El Estado superlativo alem¨¢n

El mitin estaba lejos de llenar la plazoleta del Stachus y los presentes asent¨ªan con algo de guasa a los argumentos que se trajo de Berl¨ªn el vicecanciller Philipp R?sler a Baviera, que ¡°est¨¢ entre los l?nder con m¨¢s ¨¦xito de Alemania, que es uno de los pa¨ªses con m¨¢s ¨¦xito¡­¡± Markus, un estudiante que simpatizaba menos con R?sler que con su partido, el liberal (FDP), replic¨® con deje local: ¡°?Somos el land con m¨¢s ¨¦xito del mundo!¡±. La parodia del orgullo b¨¢varo tuvo ¨¦xito en su grupo de amigos, pero las risas celebraban tambi¨¦n el fondo real de la broma. Baviera, el gran Estado federado del sureste alem¨¢n, es la sede multinacionales como BMW, Siemens o del gigante financiero Allianz, as¨ª como de un recio entramado de empresas medianas que sustentan el bienestar de una de las regiones m¨¢s prosperas de Alemania. Si la ecuaci¨®n del ministro R?sler es correcta, tambi¨¦n del mundo. Del f¨²tbol a la alta tecnolog¨ªa, pasando por un desempleo juvenil del 2,8%, los datos de Baviera son superlativos. Las exportaciones florecen hasta en la lecher¨ªa: entre 2010 y 2012, Baviera multiplic¨® por diez sus ventas de leche a China.

En una pared del restaurante de barrio Fraunhofer, en la calle muniquesa del mismo nombre, la celebraci¨®n de los 25 a?os del establecimiento se anuncia en un cartel amarillento que tendr¨¢ otros tantos, como la decoraci¨®n y su men¨² carn¨ªvoro sin concesiones. Sentados debajo, los Wotjak, ella aut¨®noma y ¨¦l cient¨ªfico en un gran instituto p¨²blico, dicen votar a la Uni¨®n Social Cristiana (CSU) ¡°por la educaci¨®n y por la pol¨ªtica econ¨®mica¡±. La tradici¨®n de casi 60 a?os de gobierno ininterrumpido ¡°no tiene nada que ver¡± con su preferencias pol¨ªticas: ¡°es una cuesti¨®n de resultados¡±. Baviera invierte el 3,16% de su Producto Interior Bruto (PIB) en Investigaci¨®n y Desarrollo. El 2011 fueron 14.403 millones de euros. Espa?a invierte el 1,39%. Con 12,5 millones de habitantes, el PIB b¨¢varo (465.500 millones de euros en 2012) supera la suma de los de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Madrid.

El primer ministro regional Horst Seehofer insiste en que su omn¨ªmoda CSU puso hace d¨¦cadas las v¨ªas para la modernizaci¨®n del viejo reino b¨¢varo, antes un reducto cat¨®lico y agr¨ªcola frente la pujanza industrial, militar y luterana de Prusia. Al rev¨¦s que en Europa y pese a las teor¨ªas sobre la ¨¦tica protestante como alma del capitalismo, el sur alem¨¢n es m¨¢s rico que el norte.

Desde el tranv¨ªa que lleva al sur desde del centro de M¨²nich al municipio adyacente de Gr¨¹nwald, los coches que se ven en direcci¨®n contraria van subiendo de gama y las casas quedan cada vez m¨¢s lejos de las v¨ªas hasta que s¨®lo se distingue ya el ¡°verde bosque¡± que da nombre al lugar. Uno de cada 100 de sus 11.000 habitantes es millonario por ingresos. La gu¨ªa del castillo medieval, Margit Memminger, vivi¨® aqu¨ª 25 a?os y dice que los habitantes ¡°son cordiales y tienen valores firmes; la arrogancia, que tambi¨¦n hay, no siempre coincide con la riqueza¡±.

Dejando su m¨®vil de gama baja junto a su cuenco de helado en el Bar Italia, un vecino de Gr¨¹nwald de unos 40 a?os alardeaba el s¨¢bado de que ¡°aqu¨ª no se vive de alquiler¡±. ?Compran? Dos mesas a su derecha, frau M¨¹ller ri¨®: ¡°antes se compraba, cuando eso era posible¡±. La escasa oferta de ahora alcanza precios astron¨®micos. Sentado entre ellos, un jubilado atildado y hier¨¢tico se llevaba a la boca sustanciosas cucharadas de postre con su mano ensortijada. El letrado no quiso dar su nombre, pero aclar¨® que Baviera ¡°fue una regi¨®n agr¨ªcola y atrasada que se ha enriquecido en pocas d¨¦cadas, pero su gente sigue siendo conservadora y poco dada a las aventuras¡±. Por eso gana siempre la CSU. Entre los parroquianos del Italia, los socialcristianos obtendr¨ªan una mayor¨ªa a la B¨²lgara. Hace cinco a?os, m¨¢s del 50% de los votos de Gr¨¹nwald fueron a la CSU. El 23%, al ahora malhadado FDP.

El archicampe¨®n Bayern derrot¨® el s¨¢bado al Hannover. Su presidente Uli Hoene? protagoniza un tremendo esc¨¢ndalo desde que se autoinculp¨® por una multimillonaria evasi¨®n fiscal. Todav¨ªa con sus bufandas rojiblancas, Arne Fehrlage y su hijo adolescente Moritz abogaban por su procesamiento, pero tampoco parec¨ªa inquietarles gran cosa. Fehrlage vota ¡°a la derecha liberal¡±. Junto al estadio Allianz Arena, hay que buscar entre los hinchas de aspecto m¨¢s urbano para dar con alguien un poco molesto con el directivo. Anne S. vota ¡°a la izquierda¡±, pero dice entender ¡°absolutamente¡± que gane la conservadora CSU: ¡°primero, las cosas van bien y segundo, lo social de los socialcristianos no va solo en el nombre¡±.