El cierre administrativo en EE UU acerca la amenaza de la suspensi¨®n de pagos

Con gran parte de la administraci¨®n federal cerrada por segundo d¨ªa consecutivo y sin visos de una soluci¨®n inmediata, empieza a cundir la alarma de que no se consiga tampoco un acuerdo para evitar que Estados Unidos se declare en suspensi¨®n de pagos, un riesgo que el Tesoro considera inminente. El Gobierno est¨¢ agotando el ¨²ltimo dinero del que dispone para pagar las cuentas, pero se quedar¨¢ sin recursos a mediados de octubre si el Congreso no le permita elevar su techo de endeudamiento.

Ambos problemas confluyen peligrosamente y crece el convencimiento, tanto en el Congreso como en la Casa Blanca, de que habr¨¢ que resolverlos simult¨¢neamente si se quiere sortear una crisis may¨²scula que arrastrar¨ªa a la econom¨ªa norteamericana y, probablemente, a la del resto del mundo a un grav¨ªsimo periodo de incertidumbre. No va a ser sencillo.

Una reuni¨®n convocada este mi¨¦rcoles por Barack Obama con los l¨ªderes parlamentarios en busca de una soluci¨®n concluy¨® sin ¨¦xito despu¨¦s de hora y media. ¡°No van a negociar¡±, sali¨® diciendo el presidente de la C¨¢mara de Representantes y l¨ªder republicano, John Boehner. ¡°Nosotros vamos a seguir reclamando justicia para el pueblo norteamericano sobre Obamacare (la denominaci¨®n que despectivamente usan los enemigos de la reforma sanitaria)¡±, manifest¨®.

El Partido Republicano sigue condicionando, tanto la extensi¨®n del presupuesto para reabrir los servicios p¨²blicos federales, como la elevaci¨®n del techo de deuda para evitar la suspensi¨®n de pagos, a que el presidente haga concesiones en retrasar o rebajar los objetivos de su reforma sanitaria, algo a lo que Obama se niega rotundamente.

Ante el bloqueo del di¨¢logo, la principal esperanza de la Casa Blanca radica en que empiezan a asomar divisiones dentro de los republicanos y en que la opini¨®n p¨²blica culpa m¨¢s a estos que al presidente de la situaci¨®n actual. La lista de republicanos de la C¨¢mara de Representantes que est¨¢n dispuestos a conceder al Gobierno, sin condiciones, el dinero que requiere para funcionar ha crecido en las ¨²ltimas horas. Probablemente, ya existen los votos suficientes como para sacar adelante la extensi¨®n del presupuesto, pero lo que no existe a¨²n es la voluntad pol¨ªtica del l¨ªder republicano, John Boehner, de dar un paso que irritar¨ªa al Tea Party y, tal vez, provocar¨ªa una fuerte ruptura en el partido de la oposici¨®n a un a?o de las elecciones legislativas.

Obama iba a transmitir a los l¨ªderes parlamentarios los perjuicios que la situaci¨®n actual est¨¢ causando y los todav¨ªa mayores que pueden causar. El presidente ha tenido que recortar una gira prevista por Asia ¨Cde cuatro pa¨ªses a los que se hab¨ªa anunciado la visita, s¨®lo viajar¨¢ a dos-. 800.000 empleados p¨²blicos no est¨¢n recibiendo sus salarios. Las p¨¦rdidas por el cierre de la administraci¨®n se calculan por encima de los 1.500 millones de d¨®lares mensuales. El crecimiento econ¨®mico puede reducirse si la par¨¢lisis se extiende. El precio de los bonos estadounidense est¨¢ aumentado, y la cotizaci¨®n del d¨®lar, amenazada.

Todo eso ir¨¢ empeorando cada d¨ªa, no solo en t¨¦rminos econ¨®micos sino tambi¨¦n en cuanto a imagen y liderazgo de la mayor potencia mundial, hasta llegarse a la cat¨¢strofe de la suspensi¨®n de pagos. Como anticipaci¨®n a la reuni¨®n convocada este mi¨¦rcoles por Obama, el secretario del Tesoro, Jack Law, envi¨® una carta a los congresistas en la que les advert¨ªa que los mecanismos de emergencia para evitar sobrepasar el techo de deuda se est¨¢n agotando, y que el pr¨®ximo d¨ªa 17 quedar¨¢n en las arcas del Estado 30.000 millones de d¨®lares, la mitad de lo que se requiere para responder a los pagos previstos para ese momento.

Uno de los grandes problemas de la negociaci¨®n intentada por Obama es que el margen de flexibilidad es m¨ªnimo: uno de los dos lados tendr¨¢ que rendirse para salir de este caos. La opini¨®n p¨²blica parece inclinada a que lo hagan los republicanos. M¨¢s de un 70% de los norteamericanos, seg¨²n varias encuestas, se oponen al cierre del Gobierno para acabar con la reforma sanitaria, lo que incluye a una gran parte de personas que se oponen a esa ley.

Los republicanos moderados temen que est¨¦n enterrando en esta crisis sus opciones de presidir el pa¨ªs por mucho tiempo. La imagen de un partido temerario, al que se puede recurrir para agitar pero en el que no se puede confiar para gobernar, se va consolidando minuto a minuto. En alg¨²n momento de los pr¨®ximos d¨ªas, el Partido Republicano tendr¨¢ que elegir entre entrar en conflicto con el Tea Party ¨Ccon el que se siente identificado menos del 20% de los electores, pero que controla las bases conservadoras- o ganarse la antipat¨ªa de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.