Hacia una comprensi¨®n m¨¢s profunda de nuestra naturaleza pol¨ªtica
Nuestro panorama pol¨ªtico, social, y econ¨®mico contin¨²a fractur¨¢ndose cada vez m¨¢s, y un gran abismo parece separar a las personas de la derecha de aquellas de la izquierda
Estamos atravesando momentos hist¨®ricos que provocan desencuentros y divisiones. Nuestro panorama pol¨ªtico, social, y econ¨®mico contin¨²a fractur¨¢ndose cada vez m¨¢s, y un gran abismo parece separar a las personas de la derecha de aquellas de la izquierda. De la misma manera, mucha gente se encuentra confundida y preocupada por las agitaciones y turbulencias pol¨ªticas en lugares como Siria, Egipto, Corea del Norte, e Ir¨¢n. Necesitamos encontrar alguna manera de comprender estos problemas a un nivel mucho m¨¢s profundo y objetivo.
Hay tres cuestiones que son absolutamente fundamentales para poder entender el futuro de nuestro pa¨ªs y el mundo: ?Cu¨¢les son las causas primordiales de nuestra debilitante divisi¨®n izquierda-derecha? ?De d¨®nde se originan realmente nuestras orientaciones pol¨ªticas? ?Y c¨®mo podemos predecir la erupci¨®n de la inestabilidad pol¨ªtica en lugares claves del mundo? Los comentaristas de hoy opinan que nuestro comportamiento pol¨ªtico proviene de nuestros puntos de vista sobre asuntos de actualidad, o de nuestra situaci¨®n econ¨®mica, o de nuestra eterna lealtad a este partido pol¨ªtico o el otro.
Pero esto es incorrecto, o al menos incompleto. Llevo los ¨²ltimos diez a?os investigando el gran rompecabezas que es la orientaci¨®n pol¨ªtica, tanto durante mi carrera como asesor de jefes de estado en la formaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica, al igual que en mis investigaciones de doctorado en antropolog¨ªa evolutiva en la Universidad de Stanford. En esta larga trayectoria, he reunido decenas de hallazgos vanguardistas de campos como la neurociencia, la primatolog¨ªa, y la gen¨¦tica, y todos ellos me llevan a la siguiente conclusi¨®n reveladora: nuestras orientaciones pol¨ªticas no son solamente construcciones intelectuales que provienen de nuestra crianza, educaci¨®n, afiliaciones sociales, o preferencia de peri¨®dicos; m¨¢s bien, nuestras orientaciones pol¨ªticas son predisposiciones naturales profundamente arraigadas, y moldeadas dentro de cada uno de nosotros por poderosas fuerzas evolutivas.
El fundamento de esta conclusi¨®n proviene de algunas fuentes sorprendentes. Por ejemplo, resulta que gemelos que fueron separados al nacer y criados en ambientes muy distintos, sin embargo crecen a compartir de adultos actitudes pol¨ªticas extraordinariamente parecidas. As¨ª mismo, aproximadamente la mitad de la variaci¨®n en nuestras actitudes pol¨ªticas proviene de diferencias gen¨¦ticas entre individuos. Los neurocient¨ªficos tambi¨¦n han descubierto interesantes diferencias fisiol¨®gicas asociadas con nuestras preferencias pol¨ªticas. En el a?o 2010, por ejemplo, el catedr¨¢tico Geraint Rees de la University College en Londres descubri¨® que los encefalogramas pueden predecir correctamente si una persona tiene una tendencia muy liberal o conservadora ¨C por lo menos con una precisi¨®n del 72 por ciento.
Fascinantes descubrimientos transculturales sobre la opini¨®n p¨²blica tambi¨¦n han comenzado a aparecer. Contrario a la creencia popular, nuestra divisi¨®n polarizada izquierda-derecha no es ¨²nica; en realidad, similares espectros pol¨ªticos existen en casi todos los pa¨ªses. Ellos tienden a ensancharse bajo estr¨¦s econ¨®mico, pero esencialmente su estructura contin¨²a presente. Es por eso que muchos asuntos controversiales ¨C como el matrimonio entre homosexuales ¨C invariablemente polarizan espectros pol¨ªticos en todo lugar de la misma manera. En grandes grupos, la orientaci¨®n pol¨ªtica izquierda-derecha es distribuida en una curva natural, en forma de campana. A pesar de que la mayor¨ªa de la variaci¨®n en personalidades pol¨ªticas ocurre dentro de los grupos, el promedio de los rasgos de personalidad de una poblaci¨®n se desplaza ligeramente hacia la izquierda o derecha en funci¨®n a la patria de sus ancestros.
Resulta que hasta nuestros parientes m¨¢s cercanos, los chimpanc¨¦s, tienen personalidades pol¨ªticas, un tanto rudimentarias, pero que son significativamente similares a las nuestras. Los chimpanc¨¦s son los ¨²nicos animales que comparten todas las cinco dimensiones generales de nuestra personalidad, incluyendo las dos dimensiones que se correlacionan bien con la votaci¨®n izquierda-derecha. Igual que nosotros los humanos, los chimpanc¨¦s muestran una gran variaci¨®n en Openness (apertura a nuevas experiencias) y Conscientiousness (responsabilidad), que en los humanos son asociadas con el ser pol¨ªticamente liberal o conservador.
?Pero qu¨¦ significa todo esto?
Muy pocos de los estudios que podr¨ªan ayudar a explicar estos hechos han infiltrando de las revistas acad¨¦micas a los medios de comunicaci¨®n. De hecho, la mayor¨ªa de los descubrimientos a¨²n no han cruzado ni siquiera las fronteras disciplinarias tradicionales de la academia. As¨ª que me sent¨ª obligado a escribir Our Political Nature: The Evolutionary Origins of What Divides Us (Nuestra naturaleza pol¨ªtica: los or¨ªgenes evolutivos de lo que nos divide) , como un primer esfuerzo de unir y asimilar estas diversas investigaciones en una sola explicaci¨®n bien documentada de las fundaciones biol¨®gicas de nuestros m¨¢s profundos valores. Mi objetivo, en definitiva, ha sido el de pintar un retrato esclarecedor y preciso de nuestra naturaleza como animales pol¨ªticos.
Como demuestro en el libro, las orientaciones pol¨ªticas a trav¨¦s del espacio y el tiempo emergen de tres grupos de rasgos de personalidad medibles. Los tres grupos giran en torno a actitudes hacia el tribalismo, la desigualdad, y distintas percepciones de la naturaleza humana. Estos rasgos son, adem¨¢s, la m¨¢s poderosa causa de la votaci¨®n izquierda-derecha, e incluso dirigen a muchas personas a votar en contra de sus intereses econ¨®micos. Nuestras personalidades pol¨ªticas tambi¨¦n forman nuestra elecci¨®n de pareja e influyen los grandes patrones reproductivos de nuestra sociedad. Tal vez m¨¢s importante a¨²n, el libro cuenta la historia natural de estos rasgos de personalidad, que surgen de conflictos biol¨®gicos ¨¦picos.
La ciencia fundamental aqu¨ª es compleja y muchas veces retadora. No obstante, he hecho todo lo posible para convertir este material en una intensa y entretenida expedici¨®n a trav¨¦s de los mundos de los cazadores-recolectores, los genes ego¨ªstas y generosos, y hasta de los virus. Adem¨¢s, para hacer este libro atractivo a una amplia gama de lectores, he usado historias period¨ªsticas y personalidades actuales para ilustrar conceptos claves. Por ejemplo, los lectores conocer¨¢n de cerca a Glenn Beck y a Hugo Ch¨¢vez, y llegar¨¢n a comprender las fuerzas ocultas que representan.
Si bien este libro cubre temas extremadamente controvertidos, mi intenci¨®n no es tomar partido; sino iluminar. Desafortunadamente, los estudios nos muestran que altos niveles de educaci¨®n e inter¨¦s por la pol¨ªtica tienen un efecto polarizador en las personas. Esta polarizaci¨®n ocurre debido a que cuando la gente absorbe m¨¢s y m¨¢s informaci¨®n sobre los acontecimientos pol¨ªticos, se vuelve cada vez m¨¢s eficiente en organizarla en ideolog¨ªas coherentes, que se basan t¨ªpicamente en sus predisposiciones. Sin embargo, la mayor¨ªa de la gente no ha tenido la oportunidad de dar un paso atr¨¢s para contemplar la l¨®gica evolutiva de la propia orientaci¨®n pol¨ªtica. Hay un fen¨®meno maravilloso aqu¨ª: cuando la gente retrocede un paso atr¨¢s, se abre a un entendimiento m¨¢s profundo, a la moderaci¨®n pol¨ªtica y, ¨²ltimamente, a mayor tranquilidad de esp¨ªritu.
Es mi mayor esperanza que este libro logre avanzar este proceso. Con corazones quietos y entendimientos m¨¢s profundos, tal vez podamos elevar el nivel de nuestro discurso pol¨ªtico, y fortalecer nuestras nobles instituciones democr¨¢ticas.
*Avi Tuschman (Washington, DC) es el autor de Our Political Nature: The Evolutionary Origins of What Divides Us (Nuestra naturaleza pol¨ªtica: los or¨ªgenes evolutivos de lo que nos divide). Comenz¨® su carrera pol¨ªtica como el asesor m¨¢s joven en el Palacio de Gobierno en Lima, Per¨², a la edad de 23 a?os. Tuschman tiene un doctorado en antropolog¨ªa evolutiva de la Universidad de Stanford.
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