Estados Unidos espi¨® los tel¨¦fonos m¨®viles de 35 l¨ªderes mundiales
El diario brit¨¢nico 'The Guardian' revela que la NSA intervino 200 n¨²meros de tel¨¦fono de jefes de Estado y de Gobierno
La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) ha rastreado las comunicaciones de miembros del Gobierno espa?ol, seg¨²n han manifestado a EL PA?S fuentes conocedoras de la documentaci¨®n filtrada por Edward Snowden, el exanalista de la citada agencia refugiado en Rusia y cuyas revelaciones han abierto una profunda crisis internacional. ¡°Las agencias de espionaje estadounidenses han empleado la misma pr¨¢ctica en muchos pa¨ªses. Y Espa?a no ha sido ninguna excepci¨®n¡±, aseguraron las citadas fuentes, que no precisaron la identidad de los pol¨ªticos vigilados ni el periodo en que se interceptaron las comunicaciones. Esta labor se efectu¨® en paralelo a la masiva recogida de datos procedentes del rastreo de comunicaciones electr¨®nicas y telef¨®nicas de los ciudadanos espa?oles, tal y como ha sucedido en otros pa¨ªses.
El Gobierno espa?ol teme que entre los pol¨ªticos espiados figure el presidente, ya sea Mariano Rajoy o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene previsto convocar al embajador estadounidense, James Costos, en el mismo momento en que disponga de informaci¨®n en este sentido, ya sea de forma oficial o a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. El pasado martes, EL PA?S adelant¨® que los servicios secretos espa?oles estaban convencidos de que Espa?a hab¨ªa sido objeto de masivos barridos de llamadas telef¨®nicas y comunicaciones por parte de la NSA. Del mismo modo que Francia o Alemania.
La sospecha de que los servicios de inteligencia de EE UU llevan a?os espiando el m¨®vil de la canciller Angela Merkel irrumpi¨® ayer en la en¨¦sima cumbre del euro. E hizo saltar por los aires una agenda cargada de temas tan crudos como fundamentales para la UE (telecomunicaciones, uni¨®n bancaria e inmigraci¨®n), al conocerse que la querencia norteamericana por el control de datos llega hasta el mism¨ªsimo tel¨¦fono de la canciller alemana. Pero Merkel no es ni mucho menos la ¨²nica. El esc¨¢ndalo sigue agigant¨¢ndose: la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE UU supervis¨® las conversaciones telef¨®nicas de 35 l¨ªderes mundiales, seg¨²n revel¨® ayer el diario brit¨¢nico The Guardian bas¨¢ndose en un documento secreto que asegura que un alto funcionario entreg¨® dichos n¨²meros a la agencia.
Un memorando confidencial revela que la NSA fomenta que los funcionarios de mayor rango de toda la Administraci¨®n, incluida la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pent¨¢gono, compartan sus agendas para que la agencia pueda monitorizar los n¨²meros de tel¨¦fono de los l¨ªderes extranjeros con sus sistemas de vigilancia. El documento se?ala que un funcionario estadounidense no identificado entreg¨® m¨¢s de 200 n¨²meros, incluidos los de los 35 l¨ªderes.
Berl¨ªn y Par¨ªs dejan a un lado el lenguaje diplom¨¢tico para acusar a Washington
Esa revelaci¨®n aumenta las tensiones diplom¨¢ticas entre Estados Unidos y sus aliados. Y da alas al malestar en Europa: Berl¨ªn y Par¨ªs olvidaron anoche viejas rencillas y se conjuraron para acusar a EE UU de las peores tretas, en un lenguaje inusualmente poco diplom¨¢tico para los tiempos que corren. Pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses secundaron esa en¨¦rgica reacci¨®n ¡ªunidad europea, al menos esta vez¡ª con un tableteo de declaraciones.
Alemania y Francia acordaron de madrugada buscar un pacto con EEUU este a?o paras entar unas nuevas bases de funcionamiento del espionaje. La escalada verbal fue contundente: "Lo m¨¢s importante es encontrar bases para el futuro. La confianza se ha da?ado seriamente y tenemos que reconstruirla", dijo Merkel en una comparecencia en Bruselas tras la cena. El presidente Fran?ois Hollande destac¨® tambi¨¦n de madrugada que, aunque se deben establecer nuevas normas, "la relaci¨®n con Estados Unidos es prioritaria" y abog¨® por la reactivaci¨®n del grupo para la negociaci¨®n del tratado comercial entre Bruselas y Washington.
La escalada verbal fue contundente: la canciller fue mucho m¨¢s all¨¢ del habitual lenguaje de madera de las cumbres y apunt¨® en Bruselas que el espionaje ¡°es totalmente inaceptable¡±. En un giro relativamente inesperado tras la tibia respuesta inicial alemana cuando se desencaden¨® el esc¨¢ndalo, Merkel explic¨® que ya inform¨® a las autoridades estadounidenses de su malestar por estas pr¨¢cticas el pasado junio, y anteayer volvi¨® a hacerlo en una conversaci¨®n telef¨®nica con el presidente de EE UU, Barack Obama. El equipo de Obama volvi¨® a negar ayer que est¨¦ espiando o vaya a espiar a Merkel, aunque lleva dos d¨ªas midiendo cuidadosamente sus palabras acerca de si pinch¨® ¡ªo no¡ª el tel¨¦fono de la canciller en el pasado.
La gran mayor¨ªa de los presidentes y primeros ministros europeos presentes en Bruselas secund¨® las cr¨ªticas del eje franco-alem¨¢n, aunque Espa?a, por ejemplo, evit¨® pronunciarse al respecto. Los dirigentes se divid¨ªan entre quienes reclaman medidas concretas como respuesta (la paralizaci¨®n de las negociaciones sobre el tratado de libre comercio con EE UU, por ejemplo) y los que prefieren una reacci¨®n m¨¢s modulada, sin represalias.
Varios dirigentes
No faltaban en los pasillos de Bruselas teor¨ªas conspirativas, an¨¢lisis sobre el tempo de las denuncias franco-alemanas y tesis sesudas sobre lo bien que vendr¨ªa un enemigo exterior para unir a un continente falto de consensos. Solo una cosa es segura: el hecho de que esta cumbre est¨¦ copada por el espionaje (y, en segunda instancia por la inmigraci¨®n) consolida la idea de que el inter¨¦s por la econom¨ªa se desplaza a otros campos. Probablemente sea la primera cumbre en la que la crisis no monopoliza el debate.
La dimensi¨®n alcanzada por el esc¨¢ndalo probablemente sea la llamada de atenci¨®n definitiva para convencer a los pa¨ªses m¨¢s titubeantes (con Alemania a la cabeza hasta hace dos d¨ªas) de que este es un asunto europeo, explicaron fuentes diplom¨¢ticas, en el que merece la pena meterse a fondo. El debate tiene varias aristas interesantes. La principal, las explicaciones que se deben exigir a EE UU, hasta ahora muy reticente a rendir cuentas. Ah¨ª lo fundamental es la fuerza de cada pa¨ªs contra Washington: Europa no tiene competencias sobre cuestiones de seguridad nacional e inteligencia. Por eso Washington solo admite como interlocutores v¨¢lidos a los Estados, lo que debilita la posici¨®n europea.
M¨¢s all¨¢ de la impotencia mostrada hasta ahora, lo ocurrido pone patas arriba las relaciones transatl¨¢nticas. Anteayer el Europarlamento pidi¨® que se anule el acuerdo de transferencia de datos bancarios con EE UU, muy sensible para Washington porque eso le permite acceder a informaci¨®n sobre transferencias financieras para luchar contra el terrorismo. Por otro lado, la Comisi¨®n estudia suspender el otro gran acuerdo vigente: el llamado safe harbour, por el que unas 3.000 empresas estadounidenses acceden a datos de los europeos.
Otra cosa ser¨¢ que estos episodios fuercen la negociaci¨®n en el Consejo sobre una norma europea de protecci¨®n de datos, que lleva meses estancada. Contar con un marco m¨¢s garantista que el actual (y adaptado a Internet) favorecer¨ªa a los europeos, pero tampoco es la panacea y, en la pr¨¢ctica, no puede evitar este tipo de intromisiones alegales, seg¨²n las fuentes consultadas.
Cruce de reproches
¡°Hemos dejado claro que Estados Unidos re¨²ne informaci¨®n en el extranjero igual que hacen todas las naciones¡±, dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, que sin embargo eludi¨® aclarar si EE UU espi¨® el tel¨¦fono de la canciller alemana.
Angela Merkel en Bruselas: ¡°Espiar a los amigos es totalmente inaceptable¡±. ¡°Sin motivos ni indicios muy serios no hubi¨¦semos dado un paso diplom¨¢tico de esta gravedad¡±, dijo Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores alem¨¢n, tras reunirse con el embajador de EE UU.
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