El espionaje a Brasil frustra una compra millonaria de F-18 a EE UU
El acuerdo ascend¨ªa a 4.000 millones de d¨®lares La Casa Blanca sostiene que los esc¨¢ndalos de la NSA no han afectado al resto de exportaciones
Los efectos del espionaje estadounidense a la presidenta brasile?a Dilma Rousseff no se circunscriben solo al ¨¢mbito pol¨ªtico. Este viernes, la Casa Blanca ha se?alado durante un encuentro organizado por la agencia Reuters en Washington que la potencial compra a Brasil de armamento y cazas F-18 a la empresa Boeing por valor de 4.000 millones de d¨®lares se ha visto frustrada por el enfriamiento entre la relaci¨®n de ambos pa¨ªses. Este distanciamiento, seg¨²n la Administraci¨®n de Estados Unidos, no ha minado, sin embrago, la relaci¨®n comercial con la segunda potencia econ¨®mica del continente y el esc¨¢ndalo de las cuestionadas pr¨¢cticas de vigilancia en el extranjero de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) tampoco ha perjudicado las exportaciones estadounidenses.
¡°No creo que se pueda afirmar que las preocupaciones en torno al espionaje de la NSA hayan tenido un impacto en la totalidad de nuestra pol¨ªtica exterior y creo que Brasil es un caso ¨²nico que se puede colocar en un extremo de todo el espectro¡±, ha se?alado a Reuters Ben Rhodes, viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
No creo que se pueda afirmar que las preocupaciones en torno al espionaje de la NSA hayan tenido un impacto en la totalidad de nuestra pol¨ªtica exterior y creo que Brasil es un caso ¨²nico que se puede colocar en un extremo de todo el espectro¡± Ben Rhodes
Desde 2012, Brasil se es¨¢ debatiendo entre tres competidores en el proceso de adquisici¨®n de cazabombarderos, la estadounidense Boeing, la francesa Dassault Aviation, y la sueca Saab. Boeing esperaba hacerse con el contrato y extender la venta de F-18 hasta 2016. La p¨¦rdida de confianza de Brasil en EE UU tras destaparse el espionaje de Washington a las comunicaciones de Rousseff puede arruinar, seg¨²n las declaraciones de Rhodes a Reuters, la potencial adquisici¨®n a la compa?¨ªa norteamericana.
Rhodes ha reconocido que ¡°no est¨¢ claro que ahora mismo se pueda retomar la venta de los cazas estadounidenses a Brasil¡±. ¡°Tenemos que trabajar en reforzar nuestra relaci¨®n bilateral¡±, ha se?alado el asesor. En medio de este desencuentro, el Gobierno de Rousseff ha abierto la puertas de su pol¨ªtica en materia de Defensa a Rusia con quien la semana pasada firm¨® un acuerdo de compra de armas por valor de mil millones de d¨®lares.
Las econom¨ªas de EE UU y Brasil son las m¨¢s fuertes del hemisferio. El pa¨ªs sudamericano es el octavo socio comercial de Washington. El comercio bilateral entre ambos ambos pa¨ªses ascendi¨® en 2012 a 59.000 millones de d¨®lares y las exportaciones de EE UU a Brasil alcanzaron los 63.000 millones de d¨®lares en 2011, seg¨²n datos de la Casa Blanca.
Con 5.900 millones de d¨®lares desembolsados en Estados Unidos en 2010, los brasile?os son los extranjeros que m¨¢s gastan en ese pa¨ªs, casi 5.000 d¨®lares por persona, seg¨²n datos del Departamento de Comercio estadounidense y se han convertido en uno de los grandes impulsores de la industria del turismo en este pa¨ªs. El presidente Barack Obama ha solicitado que se acelere el proceso para que eliminar la exigencia de visados para los ciudadanos de Brasil que vengan en calidad de turistas.
El esc¨¢ndalo de espionaje de la NSA en Brasil provoc¨® que en septiembre Rousseff cancelara su esperada visita de Estado a Washington, enturbiando el impulso de los lazos diplom¨¢ticos entre ambas potencias iniciada tras la salida de Luis In¨¢cio Lula da Silva del poder. El incidente fue tratado de manera personal entre la presidenta brasile?a y su hom¨®logo estadounidense durante la cumbre del G-20 en San Petersburgo y d¨ªas despu¨¦s a lo largo de una llamada telef¨®nica que mantuvieron ambos mandatarios.
Durante su intervenci¨®n en la Asamblea General de Naciones Unidas -justo antes que la de la Obama-, la l¨ªder brasile?a conden¨® las pr¨¢cticas de vigilancia y propuso una regulaci¨®n del uso de Internet que garantice la transparencia y que defina el uso de red y las normas y mecanismos que impidan que pueda emplearse para desarrollar pr¨¢cticas de vigilancia y espionaje.
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