Matanza en Tlatelolco
En 1968, mientras los j¨®venes del mundo entero alzaban la mano, algunos con el pu?o cerrado, otros haciendo la V de la victoria, en M¨¦xico viv¨ªamos en un para¨ªso no s¨®lo fiscal sino social. Habit¨¢bamos el mejor de los mundos posibles. No hab¨ªa cr¨ªtica ni censura. Por eso Carlos Monsiv¨¢is pudo escribir: "En 1968, el sistema presidencialista conoce su apogeo... Todo es gobierno y casi nada oposici¨®n". Demetrio Vallejo y Valent¨ªn Campa, los dos l¨ªderes obreros contestatarios, aguardaban en la c¨¢rcel y la sociedad parec¨ªa no tener capacidad para combatir el autoritarismo. De pronto, un pleito callejero de dos pandillas, Los Ara?os y Los Ciudadelos, contra estudiantes hizo que estallara el movimiento de 1968 cuyas ¨²nicas armas fueron las brigadas de informaci¨®n, las manifestaciones y las asambleas en los dos grandes centros de estudio de nuestro pa¨ªs, la Universidad y el Polit¨¦cnico.
En 1968, los j¨®venes de Europa, los de Estados Unidos, los de Am¨¦rica Latina ten¨ªan mucho que reclamarle a la sociedad. ?Qu¨¦ mundo les legaban sus padres? ?Qu¨¦ har¨ªan al graduarse? ?Qu¨¦ les ofrec¨ªa la sociedad de consumo? ?Qu¨¦ les brindaba su pa¨ªs? ?Deseaban realmente ser parte de un engranaje de producci¨®n masiva? En Europa, las perspectivas de la juventud eran desoladoras. No hab¨ªa trabajo para los egresados de las universidades: ?en d¨®nde se emplear¨ªan? El Mayo Franc¨¦s de 1968 result¨® aleccionador. Charles de Gaulle declar¨® que no entend¨ªa por qu¨¦ los j¨®venes segu¨ªan al l¨ªder jud¨ªo alem¨¢n Daniel Cohn-Bendit, apodado Danny el Rojo, y al d¨ªa siguiente los muchachos salieron a la calle repitiendo mientras marchaban: "Nous sommes tous des juifs allemands, nous sommes tous des juifs allemands".
Tambi¨¦n en M¨¦xico, aunque solapado, se gestaba, en la Universidad y el Polit¨¦cnico, un rechazo al orden establecido, al status quo, al PRI (Partido Revolucionario Institucional) y al Gobierno emanado de ¨¦l. Si en Francia la falta de oportunidades fue el objetivo estudiantil, en M¨¦xico, los factores que detonaron las movilizaciones del 68 fueron la corrupci¨®n del poder y el autoritarismo. Los muchachos pidieron la disoluci¨®n del cuerpo policiaco de los granaderos as¨ª como la de los absurdos delitos de "disoluci¨®n social" y "ataques a las v¨ªas p¨²blicas" (por lo cual varios estudiantes hab¨ªan ca¨ªdo presos en julio y agosto de 1968).
Durante m¨¢s de un a?o vivimos el fervor de los preparativos a los Juegos Ol¨ªmpicos, la construcci¨®n de estadios, las villas ol¨ªmpicas, la olimpiada cultural a la que asistir¨ªan los grandes poetas del mundo, entre otros, nuestro embajador en la India, Octavio Paz. ?Deslumbrar¨ªamos al mundo entero! M¨¦xico era el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina seleccionado para los Ol¨ªmpicos. Gracias a ese reconocimiento, acced¨ªamos al primer mundo, pero los estudiantes "antipatriotas" gritaban: "No queremos olimpiadas, queremos revoluci¨®n". Por su parte, los estudiantes forjaban un movimiento festivo cada vez m¨¢s popular ya que 300.000 personas acudieron por primera vez desde la Revoluci¨®n Mexicana a una marcha sin precedente: la manifestaci¨®n del silencio.
Quienes participaron en los 146 d¨ªas que dur¨® el movimiento estudiantil jam¨¢s lo olvidar¨¢n. El gran novelista Jos¨¦ Revueltas lo llam¨® con mucha raz¨®n "enloquecido movimiento de pureza" y Guillermo Haro, el fundador de la astronom¨ªa moderna en M¨¦xico, sonre¨ªa al o¨ªr a alg¨²n estudiante gritar por un magnavoz: "UNAM, territorio libre de Am¨¦rica". La Universidad actu¨® como la gran protectora de sus estudiantes, muchos de ellos se guarecieron en sus aulas y hasta durmieron en los corredores para no perderse una sola de las asambleas. Viv¨ªan los mejores d¨ªas de su vida, hasta que el 2 de octubre de 1968 sobrevino la masacre. El ej¨¦rcito tom¨® la plaza y hombres vestidos de civil que llevaban un guante blanco o un pa?uelo para identificarse desataron la balacera. La desbandada fue general y el fuego cerrado y el tableteo de las ametralladoras convirtieron el lugar en un infierno. Seg¨²n el peri¨®dico ingl¨¦s The Guardian, murieron m¨¢s de trescientas personas y las que llegaron a los hospitales ten¨ªan heridas en la espalda, en los gl¨²teos, en las piernas, porque les dispararon por detr¨¢s, mientras hu¨ªan.
El ¨²nico movimiento estudiantil en el mundo que termin¨® en una matanza fue el de M¨¦xico, en 1968. Esta tragedia result¨® un parte aguas en la vida de muchos mexicanos. 1968 fue un a?o que nos marc¨® a sangre y fuego y tuvo el don de encender la llama de futuras luchas sociales. Todav¨ªa hoy, 1968 es un punto de partida.
Han pasado 40 a?os de la masacre del 2 octubre en Tlatelolco, pero los mexicanos no olvidamos el acontecimiento m¨¢s trascendente de M¨¦xico en la segunda mitad del siglo XX. La frase "2 de octubre no se olvida" recuerda a una generaci¨®n que luch¨® contra el autoritarismo y cada a?o convoca a una marcha que sigue exigiendo el esclarecimiento de los hechos, a pesar de haber llevado al ex presidente Echeverr¨ªa al banquillo de los acusados. A 40 a?os del movimiento estudiantil, en M¨¦xico han surgido nuevos grupos que se inspiran en el 68, entre ellos el Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) con su vocero, el subcomandante Marcos, quien reconoci¨® que 1968 fue la punta de flecha de otros "enloquecidos movimientos de pureza" en nuestro pa¨ªs. Tambi¨¦n la resistencia civil que encabeza el ex candidato de izquierda y hoy "presidente leg¨ªtimo", Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, es otro resultado del 68. ?Y no se diga la prensa de izquierda! Hoy por hoy M¨¦xico cuenta con una oposici¨®n, una cr¨ªtica, una rebeld¨ªa que le debe todo a la lucha estudiantil de 1968. Un pueblo heroico se responsabiliza de su vida y construye su propia historia, una historia en la que la memoria sea patrimonio de todos los mexicanos. -
Elena Poniatowska (Par¨ªs, Francia, 1932) es autora de La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral, De noche vienes, Fuente es el silencio, El tren pasa primero y La piel del cielo.
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