Enfrentamientos puntuales en el recuerdo de la matanza de Tlatelolco
El 45 aniversario de la matanza de estudiantes lleg¨® en un ambiente cargado por semanas de manifestaciones de maestros de escuela y la alcald¨ªa hizo un fuerte despliegue policial
Las marchas en conmemoraci¨®n de la matanza de Tlatelolco, la intervenci¨®n del ej¨¦rcito en 1968 en la Plaza de las Tres Culturas a punta de metralleta para cortar una etapa de movilizaciones estudiantiles por la democracia, recorrieron el mi¨¦rcoles por la tarde el centro hist¨®rico de M¨¦xico DF y dejaron enfrentamientos puntuales entre granaderos y j¨®venes radicales.
El encontronazo entre la polic¨ªa y un centenar de violentos se produjo a media tarde en los alrededores del ic¨®nico Palacio de Bellas Artes. "Hasta el momento el reporte preliminar son 20 polic¨ªas lesionados y 20 detenidos", escribi¨® anoche en su cuenta de Twitter el secretario de Gobierno del Distrito Federal, H¨¦ctor Serrano.
El final acostumbrado de estas marchas de recuerdo era la plaza del Z¨®calo, n¨²cleo del casco antiguo y centro simb¨®lico de la naci¨®n, pero la tensi¨®n existente en la ciudad en las ¨²ltimas semanas por las protestas de maestros contrarios a la reforma educativa hizo que las autoridades decidieran blindar el centro hist¨®rico y desviar las protestas hacia fuera de esa zona.
"Vi morir no nom¨¢s estudiantes sino tambi¨¦n trabajadores. Antes no era tan livianito como ahora con los maestros"
La manifestaci¨®n se detuvo sobre las seis de la tarde en el ?ngel de la Independencia, un monumento simb¨®lico, y hubo un mitin en el que se record¨® la masacre del 2 de Octubre de 1968 y en el que se criticaron las reformas que est¨¢ llevando a cabo el Gobierno que preside Enrique Pe?a Nieto. Tambi¨¦n se puso ¨¦nfasis en apoyar a los maestros que desde hace semanas acampan en el DF en contra de la reforma educativa y se pidi¨® la libertad de Alberto Patisht¨¢n, un ind¨ªgena encarcelado desde hace 13 a?os con un proceso plagado de irregularidades.
Antes la manifestaci¨®n hab¨ªa partido de los alrededores de la plaza de las Tres Culturas. Entre los manifestantes se daban distintas razones del porqu¨¦ de la marcha. Vera Brandon, un estudiante del Instituto Polit¨¦cnico Nacional, dec¨ªa: "El gobierno es impuesto, ya ves lo que pas¨® con los maestros [desalojados del Z¨®calo]. Nos quieren reprimir". Arturo Puente, de 61 a?os, explicaba que la memoria del 68 segu¨ªa vigente por dos motivos. "Uno, la justicia no ha actuado contra los responsables de aquello. Dos, sigue sin haber libertades".
Durante la marcha se corearon insistentemente c¨¢nticos en recuerdo de los muertos en la tr¨¢gica fecha y otros lemas cl¨¢sicos de la izquierda mexicana, como las menciones al revolucionario Zapata, y de la izquierda internacional: loas al Che Guevara, a la doctrina marxista-leninista, etc¨¦tera.
Los grupos de manifestantes ("los contingentes", en palabras de los organizadores) marcharon con orden y sin ning¨²n tipo de violencia. El ¨²nico conjunto de manifestantes que choc¨® con el nutrido despliegue policial fueron los j¨®venes radicales, que hicieron el recorrido a la cola de la marcha. En general iban vestidos de negro, algunos encapuchados, con banderas anarquistas en mano.
El alcalde del DF hab¨ªa pedido a los manifestantes que no se tapasen la cara. No todos siguieron el consejo. Uno de los encapuchados, un joven cuyos ojos y voz no aparentaban m¨¢s de 20 a?os, dec¨ªa que no iba a cara descubierta porque no quer¨ªa que lo grabasen "las c¨¢maras del Estado". Dos chicas menudas dirig¨ªan al frente el paso del bloque de j¨®venes radicales, que sobre las cinco de la tarde empez¨® a pelearse con la polic¨ªa.
Parte de la organizaci¨®n hab¨ªa intentado impedir este tipo de actitudes. Un l¨ªder de la CNTE (la coordinadora de maestros contraria a la reforma educativa) pidi¨® por meg¨¢fono a los j¨®venes que no creasen disturbios. "Vamos a avanzar de manera pac¨ªfica. ?Disciplina! ?Orden! Vamos a protegernos de los uniformados, que lo ¨²nico que esperan es una provocaci¨®n para poder hostigar esta manifestaci¨®n". El prop¨®sito no se consigui¨® del todo.
Cerrojazo al centro hist¨®rico
Por la ma?ana, sobre las diez, en las bocacalles de entrada al casco antiguo hab¨ªa filtros de polic¨ªas que ped¨ªan la acreditaci¨®n a la gente que quer¨ªa pasar y les preguntaban a qu¨¦ iban. En la entrada de la calle Tacuba un ciudadano se quej¨® de la cola que se estaba formando para pasar. Un agente grandote y con gafas lo abronc¨® por quejarse: ¡°No te metas en problemas antes de que entres a trabajar¡±. El ciudadano, Francisco Ramos, 46 a?os, ingeniero civil, acab¨® pasando el filtro rumbo a su oficina del centro. Dijo que era apol¨ªtico y no parec¨ªa demasiado congraciado con las autoridades. Preguntado por las manifestaciones del d¨ªa dijo que a ¨¦l lo que le preocupaba es que el gobierno infiltrase en las marchas alborotadores que generasen violencia a prop¨®sito ¡°para tener despu¨¦s motivo para reprimir¡±.
En general el pulso de la calle al mediod¨ªa de ayer, antes de las manifestaciones, era calmado. Menos gente de la habitual pero tampoco ning¨²n vac¨ªo de calles que denotase miedo alguno. Agentes a pie, de la polic¨ªa de M¨¦xico DF y de la polic¨ªa federal, furgonetas de las fuerzas de seguridad, vallas en algunas calles por si acaso necesitaban cerrarlas para contener la entrada de manifestantes.
Los comercios estaban abiertos, aunque el martes la alcald¨ªa hab¨ªa recomendado a los comerciantes que en torno al mediod¨ªa no ser¨ªa mala idea cerrar los establecimientos por si luego hab¨ªa disturbios. La entrada a la calle Madero, una v¨ªa peatonal que va a dar al Z¨®calo, estaba cerrada por completo. Y la plaza del Z¨®calo tambi¨¦n estaba vallada. En la enorme explanada no hab¨ªa gente, solo algunos polic¨ªas y las carpas de acopio de ayuda instaladas hace dos semanas para socorrer a los damnificados de las tormentas tropicales Ingrid y Manuel.
La polic¨ªa de la capital y la federal se coordinaron para afrontar las protestas, que aunaron a grupos diversos: el Comit¨¦ del 68 (l¨ªderes hist¨®ricos del desgraciado movimiento estudiantil), estudiantes universitarios, el movimiento #YoSoy132, los maestros contrarios a la reforma educativa y otros.
Las razones para manifestarse por la matanza de Tlatelolco cuatro d¨¦cadas despu¨¦s siguen teniendo que ver, aunque en otra etapa de la evoluci¨®n pol¨ªtica de M¨¦xico, con demandas democr¨¢ticas de buen gobierno, aparte del ejercicio en s¨ª de la memoria hist¨®rica de lo que no debe volver a ocurrir.
Ayer por la ma?ana, en una esquina de la calle Tacuba hab¨ªa un grupo de testigos de lo que fue aquello: una asociaci¨®n de polic¨ªas retirados que estaban reunidos en la calle para reclamar un problema con el pago de sus pensiones. Algunos de ellos afirmaban que hab¨ªan estado en la plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, el d¨ªa fat¨ªdico. Prefirieron no dar sus nombres pero contaron sus recuerdos.
Uno.
¡°Yo era polic¨ªa. Nos mandaron a controlar a los estudiantes. En un momento naci¨® la bronca, entr¨® el ej¨¦rcito y hubo la matanza. Algunos compa?eros polic¨ªas se quitaron el uniforme y se fueron corriendo. Yo me aguant¨¦, protegiendo las vocacionales [escuelas de educaci¨®n media superior]. Vi morir no nom¨¢s estudiantes sino tambi¨¦n trabajadores. Antes no era tan livianito como ahora con los maestros. Los soldados les daban culatazos con el [rifle] 762 y los atravesaban con la bayoneta¡±.
Otro.
¡°Un francotirador empez¨® a disparar desde arriba y nos tiramos todos los polic¨ªas debajo de los carros. El francotirador era un mayor del ej¨¦rcito. Tir¨® a todos a matar. Lo agarraron. Ten¨ªa granadas y estaba bien mariguano¡±.
Uno m¨¢s.
Este mi¨¦rcoles 2 de octubre se cumplieron 45 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.