Nueva tragedia al naufragar una barcaza que se dirig¨ªa a Lampedusa

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, declar¨® el mi¨¦rcoles que nunca olvidar¨¢ los 280 ata¨²des, algunos de ellos blancos, alineados en un hangar del aeropuerto de Lampedusa. De haber llegado este viernes, hubiese visto 339. Y el s¨¢bado, 389 o tal vez m¨¢s. Cuando a¨²n contin¨²an rescat¨¢ndose cad¨¢veres del barco hundido la pasada semana, otra barcaza con unos 250 inmigrantes a bordo volc¨® ayer por la tarde en el canal de Sicilia, a unas 70 millas n¨¢uticas (130 kil¨®metros) al sur de Lampedusa.

La Marina de Malta explic¨® que el naufragio se produjo a las 17.15. Un avi¨®n militar en vuelo de reconocimiento sobre el canal de Sicilia avist¨® una barcaza repleta de inmigrantes, quienes, para hacerse notar, empezaron a moverse haciendo se?ales desesperadamente. Seg¨²n las primeras hip¨®tesis, la agitaci¨®n desestabiliz¨® la precaria embarcaci¨®n hasta hacerla naufragar. Una vez activada la alarma, dos buques de la Armada italiana ¡ªLybra y Espero¡ª y una patrullera de Malta se acercaron a la zona. De los 250 inmigrantes que, seg¨²n las primeras informaciones, viajaban en la barcaza, 56 fueron rescatados por los barcos de la Marina italiana y 147 por la patrullera maltesa. Al menos 34 personas, entre ellos 10 menores, murieron.

Las Fuerzas Armadas de Malta aseguraron que la barca ya estaba bajo vigilancia por parte de su centro de coordinaci¨®n y salvamento despu¨¦s de que, a trav¨¦s de un tel¨¦fono satelital, tal vez desde un barco que transitaba por la zona, se efectuara la primera llamada de alarma a las autoridades mar¨ªtimas italianas.

Fue desde Italia desde donde se alert¨® a la Marina de Malta: ¡°Parec¨ªa dirigirse a Lampedusa, daba la impresi¨®n de inestabilidad¡±. Al parecer, algunos inmigrantes llevaban puestos chalecos salvavidas y otros no. Helic¨®pteros italianos, que nada m¨¢s llegar a la zona lanzaron salvavidas, lograron izar a un buen n¨²mero de n¨¢ufragos, entre ellos varios heridos y unos 10 ni?os, que fueron llevados hacia la isla de Lampedusa. Durante el rescate, un portavoz de la Marina italiana informaba alarmado: ¡°Hay al menos 200 personas en el mar. Los helic¨®pteros intentan recogerlas¡±.

La nueva tragedia se produce solo una semana y un d¨ªa despu¨¦s de que un barco con m¨¢s de 500 inmigrantes a bordo se incendiara y naufragara frente a Lampedusa. Solo 155 lograron salvarse y ya son 339 los cad¨¢veres recuperados. Ayer mismo, se localizaron 28 de entre los restos del barco hundido.

Como, desgraciadamente, se pudo comprobar anoche, el gran naufragio del 3 de octubre no fue el ¨²ltimo, pero tal vez s¨ª el que marque un punto de inflexi¨®n. Europa ya no puede alegar que no sab¨ªa. La terrible fotograf¨ªa de centenares de ata¨²des marcados solo por un n¨²mero, m¨¢s visible sobre el blanco de los ata¨²des infantiles, no puede ser enviada al mismo saco del olvido en el que han ido cayendo, a?o tras a?o, las llamadas de socorro que, hacia Italia y hacia Europa, han lanzado la alcaldesa de Lampedusa y hasta el Papa de Roma. El llamado ¡°fen¨®meno de la inmigraci¨®n¡±, que en Italia y en otras partes de Europa despierta los peores fantasmas del racismo y la xenofobia, tiene en el canal de Sicilia, en las playas de Lampedusa, su perfil m¨¢s dram¨¢tico. En su visita del pasado mi¨¦rcoles ¡ªcasi una semana despu¨¦s de la tragedia¡ª, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso y el primer ministro italiano, Enrico Letta, no solo pudieron observar en directo el drama de los muertos, sino tambi¨¦n el de los vivos. El mal llamado centro de acogida ¡ªes un centro de internamiento con peores condiciones que la peor de las c¨¢rceles¡ª es ¡°una verg¨¹enza¡±, y as¨ª no tuvieron m¨¢s remedio que reconocerlo los dos mandatarios, para Italia y para Europa.

Pero, a pesar de la magnitud de las tragedias del d¨ªa 3 o de este viernes, de la conmoci¨®n provocada por tantas v¨ªctimas agrupadas en tan poco espacio de tiempo, se trata de una peque?a parte de los miles que han perdido la vida en los ¨²ltimos a?os.

Desde 1990, el drama de la inmigraci¨®n ha arrojado a la isla siciliana m¨¢s de 8.000 cad¨¢veres ¡ªde ellos, 2.700 durante 2011, coincidiendo con el conflicto de Libia¡ª. Seg¨²n el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, desde el inicio de 2013, Malta y Lampedusa han acogido a 32.000 personas, de las cuales dos tercios han solicitado despu¨¦s el asilo.

Pero no ha sido hasta la pasada semana cuando Europa parece haberse dado cuenta de la crueldad de la tragedia. El grito de la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, al primer ministro Enrico Letta ¡ª¡°el mar est¨¢ lleno de muertos. Venga aqu¨ª a mirar el horror a la cara. Venga a contar los muertos conmigo¡±¡ª tard¨® casi una semana en ser respondido.

Aquella barcaza, como muchas de las que cruzan el canal de Sicilia, hab¨ªa partido del puerto libio de Misrata tres d¨ªas antes. Era solo uno m¨¢s de los muchos que prueban suerte con el sue?o europeo durante los meses del buen tiempo. Los ¨²ltimos d¨ªas del verano, las mafias intensifican el env¨ªo de barcos para agrandar su negocio.

Solo unas horas antes del naufragio del d¨ªa 3, otro barco hab¨ªa arribado a Lampedusa con 463 inmigrantes a bordo y, el lunes 30 de septiembre, 13 j¨®venes de nacionalidad eritrea se ahogaron a solo unos metros de la playa siciliana de Sampieri. M¨¢s y m¨¢s muertos sin nombre llamando a la puerta de nuestra indiferencia.