EE UU pierde m¨¢s de 24.000 millones de d¨®lares en 16 d¨ªas de crisis
La consecuencia inmediata del cierre del Gobierno supondr¨¢ un recorte de 0,6 puntos porcentuales del PIB del cuarto trimestre
La popular c¨¢mara del Zoo de Washington, ese Gran Hermano que muestra al mundo todos los movimientos de la panda Mei Xiang y su cachorro de dos meses, volvi¨® a encender su piloto rojo cuando el reloj estaba a punto de marcar las diez de la ma?ana de este jueves. Las barreras que imped¨ªan el acceso a los monumentos y parques nacionales eran retiradas por funcionarios que intentaban volver a la rutina. Los convoys del metro de la capital de EE UU llevaban ya ocho vagones en lugar de los seis de las semanas pasadas a consecuencia de la falta de pasajeros. Los correos electr¨®nicos de los empleados federales dejaban de llevar en el asunto ¡®fuera de la oficina¡¯. El cartel de abierto volv¨ªa colgarse de los despachos de la Administracion. Estados Unidos estaba de nuevo en marcha y abierto al negocio.
El par¨®n administrativo de 16 d¨ªas sufrido por la primera econom¨ªa del mundo ha tenido un coste, no solo de desgaste pol¨ªtico y de sumatorio al ya hartazgo general que sufre el ciudadano respecto al poder de Washington. Este coste se establece en moneda corriente y asciende a m¨¢s de 24.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la agencia financiera de valoraciones Standard & Poor?s. La consecuencia inmediata del cierre del Gobierno (el famoso shutdown) supondr¨¢ un recorte de 0,6 puntos porcentuales en la previsi¨®n del PIB del cuarto trimestre de este a?o, seg¨²n prev¨¦ la agencia antes citada. Standard & Poor ?s rebaja su estimaci¨®n de crecimento del Producto Interior Bruto de un 3% a cerca de un 2%. Otras agencias son m¨¢s optimistas y ese 0,6% se rebaja a un 0,3.
Pero los primeros s¨ªntomas de alivio de vuelta a la normalidad (turistas gastando sus d¨®lares en un recuerdo de la Casa Blanca; paga semanal en el banco; incluso congresistas embarcando en vuelos rumbo a sus hogares hasta el martes que viene tras haber desbloqueado la crisis) pueden ser solo un respiro temporal ya que los ciudadanos, los consumidores y los inversores pueden temer que el gui¨®n se repita en unas semanas o meses, por lo que decidir¨¢n guardar sus chequeras ante el temor a una nueva crisis. Para Standard & Poor?s, que Washington no haya sido capaz de llegar a un acuerdo de largo plazo es sin duda una mala noticia que no tendr¨¢ mejores consecuencias.
El da?o causado por la pol¨ªtica de gobernar a golpe de crisis a la que parece haberse acsotumbrado el Capitolio va m¨¢s all¨¢ de los cerca de un mill¨®n de empleados que en un primer momento se vieron forzados a permanecer en sus hogares y los museos y monumentos cerrados de Washington. El cierre de la Administraci¨®n llega despu¨¦s de que la Reserva Federal informara de un modesto crecimiento de la econom¨ªa del pa¨ªs en septiembre y provoca una caida en la confianza del consumidor similar a la sufrida tras el colapso de Lehman Brothers en 2008.
Si los turistas mostraban este jueves de nuevo su sonrisa en Washington al poder acceder a monumentos y museos, los peque?os comerciantes no lograban sacudirse la frustraci¨®n y el enojo de haber tenido que funcionar a medio gas durantes m¨¢s de dos semanas, con la consecuente p¨¦rdida econ¨®mica. Gina Burns asegura que estuvo a punto de suspender su visita a la capital desde su natal Kansas hasta que comprob¨® que el dinero que no recuperar¨ªa en billetes y reservas de hotel era mayor que su deseo de tener una foto a los pies del monumento de Lincoln. Ahora est¨¢ satisfecha con la decisi¨®n tomada. Lee, la coreana que desde hace casi 20 a?os vende sandwiches en las cercanias de la Casa Blanca, se queja de toda la comida que se ha echado a perder y los clientes que no han entrado en su modesto local. ¡°Esto no es bueno, no es bueno. No puede ser bueno¡±, asegura Lee en un p¨¦simo ingl¨¦s a pesar de llevar muchos a?os en el pa¨ªs. Lo mismo que dice Standard & Poor?s pero con otras ¨Climitadas- palabras.
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