La ciberdefensa socava la unidad de la OTAN

Los 28 pa¨ªses de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) est¨¢n de acuerdo que la ciberguerra es una amenaza creciente y letal. Tambi¨¦n coinciden en que la Alianza debe tener la capacidad suficiente para defenderse de los ataques de los piratas inform¨¢ticos y que para finales de este mes la divisi¨®n que se ocupar¨¢ de ello desde el cuartel general de Mons, al sur de Bruselas, debe estar plenamente operativa para vigilar el medio centenar de sistemas instalados por el mundo. Sin embargo, a la hora de compartir las tecnolog¨ªas que permiten a cada aliado defenderse a s¨ª mismo, la OTAN ya no es una organizaci¨®n tan unida.

La crisis econ¨®mica de Occidente hace tiempo que provoca fricciones en la Alianza. El despliegue de Afganist¨¢n, la guerra en Libia, una posible intervenci¨®n en Siria¡­ En todos los casos han estado presentes las inversiones y los gastos en los que cada miembro incurre y, como siempre, unos reclaman que pagan m¨¢s que otros. La cuesti¨®n de la ciberdefensa no ha logrado escapar de los agrios debates presupuestarios, a pesar de que es considerada crucial en la OTAN desde que un ataque ¡ªpresuntamente realizado desde Rusia¡ª paraliz¨® Estonia (socio de la Alianza) en 2007, y de que ser¨¢ una de las discusiones clave de la cumbre de Londres del pr¨®ximo a?o.

EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania gastan mucho dinero para protegerse de los ciberataques en casa y son reacios a desviar parte de esos fondos a programas de la OTAN de los que puedan beneficiarse los dem¨¢s miembros. Las potencias abogan por la autosuficiencia de cada socio en ciberdefensa mientras que el resto, que invierten menos en este campo porque la mayor¨ªa pasa apuros financieros, reclaman que se aplique el concepto de solidaridad que, en el fondo, es un pilar fundacional de la OTAN.

El secretario general de la Alianza, el dan¨¦s Anders Fogh Rasmussen, intent¨® ser optimista durante la ¨²ltima cumbre ministerial celebrada esta semana en Bruselas. Pero, en los pasillos de la OTAN, los delegados que iban y ven¨ªan acompa?ados muchas veces por militares con 28 uniformes diferentes, sosten¨ªan que cada uno tendr¨¢ que defenderse como pueda y con lo que tenga. ¡°La prioridad de la OTAN es defender sus propias redes¡±, dijo Rasmussen.

¡°La ciberdefensa es una responsabilidad nacional¡±, aclar¨®. ¡°No obstante, la OTAN puede y, deber¨ªa, jugar un papel ¨²til en el desarrollo de la capacidad de cada pa¨ªs para defenderse de la pirater¨ªa inform¨¢tica. Por ejemplo, compartiendo informaci¨®n, m¨¦todos, y realizando ejercicios conjuntos. Esta es la manera en que nos aseguraremos de que cada eslab¨®n de nuestra cadena de ciberdefensa resistir¨¢¡±.

La ciberguerra, por ahora, es responsabilidad de los estados miembros, afirman desde la OTAN

Jamie Shea, el m¨¢ximo responsable de la OTAN contra las amenazas emergentes como los ciberataques, confirm¨® durante una sesi¨®n informativa que, de momento, la ciberdefensa es una cuesti¨®n nacional. No descart¨® que habr¨¢ cierto nivel de colaboraci¨®n pero no dio por buena la posibilidad de crear un equipo de respuesta r¨¢pida para asistir a alg¨²n miembro ante un ataque concreto. La idea, al menos de momento, no tiene ning¨²n viso de prosperar.

El ministro de Defensa espa?ol, Pedro Moren¨¦s, dijo que de lo que se trata es de que ¡°nadie se aproveche de nadie¡±. Espa?a est¨¢ a favor de que cada pa¨ªs invierta y desarrolle sus propios sistemas, pero considera que los pa¨ªses con m¨¢s recursos no deben perder de vista las necesidades de los m¨¢s d¨¦biles porque un fallo en esa parte de la cadena puede afectar a toda la Alianza, incluso a los que tienen los mejores sistemas nacionales. Moren¨¦s confirm¨® que Espa?a y Portugal (con la participaci¨®n de Italia) ser¨¢n los anfitriones en 2015 de los mayores ejercicios militares de la OTAN tras la retirada de Afganist¨¢n.

La divisi¨®n de ciberdefensa de la OTAN registra unos 147 millones de incidentes diarios, lleg¨® a declarar a la agencia Reuters el director de la divisi¨®n contra la pirater¨ªa en Mons, Ian West. Durante todo el a?o pasado unos 2.500 ataques fueron realmente graves. En el centro trabajan unos 130 expertos de 15 pa¨ªses, que se dedican la mayor¨ªa del tiempo a interceptar los correos electr¨®nicos falsos con los que los piratas intentar conseguir claves de acceso e informaci¨®n secreta de la organizaci¨®n. Si se trata de un amenaza seria, los expertos no solo la desactivan sino que intentan rastrear su origen.

Desde el incidente de Estonia hace seis a?os y las fricciones con Rusia por el caso, quien m¨¢s ha denunciado graves ataques a sus sistemas es EEUU y ha apuntado a China, que posee una de las divisiones de ciberguerra m¨¢s amplias y avanzadas del mundo. M¨¢s tarde, cuando estall¨® el caso Snowden, tanto Pek¨ªn como Mosc¨² acusaron de hip¨®crita a Washington por criticar el espionaje inform¨¢tico cuando es uno de los pa¨ªses que m¨¢s actividades de este tipo lleva a cabo, incluso contra pa¨ªses aliados de la OTAN como Francia y Espa?a, y grandes socios comerciales latinoamericanos como Brasil.