Holanda aboga por sustituir el Estado del bienestar por una ¡°sociedad participativa¡±
La crisis pasa factura al Gobierno de centro izquierda, que anuncia un nuevo ajuste de 6.000 millones de euros y pierde credibilidad en favor del mundo empresarial El nuevo rey, Guillermo Alejandro, llama en su primer discurso de la Corona a crear una sociedad participativa propia del siglo XXI


La apertura oficial del a?o parlamentario en Holanda ha sido el escenario escogido por el actual Gobierno, de centro izquierda, para anunciar la sustituci¨®n del ¡°cl¨¢sico estado de bienestar de la segunda mitad del siglo XX por una sociedad participativa¡±. Una forma as¨¦ptica de advertir a la ciudadan¨ªa de que la crisis sigue golpeando, y ¡°cada holand¨¦s debe adaptarse a los cambios que se avecinan¡±.
El entrecomillado procede del discurso de la Corona, pronunciado por primera vez por el nuevo rey, Guillermo Alejandro, pero escrito por un Ejecutivo en horas bajas. ¡°El paso hacia una sociedad participativa es particularmente notable en la seguridad social y en los que necesiten cuidados de larga duraci¨®n. Es precisamente en esos sectores donde el cl¨¢sico Estado del bienestar de la segunda mitad del siglo XX ha producido sistemas que en su forma actual ni son sostenibles ni est¨¢n adaptados a las expectativas de los ciudadanos¡±, agreg¨® el monarca.
Una coalici¨®n de liberales y socialdem¨®cratas, cuyos planes son considerados nefastos por un 80% de la poblaci¨®n, seg¨²n la encuesta m¨¢s reciente, encargada por la televisi¨®n nacional (NOS). Del mismo sondeo de urgencia se deduce que los holandeses conf¨ªan m¨¢s en el mundo empresarial, y la propia regeneraci¨®n de la econom¨ªa mundial, que en la capacidad de sus pol¨ªticos para salir de la crisis. La raz¨®n de su des¨¢nimo responde al anuncio de un nuevo ajuste de 6.000 millones de euros y el duro c¨¢lculo econ¨®mico de la Oficina Central de Planificaci¨®n para 2014: el paro llegar¨¢ hasta el 7,5%; el d¨¦ficit sumara un 3,3%, superando el l¨ªmite del 3% exigido por Bruselas, y el poder adquisitivo bajar¨¢ un 0,5%. La Oficina es el ¨®rgano de referencia en cuestiones de macroeconom¨ªa, y el Gobierno remite los presupuestos generales a sus expertos para su estudio. De ah¨ª que las previsiones hayan sido publicadas sin problemas, y Mark Rutte, primer ministro liberal, y Diederik Samsom, l¨ªder socialdem¨®crata, hayan podido aferrarse a otro dato esencial. El que cifra el crecimiento econ¨®mico en un 0,5% y ha permitido al rey Guillermo lanzar un t¨ªmido mensaje esperanzador. ¡°Si bien la crisis sigue not¨¢ndose, hay se?ales positivas que llevan a pensar que est¨¢ llegando a su fin y hay perspectivas de mejora para Holanda¡±, ha dicho.
Vestido de gala pero no de uniforme militar, y flanqueado por su esposa, la reina consorte M¨¢xima, el monarca ha querido contribuir a la sobriedad general. Es verdad que hab¨ªa gran expectaci¨®n por ver a M¨¢xima sentada en un trono, aunque fuera m¨¢s peque?o. Despu¨¦s de cuatro soberanas seguidas, es la primera vez en 126 a?os que una consorte real acompa?a al rey de Holanda en la apertura parlamentaria. Las calles estaban llenas para verles pasar en carroza, pero dentro no ha habido cortejo. A la Sala de los Caballeros del antiguo Parlamento medieval de La Haya le ha acompa?ado su hermano, el pr¨ªncipe Constantino, y su mujer, Laurentien. Solo los cuatro han aparecido luego en la tradicional escena del balc¨®n, su estreno desde la abdicaci¨®n de Beatriz, actual princesa. Pero que nadie se enga?e. El nuevo modelo social que se avecina, cada vez menos ideol¨®gico y m¨¢s cercano a la tecnocracia, afectar¨¢ a todos.
El rey ha recordado el endeudamiento de las familias, la delicada situaci¨®n de los bancos y la necesidad de reducir el d¨¦ficit. Ha subrayado la idoneidad de ¡°unas reformas que requieren tiempo¡± y ha se?alado que su pa¨ªs debe ser ¡°un pueblo fuerte y consciente capaz de adaptar los cambios a su vida¡±. A continuaci¨®n, ha explicado por qu¨¦ se descentraliza de este modo: ¡°La gente quiere decidir por s¨ª misma, organizar su vida y cuidar unos de otros¡±. ?C¨®mo se traduce todo ello a pie de calle?
Parte de los costes de los dependientes y enfermos cr¨®nicos, asistencia social y programas de reintegraci¨®n laboral pasar¨¢n a manos municipales. Se trata de mejorar el servicio, pero los ayuntamientos disponen para estas partidas de la mitad del presupuesto estatal. Otro ejemplo son los subsidios para menores de seis a?os, y a partir de esa edad, que se uniformar¨¢n a la baja; el salario de los funcionarios se congela aunque pagaran menos primas sanitarias; el Ej¨¦rcito recortar¨¢ 2.300 puestos (en 2011 ya se aprob¨® una reducci¨®n de 12.000 militares); el Estado ahorrar¨¢ 750 millones en medicinas al reducir las pagadas por el seguro; los declarados incapaces para trabajar recibir¨¢n menos ayudas extra y todos los ministerios ahorraran, en conjunto, 165 millones de euros, entre otras medidas.
Las reacciones fueron inmediatas y repartieron alabanzas y cr¨ªticas a partes iguales. Las primeras, para Guillermo, que estuvo ¡°impecable al a?adir lo personal recordando a su madre y a su hermano muerto, el pr¨ªncipe Friso, a un discurso de peso¡±, seg¨²n Sybrand Buma, l¨ªder democristiano, que resumi¨® el sentir del resto de sus colegas parlamentarios. Las cr¨ªticas se las llev¨® la sociedad participativa promovida por el Gobierno. ¡°Es una ofensa para la gente y una pol¨ªtica destructiva¡±, dijo Emile Roemer, jefe del Partido Socialista, radical. ¡°Holanda es el enfermo de Europa porque no se reforma¡±, a?adi¨® el propio Buma, en cuanto pas¨® del rey a pol¨ªtica. ¡°No hay soluciones r¨¢pidas e indoloras. La econom¨ªa se recupera m¨¢s despacio de lo esperado. Aunque seguimos entre los pa¨ªses m¨¢s ricos y competitivos del mundo, en t¨¦rminos de bienestar estamos como en 2007. Pero hay perspectivas, y estas reformas sientan la base de una recuperaci¨®n sostenida¡±, contest¨® el ministro de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, al depositar su cartera con los presupuestos en el Parlamento, que la discutir¨¢ la pr¨®xima semana.
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