada por el Parlamento¡±. Y la adenda introducida en 2008 por la reforma de Nicolas Sarkozy a?ade: ¡°El Gobierno informa al Parlamento de su decisi¨®n de hacer intervenir a las fuerzas armadas en el exterior. (¡) Esta informaci¨®n puede dar lugar a un debate que no concluye con una votaci¨®n¡±.
Pero, en la pr¨¢ctica, tanto el Gobierno como la oposici¨®n disponen de herramientas para conseguir que el Parlamento se manifieste. La m¨¢s extrema es la moci¨®n de censura, que los socialistas utilizaron en 2008 para forzar una votaci¨®n sobre el aumento de la presencia militar en Afganist¨¢n y el regreso de Francia al comando integrado de la OTAN.
La gran iron¨ªa es que, aquel d¨ªa, el diputado Fran?ois Hollande afirm¨® en la Asamblea: ¡°?Ustedes han rechazado concluir con una votaci¨®n el debate aunque nada, y digo bien, nada en la Constituci¨®n les imped¨ªa hacerlo! Ya no es potestad del presidente de la Rep¨²blica decidir solo sobre nuestra pol¨ªtica exterior y de Defensa. El dominio reservado, que por lo dem¨¢s nunca ha sido reconocido por la Constituci¨®n, no puede ser el dominio exclusivo de uno solo¡±.
Quiz¨¢ para a?adir unas gotas de confusi¨®n al apasionado debate, fuentes del El¨ªseo revelaron ayer que Hollande, quien habl¨® el s¨¢bado con Obama minutos antes de que este anunciara al mundo su marcha atr¨¢s ¨Caunque no qued¨® claro si esa llamada fue la causa del retraso-, ¡°ha entendido muy bien¡± que su hom¨®logo quiera consultar con el Congreso antes de lanzarse sobre Damasco.
En vista de las contradicciones, la oposici¨®n comenz¨® a presionar con fuerza al presidente para que imite el ejemplo de Obama y Cameron. El ex primer ministro Fran?ois Fillon pidi¨® a Hollande que no act¨²e a la ligera y que ¡°no vaya a remolque de nadie¡±. Y el l¨ªder del centrista MoDEM, Fran?ois Bayrou, env¨ªo una carta abierta al presidente en la que critica el fondo y la forma de su ¡°peligrosa decisi¨®n¡±, y le exhorta a someterla al control del Parlamento.
Seg¨²n Bayrou, tal poder de decisi¨®n individual ¡°se justifica cuando hay gran urgencia. Pero es impensable cuando no la hay que el Parlamento no sea consultado¡±. Y la carta agrega: ¡°Usted crea un precedente: va a intervenir sin mandato de la ONU, sin nuestros aliados europeos y sin la OTAN, en una acci¨®n bilateral con Estados Unidos. Lo que Francia reprochaba en 2003 a Berlusconi, a Blair, a Aznar, vamos a hacerlo nosotros ahora. ?C¨®mo prohibir ma?ana otras intervenciones unilaterales?¡±.
De momento, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, ha citado para este lunes en Matignon a los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado, y a los jefes de los grupos parlamentarios y de las Comisiones de Exteriores y Defensa de las dos C¨¢maras. Seg¨²n trascendi¨®, Ayrault explicar¨¢ a unos y otros, con la ayuda de los ministros de ambos ramos, los detalles del operativo militar previsto por el El¨ªseo, y les presentar¨¢ las pruebas que Francia y sus aliados han reunido sobre el ataque del 21 de agosto y sobre el arsenal qu¨ªmico que posee el r¨¦gimen (ver despiece).
Con dos de cada tres franceses en contra de la intervenci¨®n, Hollande corre un enorme riesgo pol¨ªtico si decide seguir adelante en solitario. Y algunas voces autorizadas del Partido Socialista y del Gobierno empiezan a expresar ciertas reservas. Claude Bartolone, presidente de la Asamblea Nacional, se?al¨® ayer que ¡°la comunidad internacional debe ser m¨¢s precisa sobre los objetivos que se persiguen¡± en Siria. Y el ministro Valls, tras subrayar que es leg¨ªtimo replicar a las atrocidades del r¨¦gimen, acept¨® que Francia no puede actuar sola y que es preciso formar una coalici¨®n internacional.
Pero, antes de eso, Hollande deber¨¢ ventilar qu¨¦ tipo de democracia quiere para Francia. Seg¨²n el analista Pierre Hasky, se trata de una situaci¨®n in¨¦dita: ¡°Los dirigentes occidentales han tomado la costumbre de declarar guerras, que muy a menudo no dicen su nombre, sin pedir la opini¨®n a los representantes del pueblo. El caso sirio habr¨ªa debido seguir esa tradici¨®n, pero los dirigentes han subestimado el peso de sus opiniones p¨²blicas, as¨ª como el peso del trauma iraqu¨ª. Pero esa irrupci¨®n de la democracia es una buena cosa despu¨¦s de guerras ilegales y desastrosas. Hollande tendr¨ªa todo por ganar si negocia un viraje y asocia al Parlamento en su decisi¨®n. Su p¨¦rdida ser¨ªa mayor aun si Francia sigue siendo la m¨¢s grande democracia¡ sin democracia en este asunto¡±.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.