Dem¨®cratas, 1; Republicanos, 0
Acorralado entre los moderados y el Tea Party, el partido de Lincoln se pregunta el porqu¨¦ de la derrota
Desde la sabidur¨ªa que dan los a?os de experiencia en una arena como la del Capitolio de Washington, el senador republicano John McCain dec¨ªa aquello tan manido de ¡°si ya lo sab¨ªa yo¡±. Desde que comenz¨® la crisis fiscal ¡ªy no a toro pasado¡ª, que ha tenido a EEUU en vilo y a la que se sum¨® la posibilidad de entrar en suspensi¨®n de pagos si no hab¨ªa un acuerdo entre ambas bancadas del Congreso, el senador por Arizona y antiguo contendiente por la Casa Blanca no ha dejado de repetir el mismo mantra: ¡°Yo s¨¦ c¨®mo va a acabar esto¡±. Mal.
¡°Lo sab¨ªa, sab¨ªa que tendr¨ªa este final¡±. McCain confirm¨® sus peores temores la noche del mi¨¦rcoles, cuando la C¨¢mara de Representantes hab¨ªa aprobado una ley consensuada en el Senado que extend¨ªa el presupuesto hasta mediados de enero y elevaba el techo de la deuda hasta el 7 de febrero del a?o pr¨®ximo. Pero lo que medi¨®, desde que se inici¨® la crisis el pasado 1 de octubre y su resoluci¨®n m¨¢s de dos semanas despu¨¦s, han sido 16 d¨ªas que han da?ado la imagen ¡ªy los n¨²meros en los sondeos¡ª del Partido Republicano y han probado que, esta vez, el presidente Barack Obama no iba de farol cuando dijo que no permitir¨ªa que los republicanos usaran el cierre del Gobierno o la posible bancarrota para presionarle a hacer cambios en sus decisiones pol¨ªticas.
McCain calific¨® lo sucedido estas dos semanas como ¡°uno de los cap¨ªtulos m¨¢s vergonzosos¡± de los a?os que ha pasado en el Congreso y calific¨® los debates sobre la crisis fiscal como ¡°una odisea agonizante¡±. Tras librar una f¨²til campa?a para da?ar la reforma sanitaria de Obama a trav¨¦s de arrebatarle los fondos federales, tanto extremistas como moderados del partido de Lincoln se rend¨ªan incondicionalmente en la noche del mi¨¦rcoles.
El senador por Carolina del Sur Lindsey Graham, otro dinosaurio del establishment que era Capitol Hill hasta el desembarco del Tea Party, calificaba lo sucedido como de oportunidad perdida para los republicanos y ganada para los dem¨®cratas. ¡°Han sido las mejores dos semanas en los ¨²ltimos tiempos para el Partido Dem¨®crata, porque estuvieron fuera del foco de atenci¨®n y no tuvieron que exponer sus ideas¡±, dijo Graham.
¡°Yo s¨¦ c¨®mo va a acabar esto¡±, dijo el senador John McCain
Perdidos, los miembros del Partido Republicano intentan responder ¡ªsin suerte¡ª a preguntas tan b¨¢sicas como qui¨¦n, c¨®mo, por qu¨¦ y, sobre todo, qu¨¦ pasar¨¢ a partir de ahora. En este punto, McCain vuelve a insistir y demanda que alguien responda por lo sucedido, una batalla que ya aventur¨® perdida de antemano. ¡°Alguien me lo tendr¨¢ que explicar¡±, apostill¨® el pol¨ªtico y veterano de guerra.
Durante los pasados 16 d¨ªas, en entrevistas con personas que vivieron de cerca el ¨²ltimo cierre de la Administraci¨®n ¡ªel que fue a caballo entre 1995 y 1996 con Bill Clinton en la Casa Blanca y Newt Gingrich como presidente de la C¨¢mara¡ª parece haber quedado claro que cada vez que el Gobierno legisla a golpe de crisis lo que se da?a de forma alarmante es la confianza del p¨²blico en las instituciones y los partidos, en este caso el republicano.
¡°Lo intentamos y fracasamos¡±, dec¨ªa Mick Mulvaney, representante republicano por Carolina del Sur. ¡°Quiero olvidarlo y pasar p¨¢gina¡±, dec¨ªa la senadora por Alaska, Lisa Murkowski, intentando ¡ªcomo McCain¡ª reconciliarse con la idea de que ya sab¨ªa de antemano que era una guerra en la que no ganar¨ªan ni siquiera una batalla. M¨¢s amarga ¡ªsi cabe¡ª era la conclusi¨®n extra¨ªda por el senador republicano por Misuri, Roy Blunt. ¡°Logramos crear una divisi¨®n entre nuestras filas sobre algo en lo que est¨¢bamos unidos, sobre un asunto que no era alcanzable¡±, puntualiz¨® Blunt para confirmar que tras un final de verano p¨¦simo para Obama, los republicanos le hab¨ªan servido una victoria en bandeja de playa en oto?o.
Y por supuesto est¨¢ Boehner, John Boehner, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, un hombre al que el Tea Party ha palmeado la espalda por no dar su brazo a torcer al principio de las negociaciones pero cuyo pulso es ahora m¨¢s fr¨¢gil que nunca para tomar las riendas de la que es quiz¨¢ una de las C¨¢maras menos productivas de la historia reciente, precisamente por la incapacidad de Boehner de lograr mayor¨ªas frente a leyes pol¨¦micas. ¡°El presidente no tiene un plan n¨ªtido para unificar a una bancada que ha dado muestras constantes de divisi¨®n cuando necesitaba permanecer unida¡±, editorializaba ayer el diario The Washington Post. ¡°Lo mejor que le puede pasar es que sus congresistas hayan aprendido la lecci¨®n finalmente y asuman que es mejor permanecer juntos que poner zancadillas a tus l¨ªderes de partido¡±.
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