En la lista del dictador
Abelardo Basd¨¦n es uno de los artistas en la relaci¨®n reci¨¦n descubierta de repudiados por el r¨¦gimen militar argentino


En el s¨®tano del edificio C¨®ndor, sede de la Fuerza A¨¦rea de Argentina, hab¨ªa ratas. Las autoridades ordenaron fumigarlas y pidieron a las diversas oficinas del inmueble que retiraran de all¨ª todas sus pertenencias. Pero se qued¨® un ba¨²l cerrado con un candado. Los empleados de limpieza decidieron abrirlo hace 10 d¨ªas. Se toparon con unas 1.500 carpetas de documentos que el Departamento de Historia del Ej¨¦rcito del Aire determin¨® a primera vista que eran archivos de la dictadura militar que asol¨® Argentina en 1976 y 1983 y que no se pod¨ªan destruir. Comunicaron el hallazgo al jefe de la fuerza, Mario Callejo, que lo transmiti¨® ¡ªesto es novedoso¡ª a las autoridades civiles del Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner.
As¨ª es como se encontr¨® el mayor archivo de documentos del r¨¦gimen, ordenados tem¨¢tica y cronol¨®gicamente. En el ba¨²l hab¨ªa 280 actas originales de la Junta Militar (¨®rgano de Gobierno), en las que se debate, por ejemplo, el modo en que se referir¨¢n a los 30.000 desaparecidos. Personas ¡°con presunci¨®n de fallecimiento¡± o ¡°con averiguaci¨®n de paradero¡± fueron los t¨¦rminos usados antes de que en 1983, en el ¨²ltimo documento del r¨¦gimen, se dijera que los desaparecidos estaban muertos. En el ba¨²l hab¨ªa adem¨¢s archivos de la Comisi¨®n Asesora Legislativa (CAL, que reemplaz¨® al Congreso), un plan econ¨®mico aportado por la Asociaci¨®n de Bancos Argentinos, que ratifica la colaboraci¨®n civil con la dictadura, y listas negras con m¨¢s de trescientos artistas, periodistas e intelectuales.
¡°Registra antecedentes ideol¨®gicos marxistas que hacen aconsejable su no ingreso y/o permanencia en la Administraci¨®n p¨²blica. No se le proporcione colaboraci¨®n¡±. As¨ª se categorizaba, bajo el r¨®tulo de F¨®rmula 4, el m¨¢s grave, a quienes no deb¨ªan ser contratados por el Estado, que en aquel entonces pose¨ªa todos los canales de televisi¨®n y diversas radios. Los personajes considerados como F¨®rmula 1 eran los que carec¨ªan de ¡°antecedentes ideol¨®gicos marxistas¡±. Los de la F¨®rmula 3 ya ten¨ªan ¡°algunos antecedentes ideol¨®gicos marxistas, pero no suficientes como para que se constituyan en un elemento insalvable para su nombramiento, promoci¨®n, otorgamiento de beca...¡±.
El Ministerio de Defensa, que anunci¨® el hallazgo el pasado lunes, difundi¨® el jueves tres listas negras de 1979, 1980 y 1982. En otras relaciones a¨²n no reveladas aparece Joan Manuel Serrat, seg¨²n cuenta la encargada de revisar el material, la directora de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, Stella Segado. Serrat era considerado ¡°no conveniente¡± porque hab¨ªa ¡°escrito una canci¨®n a Montoneros¡±, la guerrilla peronista. El tema era La montonera y comenzaba diciendo que ¡°con esas manos de quererte tanto pintaba en las paredes Luche y Vuelve¡±, en referencia al expresidente Juan Domingo Per¨®n, exiliado entre 1955 y 1973.
¡°No entiendo el alboroto por estas listas¡±, dice Serrat. ¡°Antes de aparecer en ellas, esta gente fue amenazada, perseguida, sus familiares fueron encarcelados, torturados y asesinados. La mayor¨ªa tuvo que irse del pa¨ªs y los de fuera no pod¨ªamos ir. Yo no quer¨ªa ir, por solidaridad, pero tampoco pod¨ªa. Estoy encantado de estar entre los no deseables de estos criminales. La pena es la generaci¨®n perdida que tuvimos¡±, lamenta el cantautor catal¨¢n.
300 indeseables
En las tres listas difundidas este jueves por el Ministerio de Defensa de Argentina aparecen m¨¢s de 300 personas que sosten¨ªan ideas pol¨ªticas progresistas o de izquierdas que fueron expresadas en sus obras, en su trabajo y, en algunos casos, en una militancia partidaria incluso en a?os anteriores al golpe de Estado de 1976:
- Actores: Norma Aleandro, que protagoniz¨® la pel¨ªcula argentina ganadora del Oscar La historia oficial; H¨¦ctor Alterio, que actu¨® en La historia oficial; Norman Briski, que particip¨® de Elisa vida m¨ªa; Luis Brandoni, que recientemente fue candidato a senador por la oposici¨®n en Argentina; Nacha Guevara, que interpret¨® a Eva Per¨®n en un afamado musical; Emilio Alfaro que actu¨® en Los j¨®venes viejos.
- Cineastas: Fernando Pino Solanas, director de Sur y La nube, acaba de ser elegido senador por la oposici¨®n; Leonardo Favio, autor de culto por pel¨ªculas como El romance del Aniceto; Octavio Getino, oriundo de Le¨®n y fundador del Grupo Cine Liberaci¨®n.
- M¨²sicos: Los tangueros Osvaldo Pugliese y Atilio Stampone; los folkloristas Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, considerada unas de las principales voces de Latinoam¨¦rica; Horacio Guarany, autor de la canci¨®n Si se calla el cantor; Antonio Tejada G¨®mez y C¨¦sar Isella, compositores de Canci¨®n con todos; Jaime D¨¢valos, otro renovador del cancionero popular argentino; Hamlet Lima Quintana, el productor Julio Mah¨¢rbiz; el cantautor V¨ªctor Heredia, autor de Sobreviviendo; la rockera Marilina Ross, una de las pocas representantes de su g¨¦nero que estaban prohibidas; el pianista Miguel ?ngel Estrella.
- Escritores: Julio Cort¨¢zar, autor de Rayuela y otros cl¨¢sicos; Mar¨ªa Elena Walsh, creadora de cl¨¢sicos infantiles; el uruguayo Eduardo Galeano, famoso por Las venas abiertas de Am¨¦rica Latina; Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, autor de Santa Evita y El vuelo de la reina; el poeta Juan Gelman, premio Cervantes; Abelardo Castillo, premiado por cuentos como Las otras puertas; Griselda Gambaro, autora de Ganarse la muerte, considerada por el r¨¦gimen "contraria a la instituci¨®n familia y al orden social".
- Periodistas: Osvaldo Bayer, que escribi¨® el libro La Patagonia rebelde; el desaparecido Paco Urondo, autor de La patria fusilada, Jacobo Timerman, el secuestrado director del peri¨®dico La Opini¨®n; Rogelio Garc¨ªa Lupo, cofundador de la agencia de noticias cubana Prensa Latina; Hugo Gambini.
- Dramaturgos: Roberto Cossa, autor de obras como Yepeto y Tute cabrero; Osvaldo Drag¨²n, que con Cossa fue uno de los promotores del movimiento Teatro Abierto; Carlos Gorostiza, otro integrante de ese colectivo y autor de Los cuartos oscuros; Hugo Mid¨®n.
- Intelectuales: Eva Giberti, psic¨®loga y encargada del programa argentino de violencia contra las mujeres; el italiano Gino Germani, que fund¨® la carrera de Sociolog¨ªa de la Universidad de Buenos Aires; el soci¨®logo Juan Carlos Portantiero; el cr¨ªtico literario No¨¦ Jitrik.
En las listas ya publicadas figuran otros artistas espa?oles, los del Circo de los Muchachos, grupo que cre¨® el ya fallecido sacerdote gallego Jes¨²s Silva en 1956 para integrar a ni?os y j¨®venes en situaci¨®n de riesgo social. Comunista cristiano, pero tolerado por el franquismo, Silva y su elenco sufrieron el acoso de la dictadura de Jorge Videla en una gira en 1978. As¨ª lo recuerda su sobrino pol¨ªtico Abelardo Basden, que a sus 10 a?os particip¨® de aquel viaje. ¡°Nuestro espect¨¢culo llevaba un mensaje pol¨ªtico y social. Se llamaba Revoluci¨®n Circus. Ya la palabra revoluci¨®n era un desaf¨ªo¡±, cuenta Basden, que se dedica a la m¨²sica en Ourense. ¡°Pero las autoridades no ten¨ªan idea del espect¨¢culo. Al principio hubo buena relaci¨®n con ellas, pero a los 15 d¨ªas se desat¨® el mal rollo, empezamos a ser vigilados, hab¨ªa militares en las funciones, nos segu¨ªan coches por las calles, nos ped¨ªan muchos permisos para instalar la carpa, el padre Silva fue detenido e interrogado en La Plata¡±, relata Basden. Incluso la dictadura de Videla escribi¨® una carta a la del chileno Augusto Pinochet (1973-1990) advirti¨¦ndole de que eran ¡°comunistas con relaci¨®n con movimientos terroristas¡±.
El espect¨¢culo comenzaba con una canci¨®n que dec¨ªa que ¡°la vida es hermosa, m¨¢s brillante que el sol¡± y entonces el ni?o Basden irrump¨ªa sentado encima de una silla entre el p¨²blico cantando: ¡°?Mentira, mentira! El mundo est¨¢ lleno de injusticia, lleno de ilusiones carcomidas por las garras fr¨ªas del rencor¡±. Eso no cay¨® bien en el r¨¦gimen y entonces los militares pidieron a Silva que lo cambiara. Tampoco les gustaba que al final se anunciara una torre humana en la que los ¡°fuertes iban abajo, los d¨¦biles arriba¡± y los ni?os, en lo m¨¢s alto, ped¨ªan ¡°justicia para tanta gente que sobrevive en medio de la explotaci¨®n¡±. Silva se neg¨® a hacer modificaciones con el argumento de que cambiaba el sentido de la obra.
As¨ª fue que un d¨ªa el joven Abelardo grit¨® ¡°?mentira, mentira!¡± y entonces un uniformado le puso una suave mano en el hombro y lo sent¨®. ¡°Primero estaba sorprendido¡±, cuenta Basden. Entonces se dio cuenta de que en la primera fila solo hab¨ªa militares. ¡°Sent¨ª impotencia, empec¨¦ a cantar desde el suelo¡±, recuerda el m¨²sico. ¡°Se acab¨® el espect¨¢culo¡±, le dijo el de la mano en la clav¨ªcula. El ni?o mir¨® los rostros aterrorizados del p¨²blico y entonces sinti¨® p¨¢nico, pero sigui¨® cantando mientras lagrimeaba. Los espectadores comenzaron a gritar. La obra se interrumpi¨® y el director y Silva salieron al escenario para hablar con los militares. Finalmente, el espect¨¢culo se reanud¨® y aquel d¨ªa se hicieron tres funciones m¨¢s. Otro d¨ªa se desmoron¨® una tribuna, no hubo heridos, y artistas y p¨²blico sospecharon que hab¨ªa sido un accidente planificado.
El circo viaj¨® despu¨¦s a Bah¨ªa Blanca (690 kil¨®metros al sur de Buenos Aires). Dorm¨ªan en un albergue de la Iglesia cuando los hombres con borcegu¨ªes los despertaron quit¨¢ndoles los colchones. Varios camiones los esperaban fuera. Justo ese d¨ªa estaban los reyes Juan Carlos y Sof¨ªa en la ciudad. Silva tuvo que correr m¨¢s r¨¢pido que los diplom¨¢ticos espa?oles para llegar hasta ellos y pedirles protecci¨®n. Entonces los camiones militares se marcharon. A los pocos d¨ªas, en Mar del Plata, el cura recibi¨® la orden de marcharse en 24 horas de Argentina y en plena funci¨®n, a medida que cada artista acababa su n¨²mero, se sub¨ªa a los autobuses que los llevaron a Brasil.
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