Costa Rica libera presos para afrontar la saturaci¨®n carcelaria
Con una sobrepoblaci¨®n carcelaria de casi 40%, las autoridades costarricenses se obligan a despejar espacios en las prisiones
![Reja de de una celda donde los reos ponen su par de zapatos en Costa Rica](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MZ76QMUSFRYDDSOZDAYGF54TBA.jpg?auth=fe81de568f17c9fedfe17d5b1276953e7c024f66faafcec75616b7f8c52a714c&width=414)
William Salazar estaba en su casa este s¨¢bado cuando lo llamaron de urgencia porque cuatro hombres con armas de fuego estaban asaltando su negocio de venta de pollos rostizados en una comunidad populosa en Puntarenas, en la costa pac¨ªfica de Costa Rica. A la hora de la cena, el comerciante corri¨® a defender lo suyo pero acab¨® muerto en el piso de su negocio por un disparo en el pecho, abatido por uno de esos cuatro delincuentes cuyos cuerpos quedaron grabados por una c¨¢mara de seguridad.
Uno de esos cuatro, al menos uno, no deb¨ªa estar siquiera circulando por la calle principal de El Roble. ?l deb¨ªa estar en la c¨¢rcel de San Sebasti¨¢n, cumpliendo una condena por robo agravado. Tampoco es un pr¨®fugo. Dar¨ªo N. sali¨® de la prisi¨®n tres d¨ªas antes por una orden judicial que manda a reducir la sobrepoblaci¨®n en la c¨¢rcel de San Sebasti¨¢n, en San Jos¨¦, donde por cada diez camas hay ocho reos durmiendo en el suelo y sabiendo que cada d¨ªa entran un promedio de 17 m¨¢s ¡°al bote¡±, como se dice en el argot popular.
Dar¨ªo N., de 23 a?os, fue detenido este lunes en Puntarenas y minutos despu¨¦s se supo que ¨¦l es parte de los casi 400 internos incluidos en un programa para descongestionar San Sebasti¨¢n y entrar a otras c¨¢rceles (tambi¨¦n sobrepobladas) o incluso salir a la calle. ?l cumplir¨ªa la condena en noviembre del 2014, pero un perfil t¨¦cnico lo consider¨® apto para circular en las calles en un r¨¦gimen especial. As¨ª dej¨® su espacio libre en San Sebasti¨¢n, un centro que refleja la situaci¨®n cr¨ªtica de las c¨¢rceles de este pa¨ªs, sin llegar a los extremos de otras naciones de Centroam¨¦rica.
El espacio que dej¨® Dar¨ªo podr¨ªa usarlo ¨¦l mismo, pues el Juzgado Penal de Puntarenas dict¨® este martes seis meses de prisi¨®n preventiva para Dar¨ªo, ahora como implicado en un homicidio, sin que haya acabado de cumplir su condena previa por el asalto a un autob¨²s, en compa?¨ªa de un hermano. Quiz¨¢ no tenga ya cama sino un espacio en el suelo, como muchos de los 1.250 internos de la prisi¨®n de San Sebasti¨¢n. Este centro es utilizado sobre todo para mantener a indiciados que esperan un juicio en un sistema judicial desbordado por el crecimiento de la inseguridad en la ¨²ltima d¨¦cada y por los esfuerzos policiales contra la delincuencia. Desde 2005 la poblaci¨®n encarcelada ha crecido un 80%, seg¨²n datos oficiales de la Direcci¨®n de Adaptaci¨®n Social.
Esta es la paradoja que resume el dilema de las c¨¢rceles en Costa Rica. Los 14 centros tienen capacidad para 9.800 presos, pero alberga a 14.000 (3 por cada 1.000 habitantes). Las alarmas saltaron desde comienzos de este siglo, pero la falta de recursos y los conflictos contractuales han impedido construir m¨¢s celdas y ahora las medidas apuntan a reducir a la fuerza la poblaci¨®n en las c¨¢rceles. As¨ª fue como Dar¨ªo sali¨® libre y pudo llegar a la venta de pollos rostizados de William.
As¨ª fue tambi¨¦n como en la noche de este jueves un joven de apellido Calder¨®n pudo estar en el parque central de San Jos¨¦ y aplicar un ¡°candado chino¡± a un extranjero para robarle la billetera y el tel¨¦fono m¨®vil. Una semana antes, Calder¨®n, abandon¨® la c¨¢rcel de La Reforma (el principal complejo penitenciario del pa¨ªs, en la provincia de Alajuela), como parte del programa de apertura de espacios carcelarios. Ah¨ª cumpl¨ªa condena por robo agravado, pero sali¨® con el compromiso de dormir una vez por semana en un centro semipenitenciario y el resto de los d¨ªas, buscarse la vida como pueda. ?l es asaltante, como el 73% de los reos elegidos para dejar las c¨¢rceles, seg¨²n un recuento del diario La Naci¨®n.
¡°Yo he cumplido con respetar la dignidad humana (¡); el sistema penitenciario no respeta ese valor¡±, argument¨® el juez Roy Murillo, autor de la resoluci¨®n que orden¨® sacar reos de San Sebasti¨¢n rumbo a otras prisiones o, en ciertos casos, otorgarles reg¨ªmenes especiales que les permiten una libertad condicionada. ¡°Hay densidad, problemas de atenci¨®n en servicios m¨¦dicos y t¨¦cnicos, porque no alcanzan los profesionales; hay limitaciones de espacio en un porcentaje que las normas internacionales definen como degradantes e inhumanas¡±, argument¨® en una entrevista en el diario La Naci¨®n el juez cuya resoluci¨®n no ha sido rebatida por los magistrados dela Corte Plena.
La ministra de Justicia, Ana Isabel Garita, m¨¢xima autoridad del sistema penitenciario, lleg¨® tambi¨¦n a pedir a los magistrados evitar las penas de prisi¨®n cuando sean menores a tres a?os. Organizaciones abogan por respetar los derechos humanos de los presos en estos ¡°dep¨®sitos de personas¡±, como lo ha calificado la defensora de los Habitantes, Ofelia Taitelbaum. Del otro lado, la opini¨®n p¨²blica presiona para mantener dentro a cualquier delincuente a¨²n cuando no haya una sentencia en firme. ¡°Es indignante. No es posible que en este pa¨ªs no haya seguridad porque no hay recursos para tener a los presos donde deben estar¡±, declar¨® Gerardo Vargas, amigo del asesinado William Salazar y candidato a diputado por el opositor Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) en las elecciones de febrero.
La ministra Garita reconoci¨® a EL PA?S que el hacinamiento genera problemas de convivencia interna y de seguridad. ¡°Este es el resultado de tres factores: hay dificultades financieras para atender el problema con los recursos adecuados, estamos viendo la consecuencia de pol¨ªticas de seguridad ciudadana m¨¢s eficaces y adem¨¢s tenemos que modernizar la legislaci¨®n en lo referente al tipo de penas y la prisi¨®n preventiva¡±, declar¨® Garita.?"Entre los planes est¨¢ la ampliaci¨®n ?de las prisiones existentes, en la medida en que lo permitan las estrechas finanzas estatales, y proyectos de reforma legal para disminuir el alcance de las medidas de prisi¨®n cautelar".
Con la c¨¢rcel de San Sebasti¨¢n, la situaci¨®n es m¨¢s cr¨ªtica. Pensada inicialmente para indiciados, acab¨® acogiendo tambi¨¦n poblaci¨®n sentenciada. Esto se suma al incremento en el uso de la prisi¨®n preventiva, en muchos casos como respuesta a una creciente presi¨®n popular por el encarcelamiento de sospechosos. Sospechosos como Dar¨ªo, aunque tambi¨¦n sea un condenado.
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