La reapertura del ¡®caso mensal?o¡¯ distancia a los brasile?os de sus jueces
El Supremo decide volver a juzgar la mayor trama corrupta de la historia democr¨¢tica. La decisi¨®n, que podr¨ªa beneficiar a 12 sentenciados, alienta el regreso de las protestas sociales
Con su decisi¨®n de reabrir el juicio del mensal?o, la mayor trama de corrupci¨®n de la historia democr¨¢tica de Brasil, por seis votos contra cinco, el Tribunal Supremo abre la puerta a que los doce condenados que se beneficiar¨¢n del recurso al denominado ¡°embargo infrigente¡± puedan pasar menos a?os entre rejas y, en algunos casos, obtener beneficios como el r¨¦gimen semiabierto. La iniciativa del Supremo podr¨ªa alentar la vuelta a las calles de las recientes protestas sociales.
La celebraci¨®n de un nuevo juicio tambi¨¦n retrasar¨¢ el ingreso en prisi¨®n de los reos. Prueba de ello es que el abogado defensor del principal condenado, Jos¨¦ Dirceu, no ha tardado en manifestar su satisfacci¨®n por la decisi¨®n del Supremo ya que ahora podr¨¢ litigar una reducci¨®n de la condena inicial, fijada en diez a?os y 11 meses. Y es m¨¢s que probable que tenga ¨¦xito en su empresa, ya que la nueva composici¨®n del alto tribunal deja entrever una mayor¨ªa de magistrados que defienden la l¨ªnea m¨¢s blanda en la dosimetr¨ªa de las condenas.
Tras la jubilaci¨®n de dos de los 11 miembros del Supremo, los nuevos magistrados Roberto Barroso y Teori Zavascki irrumpieron en lo que ya parec¨ªa un proceso liquidado promoviendo la reapertura del juicio mediante el recurso a los ¡°embargos infringentes¡±. Su principal argumento fue que las condenas hab¨ªan sido excesivas y que sobre la decisi¨®n del tribunal hab¨ªa influido demasiado la presi¨®n social, que exig¨ªa mano dura con los responsables de la mayor trama de compra de votos en el Congreso destapada en la democracia brasile?a. El asidero jur¨ªdico de los dos jueces debutantes fue que 12 de los 25 condenados recibieron al menos 4 votos a favor de su absoluci¨®n durante el primer juicio.
Buena parte de la opini¨®n p¨²blica brasile?a asiste sorprendida a una maniobra jur¨ªdica que deja en agua de borrajas los 44.000 folios del sumario y siete a?os de an¨¢lisis y deliberaciones. Queda en el aire la inquietante pregunta de si la justicia es igual para todos en Brasil.
Hace justo un a?o, el principal operador del mensal?o (t¨¦rmino utilizado para designar las mensualidades o sobornos pagados por varios diputados), Marcos Valerio, declar¨® ante el Supremo que el entonces presidente Lula da Silva estaba al corriente de los tejemanejes de su partido para comprar votos en el Congreso con dinero de dudosa procedencia.
La acusaci¨®n fue suficientemente grave y documentada para que el tribunal hubiera dado alg¨²n paso en la direcci¨®n de apurar esas informaciones. No fue el caso. Sin embargo, esta decisi¨®n parece ir dirigida a restarle relevancia a lo que de hecho fue un brutal montaje de corrupci¨®n que se extendi¨® por las bancadas del Congreso, despachos gubernamentales, sedes de partidos (principalmente la del PT) y empresas privadas.
La reapertura del caso supone tambi¨¦n el fin de la luna de miel entre la sociedad brasile?a, asqueada ante tanta corrupci¨®n e impunidad, y el Tribunal Supremo. El presidente de la corte, Joaquim Barbosa, promovi¨® el a?o pasado un dur¨ªsimo juicio contra los responsables del mensal?o, algo que hizo que muchos brasile?os recobraran la confianza en su m¨¢ximo ¨®rgano judicial.
En un momento de incertezas y de convulsi¨®n social, la celebraci¨®n de un nuevo juicio representa un motivo m¨¢s para que millones de brasile?os vuelvan a salir a la calle. Presionada por las manifestaciones del pasado junio, la presidenta Dilma Rousseff apoy¨® activamente que la corrupci¨®n se convierta en crimen de m¨¢xima gravedad.
Tres meses despu¨¦s de estas manifestaciones, los brasile?os han visto como su m¨¢xima instancia judicial ha aplicado la manga ancha a un grupo de pol¨ªticos corruptos contra los que ya ha quedado suficientemente probada su responsabilidad y participaci¨®n en el mayor esc¨¢ndalo pol¨ªtico de las ¨²ltimas d¨¦cadas. En octubre del pr¨®ximo a?o se celebrar¨¢n elecciones generales en Brasil y el impacto que tendr¨¢ un nuevo juicio en la campa?a electoral del PT es incierto.
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