Ante un posible ataque de Estados Unidos a Siria
Es inconcebible que Barack Obama est¨¦ a las puertas de bombardear Siria sin el apoyo de la ONU
En los 68 a?os de existencia de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, parece que su Carta se ha violado tantas veces que una violaci¨®n m¨¢s ya no importa. Hoy veo con dolor que Washington se apresta a violarla de nuevo. En el a?o 2003, el presidente estadounidense George W. Bush, minti¨¦ndole al mundo sobre la existencia de armas de destrucci¨®n masiva supuestamente en poder de Saddam Hussein, invadi¨® Irak unilateralmente sin contar con el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta invasi¨®n fue repudiada por casi todos los pa¨ªses del mundo, y su efecto m¨¢s nocivo para la pol¨ªtica exterior de la Casa Blanca fue terminar con la solidaridad generalizada que la comunidad internacional le brind¨® a los Estados Unidos despu¨¦s del ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York.
Hoy me parece inconcebible que el presidente Barack Obama est¨¦ a las puertas de bombardear Siria sin el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y sin el respaldo de la OTAN y la Liga ?rabe. Me da la impresi¨®n de que el presidente norteamericano no solo no aprende de los errores del pasado sino que se desdice de lo que le ofreci¨® a su electorado en su primera campa?a cuando se comprometi¨® a respetar la Constituci¨®n y el derecho internacional vigente. Muy poco tiempo despu¨¦s al recibir en diciembre del 2009 en Oslo el Premio Nobel de la Paz manifest¨® que toda naci¨®n debe respetar los est¨¢ndares internacionales sobre el uso de la fuerza militar.
En el pasado, los presidentes norteamericanos han tenido autoridad para utilizar su poder¨ªo militar sin la aprobaci¨®n del Congreso cuando es en defensa de la naci¨®n, o cuando se trata de proteger a sus ciudadanos o a su propiedad. Amparados en esta premisa, el presidente Ronald Reagan bombarde¨® Libia en abril de 1986 (yo me encontraba en R¨ªo de Janeiro como presidente electo en compa?¨ªa de don Daniel Oduber, expresidente de Costa Rica, donde hab¨ªamos ido a invitar al presidente de Brasil para que asistiera a mi inauguraci¨®n presidencial, y ante la prensa internacional conden¨¦ fuertemente el bombardeo militar a Tr¨ªpoli, logrando -como era de esperar- el repudio generalizado de la prensa costarricense). Igualmente sucedi¨® con el presidente Clinton, quien con fundamento en este principio, bombarde¨® Afganist¨¢n y Sud¨¢n en 1998.
Hoy ,mi buen amigo John Kerry, Secretario de Estado norteamericano, uno de los m¨¢s fuertes defensores de mi Plan de Paz para la pacificaci¨®n de Centroam¨¦rica, se ha convertido en el Colin Powell del 2013 al abogar por la necesidad de bombardear Siria bajo la err¨®nea suposici¨®n de que el lanzamiento de unos cuantos misiles contra el r¨¦gimen dictatorial y criminal de Bachar el Asad ense?ar¨¢ al Gobierno de Damasco y a otros Gobiernos igualmente tir¨¢nicos que la utilizaci¨®n de armas qu¨ªmicas es inaceptable.
Recordemos que, en el 2011, el uso de la fuerza militar contra Libia cont¨® con el apoyo del Consejo de Seguridad. Mi impresi¨®n es que hoy, si se sometiera a votaci¨®n el uso de esa misma fuerza contra Siria, la votaci¨®n no quedar¨ªa 13 a 2, con solo Rusia y China votando en contra, sino que esta se perder¨ªa.
No acepto el argumento de que los Estados Unidos debe usar la fuerza militar porque tiene el poder para hacerlo y pierde credibilidad si no lo hace. Eso se llama arrogancia y no moralidad. En la guerra entre Ir¨¢n e Irak, durante mi primera presidencia, el Presidente Ronald Reagan apoy¨® a Irak a sabiendas de que utilizaba armas qu¨ªmicas. A m¨ª, como a todo el mundo, me han sacado l¨¢grimas los ni?os muriendo de asfixia en Siria, pero tambi¨¦n me sacan l¨¢grimas los ni?os que mueren de hambre en muchos pa¨ªses de nuestro planeta mientras se gastan mil setecientos billones de d¨®lares en armas y soldados, y solo aproximadamente una d¨¦cima parte de esa suma en cooperaci¨®n externa. ?Qui¨¦n no se conmovi¨® con los ni?os haitianos que murieron en Hait¨ª despu¨¦s del terremoto o los ni?os muertos entre los escombros de Bagdad? ?Ense?ar¨¢ la televisi¨®n norteamericana a los ni?os muriendo de disenter¨ªa en un Damasco hecho polvo despu¨¦s de que caigan los misiles norteamericanos?
?Cuando vamos a aprender que el uso de la fuerza militar es el ¨²ltimo, ¨²ltimo, ¨²ltimo recurso a utilizar despu¨¦s de agotada la diplomacia? ?C¨®mo es posible que nadie est¨¦ pensando en una salida negociada al conflicto sirio que lleve a celebrar elecciones libres en el menor plazo posible, como hicimos los centroamericanos en 1987 cuando firmamos nuestro Plan de Paz?
?scar Arias S¨¢nchez, expresidente de la Rep¨²blica de Costa Rica (1986-1990) (2006-2010) y Premio Nobel de la Paz en 1987
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