La presidenta se queda fuera del baile
Con los resultados de las legislativas del domingo, los argentinos le han dicho a Fern¨¢ndez que no puede intentar su reelecci¨®n
En septiembre de 2012 un alumno de la universidad de Harvard le pregunt¨® a Cristina Fern¨¢ndez:
¡ª?Usted quiere ser reelecta o reelegida por tercera vez y quiere reformar la Constituci¨®n para eso?
Y Fern¨¢ndez no dijo ni s¨ª ni no, sino todo lo contrario:
¡ªNo se trata de lo que yo quiero, sino de lo que debo o puedo. En realidad, es una cuesti¨®n abstracta porque la Constituci¨®n no permite mi reelecci¨®n como presidenta; o sea, va m¨¢s all¨¢ de lo que yo quiera.
Pues bien: con los resultados de las legislativas del domingo en la mano, los argentinos le han dicho a Fern¨¢ndez y a todos los kirchneristas que alentaron su reelecci¨®n que no puede intentarlo. Ya no es una cuesti¨®n abstracta. El baile que conduce a la Casa Rosada en 2015 acaba de empezar y la presidenta se ha quedado fuera¡ A menos que uno o varios partidos de la oposici¨®n sellen un acuerdo con ella, cosa improbable pero no imposible.
Para reformar la Constituci¨®n Cristina Fern¨¢ndez necesitar¨ªa la aprobaci¨®n de dos tercios del Congreso, o sea: 172 diputados (sobre un total de 257) y 48 senadores (sobre 72).?Ayer, el kirchnerismo y su aliados obtuvieron 131 diputados (tres menos que en 2009) y 40 senadores (los mismos que entonces). Es cierto que el kirchnerista Frente para la Justicia sigue siendo la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs. Y que esos resultados le permiten seguir manteniendo la sart¨¦n del Congreso por el mango. Pero la sart¨¦n se ha vuelto m¨¢s peque?a. Y hay quienes pueden verse tentados a saltar de ella.
El baile que conduce a la Casa Rosada es tan apasionante como simple: se trata de sumar aliados. Un viejo dicho se?ala que el peronista perdona todo menos la derrota. O sea, se ir¨¢ con quien tenga porte y encuestas de ganador. Y otra expresi¨®n peronista recuerda que el primero gobierna y el segundo acompa?a. Es decir, el que ayer llam¨® a Sergio Massa esbirro del Grupo Clar¨ªn y esclavo de las grandes corporaciones, ma?ana puede llamar a su puerta y Massa se la abrir¨¢. Sin reproches, ni malas caras, no hay nada personal. El peronista sabe perdonar los volantazos ideol¨®gicos. Y sus votantes, tambi¨¦n. As¨ª se explica, por ejemplo, que Cristina Fern¨¢ndez saludase el nombramiento del papa Bergoglio con una fr¨ªa carta protocolaria y a los dos d¨ªas iniciara el proceso para convertirse en m¨¢s papista que el Papa.
Ahora bien: el kirchnerista que quiera pasarse al bando de Massa tendr¨¢ que pens¨¢rselo dos veces. Es cierto que Sergio Massa ha arrasado. Que le sac¨® 12 puntos al candidato oficialista de Buenos Aires, cuando las encuestas le daban entre siete y diez. Pero le quedan por delante dos a?os eternos hasta 2015. Es mucho tiempo para que se le siga viendo su sonrisa a diario en un mar de 257 esca?os. Su gran rival del momento, el kirchnerista (de momento) Daniel Scioli, es gobernador de la provincia de Buenos Aires, la m¨¢s rica y m¨¢s poblada del pa¨ªs. Pero Scioli a¨²n no tiene garantizado el apoyo del kirchnerismo puro y duro. Cristina Fern¨¢ndez a¨²n no se ha pronunciado a favor de nadie para las presidenciales de 2015. En cuanto lo haga, el baile se volver¨¢ mucho m¨¢s din¨¢mico.
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