¡°Los cubanos son los art¨ªfices del fraude electoral en Venezuela¡±
El antiguo revolucionario repasa la penetraci¨®n cubana en su pa¨ªs al cumplirse 50 a?os de la primera acci¨®n de la guerrilla venezolana, el ataque al Tren del Encanto
La historia de la injerencia cubana en Venezuela se remonta a los a?os 60, cuando Fidel Castro y Ernesto Guevara, el Che, organizaron dos desembarcos guerrilleros en 1966 y 1967 que terminaron en fracaso meses m¨¢s tarde. Las traves¨ªas mar¨ªtimas fueron inspiradas en la m¨ªtica expedici¨®n del yate Granma que parti¨® de las costas de Veracruz a la isla caribe?a para comenzar la revoluci¨®n. Las acciones militares abiertas comenzaron en 1963, y este domingo 29 de septiembre se cumplen 50 a?os de la acci¨®n m¨¢s recordada de la primera gran campa?a guerrillera en Venezuela: el malhadado ataque al Tren del Encanto, un asalto armado al tren tur¨ªstico realizado en un domingo por las Fuerzas Armadas de Liberaci¨®n Nacional, donde fueron ejecutados siete guardias nacionales y varios turistas fueron heridos de bala. Este es el testimonio, a trav¨¦s de una larga conversaci¨®n telef¨®nica, de uno de los protagonistas de aquella guerrilla, H¨¦ctor P¨¦rez Marcano, autor del libro autobiogr¨¢fico La invasi¨®n de Cuba a Venezuela. Del desembarco de Machurucuto a la revoluci¨®n bolivariana. A pesar de su complicidad y confesa admiraci¨®n por Fidel, este militante de 82 a?os se ha opuesto a la intromisi¨®n abierta de La Habana en su pa¨ªs, desde la era de Hugo Ch¨¢vez a la actualidad.
Pregunta. En su libro narra que se reuni¨® con el Che Guevara y Fidel Castro en la famosa suite privada del Hotel Habana en los a?os 60. ?C¨®mo ocurri¨® aquel encuentro?
Respuesta. Yo formaba parte de la delegaci¨®n del Frente de Liberaci¨®n Nacional de Venezuela, que agrupaba a los partidos que estaban en la lucha armada a la Primera Conferencia Tri-Continental de La Habana, para unificar el movimiento revolucionario de Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina, en enero de 1966. Fidel Castro se hab¨ªa instalado en la suite del piso 25 del Hotel Habana. All¨ª nos entrevistamos con Fidel para planear un desembarco conjunto. Para entonces, el ala izquierda se hab¨ªa separado de Acci¨®n Democr¨¢tica [AD, partido socialdem¨®crata, fundado por el ex presidente R¨®mulo Betancourt], y constituido el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR, clandestino). Fui copresidente de ese congreso en Cuba.
P. ?C¨®mo fue su primer encuentro con Fidel?
¡°Ch¨¢vez era una especie de arcilla en manos de un orfebre tan bueno como Fidel¡±
R. Hab¨ªa conversado con ¨¦l por primera vez durante el Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes que se realiz¨® en julio de 1960 en La Habana, meses despu¨¦s del triunfo revolucionario. En esa oportunidad me toc¨® tener una entrevista con Fidel y con el Che Guevara, con motivo de un incidente que se present¨® en el acto inaugural del evento. Al Che le toc¨® el discurso de apertura. Las relaciones de Cuba con Venezuela bajo la presidencia de Betancourt ya hab¨ªan empezado a agriarse; y el Che dijo en su discurso inaugural que Betancourt era un prisionero de los militares venezolanos. La delegaci¨®n del gobernante partido AD que, como todos los partidos de Am¨¦rica Latina hab¨ªan asistido, se retir¨® del acto en protesta.
P. ?Qu¨¦ hizo usted para mediar entre el Che y los venezolanos de Betancourt?
R. El Che quiso atribuirles una conspiraci¨®n a los militares reaccionarios y golpistas del dictador venezolano Marcos P¨¦rez Jim¨¦nez (1914-2001). Hubo que hacer una reuni¨®n con el Che, a petici¨®n de ¨¦l mismo para enderezar las cosas. Es la ¨²nica que vez que he sabido que el Che haya retrocedido en una posici¨®n. A Cuba le interesaba que la delegaci¨®n de AD no se retirara del evento, porque eso iba a tensar a¨²n m¨¢s las relaciones entre Cuba y Venezuela, en los albores de la Revoluci¨®n, que terminaron con la expulsi¨®n de Cuba de la OEA en 1962, con el voto de M¨¦xico en contra. En esa oportunidad el Che nos dio algunas concesiones y se retract¨® de lo que hab¨ªa dicho. Su objetivo era que la delegaci¨®n venezolana de AD permaneciera en el evento de La Habana.
P. ?C¨®mo fue aquel choque de personalidades entre Castro y Betancourt, que tambi¨¦n ten¨ªa formaci¨®n socialista?
R. Betancourt hab¨ªa empezado una pol¨ªtica de hostilidad hacia la Revoluci¨®n Cubana. Curiosamente, el primer viaje de Fidel al extranjero luego de tomar el poder fue a Venezuela. Pero ya Betancourt iba inclinando su Gobierno a ser la contraparte socialdem¨®crata en Am¨¦rica Latina del revolucionario Fidel Castro.
P. ?El petr¨®leo venezolano estaba en la mira de Fidel desde su llegada al poder?
R. S¨ª, desde 1959. Fidel hizo aqu¨ª algunas peticiones, las cuales el presidente Betancourt no quiso resolver, incluido un pedido relacionado con los suministros del petr¨®leo. Fidel entr¨® el 6 de enero a la Habana; y en Venezuela se celebraba el 23 de enero un a?o de la ca¨ªda del general P¨¦rez Jim¨¦nez. Fidel vino entonces a Caracas en agradecimiento a Venezuela, que le hab¨ªa apoyado mucho en sus tiempos de la Sierra Maestra. Wolfang Larrazabal, presidente de la Junta de Gobierno que derroc¨® al dictador venezolano en 1958, le hab¨ªa enviado un embarque de dos aviones con armas para la revoluci¨®n.
P. ?Cu¨¢les fueron los planes del Che y Fidel para Venezuela?
Fidel Castro siempre busc¨® por otra v¨ªa el desarrollo continental de su revoluci¨®n
R. Al Che Guevara comenz¨® a hac¨¦rsele inc¨®moda su situaci¨®n en Cuba, porque no estaba de acuerdo con el rumbo de la Revoluci¨®n, seg¨²n lo que convers¨¦ con ¨¦l. En alguna oportunidad me dijo que no estaba de acuerdo con el dominio de la penetraci¨®n sovi¨¦tica sobre Cuba, ni con las condiciones pol¨ªticas que le impon¨ªa por la solidaridad y el subsidio que le daban los sovi¨¦ticos. Despu¨¦s, el Che quiso venir primero a Venezuela, a incorporarse a la lucha armada; pero para esas fechas el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ya atend¨ªa la l¨ªnea pro-sovi¨¦tica y estaba en retirada de la lucha armada. El PCV rechaz¨® la idea de que el Che viniera a Venezuela; y Guevara se fue al Congo. Despu¨¦s de pasarla muy mal en ?frica, y al no poder venir a Venezuela, decidi¨® irse a Bolivia.
P. ?C¨®mo organizaron ustedes con Fidel Castro los desembarcos?
R. Para esa ¨¦poca, Fidel pon¨ªa muchas esperanzas en la lucha revolucionaria venezolana; por eso adopta, atiende y chequea personalmente esas operaciones con nosotros, incluido el simulacro en lanchas. La confianza era tal que, antes de partir a Venezuela, Fidel nos hizo una revelaci¨®n ¨ªntima que nos sorprendi¨®: nos confes¨® que el Che estaba en Bolivia. La lucha revolucionaria en Venezuela y el proyecto del Che en Bolivia y Centroam¨¦rica, formaba parte de lo que he llamado el proyecto continental de Fidel.
P. ?Cu¨¢ndo termina aquella etapa de la expansi¨®n continental armada cubana?
R. Cuando el Che es derrotado y muere en Bolivia en octubre de 1967 y la lucha armada en Venezuela da muestras de debilitamiento y visos de derrota. Los cubanos que vinieron a Venezuela, como la primera expedici¨®n de julio de 1966 dirigida por el cubano Arnaldo Ochoa [quien llegar¨ªa a ser general, H¨¦roe de Angola y Nicaragua, fusilado por narcotr¨¢fico en 1989 en Cuba]; y otros que vinieron con nosotros al segundo desembarco, el de Machurucuto, del 8 de mayo de 1967, comienzan a regresar a Cuba. Ese desmoronamiento hace que Fidel tenga que rendirse a las presiones sovi¨¦ticas, que provocan un viraje importante. Era evidente que Fidel no hab¨ªa abandonado la idea, siempre busc¨® por otra v¨ªa el desarrollo continental de su revoluci¨®n. Esa otra v¨ªa es la que ahora vemos desplegarse en Am¨¦rica Latina en la era de Hugo Ch¨¢vez y sus herederos.
P. ?Fidel se anticip¨® a lo que pasar¨ªa en Venezuela?
R. S¨ª. Tanto es as¨ª que cuando vino a Caracas en 1989, a la inauguraci¨®n del segundo mandato de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, el Presidente convoc¨® a una charla con Fidel en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV), a la cual fui invitado. Me sorprendi¨®, en esas cinco horas que habl¨®, el grado de conocimiento de los problemas sociales del pa¨ªs. Incluso lleg¨® a decir que la revoluci¨®n cubana se hab¨ªa mantenido por el equilibrio entre las dos potencias, Washington y Mosc¨²; y que otra revoluci¨®n como la cubana no era posible en Latinoam¨¦rica. Ocurri¨® una cosa en aquel banquete, cuando el presidente P¨¦rez vio cierta efusividad en el trato de Fidel con nosotros, le dijo en tono de broma: ¡°No los abraces mucho, porque a lo mejor tengo que volver a perseguirlos¡± (risas). Esto ocurri¨® tres a?os antes del golpe de Estado de Ch¨¢vez. Fidel tuvo una muy buena relaci¨®n con Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. Ambos y el general Omar Torrijos de Panam¨¢, apoyaron el derrocamiento de la dictadura de los Somoza en Nicaragua en 1979. El 4 de febrero de 1992, Fidel condena el cuartelazo de Ch¨¢vez y le da su apoyo al presidente P¨¦rez. Cinco a?os despu¨¦s, el ojo de Fidel capt¨® la potencialidad en el militar golpista, que lo hizo seducir pol¨ªticamente a Ch¨¢vez. Cuando viaj¨® por primera vez a Cuba en 1994, Hugo Ch¨¢vez era una especie de arcilla en las manos de un artesano como Fidel, tan buen orfebre.
Al Che Guevara comenz¨® a hac¨¦rsele inc¨®moda su situaci¨®n en Cuba porque no estaba de acuerdo con el rumbo de la Revoluci¨®n
P. ?Qui¨¦nes fueron los exguerrilleros que apoyaron a Ch¨¢vez en el golpe?
R. S¨®lo algunas individualidades, como Douglas Bravo, exl¨ªder del PCV, estaban comprometidos en el golpe a trav¨¦s de Ad¨¢n Ch¨¢vez; pero la izquierda como movimiento no. Incluso algunos de ellos en el momento del golpe fueron apartados por Ch¨¢vez. Ellos fueron dejados afuera de la conspiraci¨®n de 1992. Despu¨¦s Douglas Bravo le reclam¨® a Ch¨¢vez, que le respondi¨®: ¡°Es que los civiles molestan en una situaci¨®n como esa¡±.
P. ?Todo lo verde olivo le causa ahora cierta aversi¨®n?
R. Algo de eso hay. Por eso los dirigentes del PCV hicieron esfuerzos para que me incorporara a la campa?a de Ch¨¢vez en 1998 y me entrevistara con ¨¦l. Y lo rechac¨¦. Ya desde mediados de 1998 advert¨ªa lo que ocurrir¨ªa y alert¨¦ del peligro.
P. Usted afirma en su libro que casi nadie atendi¨® su advertencia del regreso del proyecto continental de Fidel, luego de la reelecci¨®n de Ch¨¢vez en 2006. ?Cu¨¢les fueron sus fuentes?
R. As¨ª es. Nadie me hizo caso. Ve¨ªa la conexi¨®n a partir de informaci¨®n de un agente de inteligencia cubano que trabaj¨® en la Embajada de Cuba en Venezuela en las d¨¦cadas de los a?os 70 y 80. Yo sab¨ªa que ¨¦l era del G2 [espionaje pol¨ªtico] en aquel tiempo, cuando yo por supuesto era solidario con la revoluci¨®n cubana. ?l sali¨® de Venezuela, ya no reside en Cuba y ha seguido trabajando en Centroam¨¦rica para la inteligencia cubana; preferentemente vive en M¨¦xico. Viene con frecuencia a Venezuela. Esa fue mi fuente.
P. ?Puede dar su nombre?
R. No.
P. ?Qu¨¦ contactos tiene en Venezuela ese esp¨ªa cubano?
R. Viene con frecuencia a Venezuela. Tiene excelentes relaciones con los sectores pol¨ªticos de Venezuela, tanto de derecha como de izquierda, con movimientos pol¨ªticos de todo tipo. Es un cuadro pol¨ªtico importante, influyente que desarrolla una labor muy ¨²til para los cubanos. Cuando viene se entrevista con todo el mundo. Y una de las personas con la que se re¨²ne siempre es conmigo. Fue a trav¨¦s de ¨¦l que supe detalles de la presencia cubana, ya como una intervenci¨®n en Venezuela. Me di cuenta que se estaba armando lo que califiqu¨¦ de nuevo proyecto continental cubano. Teniendo el poder por la v¨ªa electoral, busca promover la expansi¨®n de estos movimientos en Am¨¦rica Latina. ?l ten¨ªa contactos con Ramiro Valdez, el sucesor de Manuel Pi?eiro, Barba Roja, el principal responsable de la subversi¨®n cubana en Latinoam¨¦rica en la era de Fidel.
P. ?Cu¨¢les son sus objeciones al papel de los cubanos en Venezuela hoy?
R. Ellos controlan el servicio de identificaci¨®n nacional de los ciudadanos venezolanos Est¨¢ vinculado con el registro electoral permanente. Ese registro tiene un crecimiento que no se corresponde con el crecimiento vegetativo de la poblaci¨®n venezolana. All¨ª hay varios millones de electores virtuales. Los cubanos son los art¨ªfices del fraude en Venezuela.
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