Una gesta antes de jubilarse
La tragamillas Diana Nyad, de 64 a?os, ya est¨¢ retirada. Lo hizo al d¨ªa siguiente de completar a nado en 53 horas los 180 kil¨®metros del estrecho de Florida Antes super¨® los abusos de su entrenador cuando era ni?a y las barreras pol¨ªticas entre Cuba y EE UU
Diana Nyad ha ensanchado las paredes de la resistencia f¨ªsica. Esta estadounidense nad¨® hace una semana los casi 180 kil¨®metros que separan Cuba y Estados Unidos por el estrecho de Florida. Lo hizo en casi 53 horas. Pero lo m¨¢s chocante es que lo hizo con 64 a?os reci¨¦n cumplidos. Una edad en la que, salvo imposici¨®n de la troika, un europeo com¨²n est¨¢ a punto de jubilarse.
La vida de Nyad ha sido una victoria constante con las apuestas en contra. Naci¨® en Nueva York pero se cri¨® en Fort Lauderdale, la segunda ciudad del sur de Florida.
Nadadora desde peque?a, promet¨ªa ser una estrella ol¨ªmpica hasta que, con 17 a?os, una endocarditis la dej¨® sin velocidad suficiente para pruebas explosivas. No pudo aspirar a estar en los memorables Juegos de M¨¦xico 68 y la enfermedad la oblig¨® a reconvertirse en nadadora de larga distancia.
Ella misma revel¨® m¨¢s tarde los abusos sexuales que sufri¨® cuando era ni?a por parte de su padrastro y despu¨¦s de su entrenador, el renombrado Jack Nelson, sobreviviente a los esc¨¢ndalos sonados en el deporte estudiantil estadounidense. Descarg¨® su ira en el agua. Denunci¨® a Nelson repetidamente en p¨²blico y lleg¨® a decir: ¡°En cada brazada lanzaba mi rabia contra ese hombre por sus abusos¡±.
Su obsesi¨®n siempre fue el estrecho de Florida, en cuya traves¨ªa fracas¨® por primera vez en 1978. Tras lograr un a?o m¨¢s tarde el r¨¦cord mundial de distancia entre B¨ªmini (en las Bahamas) y Juno Beach, en Florida, 164 kil¨®metros, dijo adi¨®s. Pero no era definitivo. Se fue a rumiar su gran revancha m¨¢s de 30 a?os. Volvi¨® en 2011 para aprobar su examen m¨¢s importante de tragamillas. Y cosech¨® tres suspensos m¨¢s hasta conseguirlo al quinto intento. Para su gran aventura ha recaudado un mill¨®n de d¨®lares de patrocinadores.
La actual temporada de huracanes en el Caribe es casi inexistente y el intento de Nyad lleg¨® en el momento oportuno tras finalizar una perturbaci¨®n que amenazaba con convertirse en depresi¨®n o tormenta tropical y subir desde Yucat¨¢n hacia el golfo de M¨¦xico.
Parti¨® desde la hist¨®rica Marina Hemingway habanera y lleg¨® a la playa Smathers, al lado del aeropuerto de Cayo Hueso. Salv¨® a los tiburones con la protecci¨®n de campos electromagn¨¦ticos emitidos desde las embarcaciones de apoyo y a las peligrosas medusas de caja que hab¨ªan frustrado sus intentos anteriores con una m¨¢scara especial, aunque le provocara v¨®mitos.
En su autobiograf¨ªa, Nyad compar¨® los maratones acu¨¢ticos con una batalla por la supervivencia contra un enemigo brutal al que solo se puede ganar al tocar la otra orilla. Nyad solo recurr¨ªa a pensamientos positivos, y a veces, a rememorar la m¨²sica de Neil Young. Cont¨® que tambi¨¦n fue clave el apoyo de los 35 miembros del equipo que la acompa?aban. Nada m¨¢s llegar, y a¨²n balbuceante, les dio las gracias: ¡°Esto parece un deporte solitario, pero es de equipo¡±. Inmediatamente a?adi¨® dos mensajes de superaci¨®n: ¡°Nunca jam¨¢s debemos darnos por vencidos¡±. ¡°Nunca se es demasiado viejo para perseguir los sue?os¡±.
¡°Nunca debemos darnos por vencidos. Nunca se es demasiado viejo para perseguir los sue?os¡±, dice en su autobiograf¨ªa
No era la primera vez que una mujer completaba la traves¨ªa. Ya lo hizo la australiana Susie Maroney en 1997, pero con 22 a?os y la protecci¨®n de una jaula contra tiburones que gener¨® una gran controversia. Incluso Nyad, que la us¨® en el primero de sus cuatro intentos previos fallidos, la critic¨®. Muchos especialistas se?alaron que las 24 horas y media invertidas fueron en gran parte gracias a que el artilugio minimiz¨® la molesta mar picada y le permiti¨® nadar como si fuera en una piscina. Aquella nadadora, como Nyad, era una luchadora. Maroney tambi¨¦n hab¨ªa superado una par¨¢lisis cerebral infantil.
Nyad traspas¨® todo, incluso la pol¨ªtica y las eternas tensiones entre Cuba y Estados Unidos. En 2003, el primer Gobierno de George W. Bush no le permiti¨® participar en un marat¨®n internacional en La Habana como acompa?ante de un grupo de minusv¨¢lidos. Era la ¨¦poca de las restricciones republicanas. S¨ª hab¨ªa podido ir en 1978, en la etapa de Jimmy Carter. Ahora, con los intercambios culturales permitidos por Barack Obama, menos problemas a¨²n.
Como todos los grandes atletas de largas distancias, la nadadora ha sido un prodigio de concentraci¨®n. La opini¨®n es casi un¨¢nime en estos retos: una vez entrenados, el 80% del ¨¦xito depende de la mente, y el 20%, de lo f¨ªsico. Casi al estilo Gandhi: ¡°La fuerza no viene de la capacidad f¨ªsica, sino de una voluntad indomable¡±.
Nunca es f¨¢cil la comparaci¨®n con otros grandes esfuerzos por las distintas variables, pero la haza?a de Nyad asombra incluso m¨¢s que otras pruebas dur¨ªsimas. El mejor ¨ªndice para cotejar proezas siempre es el consumo m¨¢ximo de ox¨ªgeno por minuto y kilo. En esas mediciones, curiosamente, la nataci¨®n est¨¢ por debajo de otros deportes. Como media, pueden servir las cifras estudiadas por un matrimonio de fisi¨®logos y nutricionistas australianos, John Hawley y Louise M. Burke, que las sit¨²an sobre los 70 mililitros de gasto frente a los 71 del ciclismo, los 77 del marat¨®n o los m¨¢s de 80 del esqu¨ª de fondo, considerado el ejercicio m¨¢s exigente al unir esfuerzos aer¨®bicos y anaer¨®bicos, en altitud normalmente y a temperaturas baj¨ªsimas. Un futbolista, en cambio, dif¨ªcilmente sube de 65. Los valores de gastos energ¨¦ticos tambi¨¦n arrojan n¨²meros similares.
Hay pruebas terriblemente duras, como el triatl¨®n en Kailua-Kona (Hawai), con sus 3,8 kil¨®metros de nataci¨®n, 180 de bicicleta y la marat¨®n atl¨¦tica. Pero tambi¨¦n esta gesta, que los mejores terminan ya en poco m¨¢s de ocho horas, palidece ante los m¨¢s de dos d¨ªas que Nyad estuvo entre el abrasivo salitre y las olas.
Escritora de tres libros, colaboradora en prensa, radio y televisi¨®n, motivadora, declarada abiertamente lesbiana, al final todo parece haber sido accesorio en su carrera. Ahora, cuando ya no le queda nada por batir, dedicar¨¢ su ejemplo a actos y exhibiciones. Pero ya fuera del mar. Ese mar que ha derrotado.
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