Passos Coelho paga los recortes y se estrella en las grandes ciudades

M¨¢s all¨¢ de la lucha particular en cada ciudad, los portugueses castigaron el domingo en las elecciones municipales los dos a?os y medio de medidas ininterrumpidas de austeridad y de recortes permanentes del Gobierno de centro derecha de Pedro Passos Coelho. El desgaste incesante e imparable del Ejecutivo luso se ha traducido no solo en una sangr¨ªa de votos a lo largo del pa¨ªs sino tambi¨¦n en la p¨¦rdida de las principales ciudades. Con casi el 98% de los votos escrutados, el Partido Socialista portugu¨¦s (PS), actualmente en la oposici¨®n, consegu¨ªa el lunes por la ma?ana m¨¢s del 36% de los sufragios, casi 8 puntos m¨¢s que en las ¨²ltimas elecciones legislativas, celebradas en junio de 2011, convirti¨¦ndose, de nuevo, en la formaci¨®n portuguesa m¨¢s apoyada.?

"En periodos de gobernaci¨®n exigente hay siempre un precio a pagar", ha afirmado el primer ministro portugu¨¦s, quien adem¨¢s ha admitido una de las peores derrotas en d¨¦cadas del partido. Los socialistas suman 105 de las 308 alcald¨ªas del pa¨ªs, con el 85% de los votos escrutados y aventajan en 300.000 votos a la coalici¨®n de gobierno.

La coalici¨®n gubernamental (PSD-CDS), que obtuvo en 2011 m¨¢s del 40% de los votos, recog¨ªa el domingo de noche, con el 85% de papeletas escrutadas, el 28,30%. Ha sido la primera vez que la poblaci¨®n portuguesa ha acudido a las urnas tras sufrir los rigores venenosos de un rescate econ¨®mico y despu¨¦s de ver el pa¨ªs tutelado por la troika. De hecho, el inicio de la campa?a coincidi¨® con la llegada de una nueva inspecci¨®n de los representantes de los acreedores (el FMI y la Uni¨®n Europea), dando a la visita un simbolismo elocuente.

El triunfo m¨¢s relevante es el del carism¨¢tico alcalde de Lisboa, el socialista Ant¨®nio Costa, que alcanza un tercer mandato (considerado hist¨®rico por sus huestes) y se apropiaba el domingo de una mayor¨ªa absoluta. Su oponente, Fernando Seara, candidato de la coalici¨®n gubernamental, no tard¨® ni media hora en salir a la palestra a reconocer su derrota: ¡°La democracia es esto: saber ganar y saber perder. Por eso he llamado ya al se?or Ant¨®nio Costa para felicitarle por su indiscutible victoria¡±. El triunfo de Costa es tal que puede llegar hasta a importunar al actual secretario general del Partido Socialista portugu¨¦s, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, ya que la prensa portuguesa no ha dejado nunca de ver al alcalde lisboeta como a un l¨ªder natural de la izquierda capaz de desbancar al actual mandatario del PS. Si las intenciones de Costa son esas, sus resultados en las elecciones le catapultan.

A¨²n m¨¢s grave para el centro derecha, por inesperado, fue lo ocurrido en Oporto: un PSD dividido pierde la alcald¨ªa, que va a parar a manos de un independiente, Rui Moreira. El candidato del centro derecha, Luis Filipe Menezes, asumi¨® pronto el fracaso en una comparecencia elegante: ¡°Esta derrota es m¨ªa. No es del Gobierno ni del PSD. Es solo m¨ªa¡±. Lo mismo ha ocurrido en Sintra, la tercera ciudad del pa¨ªs en t¨¦rminos de poblaci¨®n: la formaci¨®n del Gobierno fue desbancada y la alcald¨ªa se la llev¨® el candidato del PS, Bas¨ªlio Horta, con una diferencia de solo 2.000 votos, seg¨²n el diario portugu¨¦s P¨²blico. El ex primer ministro, el socialista Jos¨¦ S¨®crates, al conocer estos sondeos, se apresur¨® a calificar de ¡°desastre¡± el resultado para Passos Coelho. No todo eran datos positivos para los socialistas, ya que, seg¨²n los primeros datos, todo hac¨ªa pensar que iban a perder municipios emblem¨¢ticos como los de Gr?ndola, ?vora y Beja a manos de la coalici¨®n comunistas-verdes. La abstenci¨®n se ha situado en torno a un 44%, superior a la de 2009.

Cada ciudad o cada pueblo presentaba su historia particular y su batalla; pero los portugueses acudieron a votar con el fantasma de un segundo rescate envolviendo el ambiente pol¨ªtico y econ¨®mico del pa¨ªs. P¨²blico revel¨® el s¨¢bado que Bruselas ¡°ya trabaja¡± en una segunda ayuda financiera para Portugal ante la imposibilidad de que el pa¨ªs se financie por s¨ª mismo cuando la troika deje de garantizar (y tutelar) las cuentas p¨²blicas en febrero de 2014. Los intereses de los bonos portugueses a diez a?os, muy altos desde hace mucho tiempo, corroboran este temor. Tanto el Gobierno como la Comisi¨®n Europea negaron la informaci¨®n.