Holanda reconoce su responsabilidad en Srebrenica
El Supremo se?ala que las v¨ªctimas no debieron ser entregadas a las tropas del general Mladic Unos 8.000 varones musulmanes perecieron a manos de soldados serbonosnios
Holanda es responsable de la muerte de tres musulmanes bosnios que buscaron refugio en las dependencias de sus cascos azules en 1995, durante la ca¨ªda de Srebrenica en manos serbobosnias. La decisi¨®n, adoptada por el Tribunal Supremo, confirma un fallo anterior de la Corte de Apelaci¨®n de La Haya. Pero su trascendencia supera el mero tecnicismo legal. Si bien abarca solo ¡°un caso particular separado del conjunto del genocidio¡±, supone que el Estado holand¨¦s ya no podr¨¢ invocar la inmunidad de Naciones Unidas para justificar la inacci¨®n de sus 400 cascos azules. Al contrario, seg¨²n los jueces, con la entrada de las tropas del general Ratko Mladic en la ciudad, ¡°Holanda pas¨® a ser responsable efectiva de las operaciones de sus soldados¡±. Sin embargo, a pesar de que deb¨ªan proteger a la poblaci¨®n, el mando militar abandon¨® a su suerte a Rizo Mustafic, el electricista del complejo, y a Ibro y Mohamed Nuhanovic, padre y hermano de Hasan, el traductor, que sobrevivi¨®. Los tres murieron tiroteados, junto con unos 8.000 varones musulmanes m¨¢s. La familia del primero, y el propio Hasan, reclamar¨¢n ahora una indemnizaci¨®n que puede sentar un precedente para otros pa¨ªses con tropas destacadas en misiones de paz que deriven en guerras abiertas.
¡°Han sido once a?os de lucha y por fin el Supremo lo expresa claramente: el que decide es responsable. Aqu¨ª es La Haya, no Nueva York, sede de la ONU¡±, dijo Liesbeth Zegvel, abogada holandesa de los demandantes. Al mostrar su alegr¨ªa, Damir Mustafic, hijo del electricista muerto, meti¨® el dedo en la llaga abierta en Holanda por Srebrenica. ¡°No todos los holandeses son como Thom Karremans [comandante de los cascos azules], unos cobardes. Estoy orgulloso porque, a pesar de todo, la justicia ha prevalecido¡±, asegur¨® en un perfecto holand¨¦s. El mismo que habla su hermana, Alma, refugiada en este pa¨ªs con el resto de sus parientes tras la tragedia de los Balcanes. ¡°Hay que encontrar la forma de pasar p¨¢gina, aunque siempre quedar¨¢ lo m¨¢s importante, que mi padre ya no est¨¢¡±, subray¨®.
Hatidza Mehmedovic, portavoz de la Asociaci¨®n Madres de Srebrenica y Podrinje, no esperaba una resoluci¨®n favorable y pidi¨® que Naciones Unidas ¡°admita su responsabilidad, aunque no podamos recuperar a nuestros seres queridos¡±.
En 1995, Rizo Mustafic manten¨ªa las instalaciones de la base militar holandesa en Srebrenica y Nuhanovic traduc¨ªa para los cascos azules. Dos labores vitales. Ambas familias estaban refugiadas en el enclave y ellos contaban con un pase especial que les proteg¨ªa de posibles agresiones. Cuando la situaci¨®n se hizo insostenible, y las tropas del general Mladic entraron en la ciudad el 11 de julio de 1995, pidieron, sin ¨¦xito, protecci¨®n para los suyos. El teniente coronel Karremans solicit¨® repetidas veces apoyo a¨¦reo a la OTAN, pero le fue denegado. Medio centenar de sus soldados eran rehenes de Mladic y los aviones de la Alianza Atl¨¢ntica no despegaron. Dos d¨ªas despu¨¦s, cuando ya hab¨ªa pruebas de civiles asesinados, Mustafic y Nuhanovic fueron entregados. Cauteloso, el ministerio de Defensa holand¨¦s ha subrayado que estudiar¨¢ a fondo la sentencia.
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