Retengan estos nombres: Massa y Scioli

A partir de este domingo, en Argentina se comenzar¨¢ a hablar m¨¢s que nunca de dos pol¨ªticos expertos en el arte de ponerse de lado para esquivar los ataques, en las escaramuzas de las largas batallas peronistas, en la disciplina de saber manejar los tiempos, en aguantar carros y carretas con tal de alcanzar el objetivo marcado. Y el objetivo de ambos es llegar a la Casa Rosada en 2015. Se llaman Sergio Massa y Daniel Scioli.

Massa es alcalde del municipio bonaerense de Tigre y concurre a las legislativas del domingo como candidato a diputado. Scioli es gobernador de la provincia de Buenos Aires, la que aporta el 40% del PIB de Argentina y el 37% de los electores. Hasta hace solo cuatro meses Scioli era el gobernador peronista m¨¢s humillado por Cristina Fern¨¢ndez. Scioli aguant¨® sin rechistar todas las vejaciones. Su ¨²nica manera de contratacar era conceder entrevistas al grupo Clar¨ªn o hacerse alguna foto con alg¨²n enemigo de Cristina Fern¨¢ndez. Pero sucedi¨® que en junio Massa se sali¨® de las filas kirchneristas y decidi¨® presentarse a las elecciones con un partido creado a prop¨®sito, el Frente Renovador. Y entonces, Scioli se convirti¨® en el gran aliado de Fern¨¢ndez. El objetivo de la presidenta y el gobernador ahora es que Mart¨ªn Insaurralde, el candidato oficialista a diputado en la provincia de Buenos Aires, no se lleve el batacazo electoral que podr¨ªa llevarse.

La provincia de Buenos Aires aporta el 40% del PIB de Argentina y el 37% de los electores

El mayor inter¨¦s que tienen las elecciones consiste en saber cu¨¢n grande ser¨¢ la derrota de Insaurralde. Massa lo tuvo muy f¨¢cil en las elecciones primarias que disputaron ambos el 11 de agosto. Solo precis¨® decir las obviedades que hab¨ªa callado durante los nueve a?os y medio que ha permanecido en el Gobierno: que hay que combatir la inseguridad ciudadana, que la inflaci¨®n es insostenible y que el pa¨ªs necesita m¨¢s di¨¢logo y menos confrontaci¨®n. Funcion¨®. De nada sirvi¨® que la presidenta se volcara con Insaurralde y hasta lo llevara a hacerse una foto junto al Papa en su visita a Brasil. Massa termin¨® sac¨¢ndole a Insaurralde una ventaja de 5,5 puntos que casi ninguna encuestadora se hab¨ªa atrevido a vaticinar. A ra¨ªz de esa derrota, el Gobierno argentino comenz¨® una campa?a de cambios impensables hasta entonces.

?A Massa le iba bien atacando al Gobierno con la inseguridad? Pues el Gobierno retir¨® de sus puestos en la frontera a 4.000 gendarmes y los desplaz¨® a la periferia de Buenos Aires, donde se encuentra el mayor caladero de votos. ?No era suficiente con eso? Pues Insaurralde propuso entonces bajar la edad de imputabilidad a los 14 a?os. Y, por supuesto, neg¨® que la medida tuviera fines electoralistas. ?Hab¨ªa que reconocer que las cifras oficiales de la inflaci¨®n no se corresponden con la realidad? El candidato de Cristina Fern¨¢ndez cometi¨® ese sacrilegio. ?Qu¨¦ m¨¢s? ?Convendr¨ªa bajar las cargas del impuesto sobre la renta para los asalariados? El Gobierno lo hizo, a pesar de que se hab¨ªa negado hasta entonces. Y tambi¨¦n decret¨® beneficios fiscales para los peque?os empresarios aut¨®nomos. M¨¢s: Cristina Fern¨¢ndez no conced¨ªa entrevistas en Argentina desde que en mayo de 2009 la entrevistase una actriz. Pero ahora se prest¨® a que la entrevistaran de forma semanal. Hasta que sobrevino la operaci¨®n quir¨²rgica y el mes de estricto reposo.

Y a pesar de todo eso, las encuestas m¨¢s pesimistas le auguran a Massa una ventaja de siete puntos sobre el candidato de Cristina Fern¨¢ndez. El domingo ganar¨¢. Pero le quedar¨¢n dos a?os de traves¨ªa hasta las presidenciales de 2015. Ya tiene preparados varios viajes al extranjero, entre ellos a Espa?a, para convencer a propios y extra?os de que Argentina necesita un hombre como ¨¦l en la Casa Rosada. Por su parte, Scioli tendr¨¢ que granjearse el apoyo de Cristina Fern¨¢ndez como aspirante a la presidencia, cosa que no tiene ni mucho menos garantizada. El peronismo oficialista podr¨ªa escindirse y ah¨ª ver¨ªan su oportunidad de oro para llegar a la Casa Rosada otros candidatos ajenos al peronismo. De izquierdas y de derechas.

En cualquier caso, comienza una nueva partida en Argentina.