Las esperanzas se agotan en Gaza
Un a?o despu¨¦s de la ¨²ltima guerra con Israel, la Franja vive una dura escasez de bienes esenciales y se halla al borde de una emergencia m¨¦dica
¡°La vida es mucho peor que hace un a?o¡±. En sus 66 a?os en la franja de Gaza, Afifa Yerusha no ha visto nunca antes tanta escasez de bienes ni tanto padecimiento. Es de noche y esta viuda preside rodeada de su familia un sal¨®n iluminado a duras penas por una peque?a linterna a pilas. Recientemente los cortes de luz pasaron de ocho a doce horas diarias. Su hijo mayor, Ale, ha perdido el trabajo que ten¨ªa vendiendo ropa usada a precio de saldo en Egipto a trav¨¦s de unos t¨²neles de contrabando recientemente destruidos. En este hogar viven 11 personas que cada d¨ªa tienen menos esperanzas que el anterior. ¡°Van todos contra Gaza¡±, a?ade Yerusha. ¡°Principalmente Israel. Pero tambi¨¦n los partidos palestinos. Ham¨¢s y Al Fat¨¢ piensan en el poder y no en la gente. Y ahora, lo que nos faltaba, se les suma Egipto¡±.
El jueves se cumple un a?o del inicio de la ¨²ltima campa?a militar de Israel contra Ham¨¢s, la segunda desde que este tomara el poder de la Franja en 2007. Hoy, el grupo islamista se halla notablemente debilitado, con gran p¨¦rdida de popularidad en las calles. En estos meses se ha reanudado el proceso de paz entre palestinos e israel¨ªes, del que Gaza, con 1.8 millones de habitantes, ha quedado desconectada. En Egipto ha ca¨ªdo en un golpe el gobierno islamista de Mohamed Morsi, quien se convirti¨® en el principal aliado de Ham¨¢s en la escena internacional y medi¨® el alto el fuego que acab¨® con la guerra tras siete d¨ªas. Los nuevos gobernantes egipcios han aislado a¨²n m¨¢s la Franja, destruyendo la gran mayor¨ªa de los t¨²neles de contrabando y limitando notablemente el tr¨¢nsito de bienes y personas por el ¨²nico paso terrestre a su pa¨ªs.
¡°Las guerras de Israel contra Gaza nos han ense?ado que no hay lugar al que huir, no hay refugio. Tampoco hay justicia. Israel cometi¨® graves cr¨ªmenes humanitarios al matar civiles, incluidos muchos ni?os. Y un a?o despu¨¦s sigue sin rendir cuentas. Y ahora vienen diciendo que quieren negociar por la paz. Pues sin justicia no puede haber paz¡±, opina Amjad Shawa, director de la oficina en Gaza de la Red de ONGs de Palestina. ¡°Aqu¨ª la gente ya no planifica su futuro. Martin Luther King dijo que ten¨ªa un sue?o. Ojal¨¢ nosotros tuvi¨¦ramos la capacidad de so?ar¡±. En la guerra murieron 167 palestinos, 20 de ellos menores de 12 a?os, seg¨²n la organizaci¨®n Btselem. Tambi¨¦n fallecieron seis israel¨ªes.
Muchos oficiales, activistas y civiles gazat¨ªes repiten una misma conclusi¨®n a la que han llegado a ra¨ªz de una experiencia compartida: aunque Israel se retir¨® de la Franja en 2005, esta, para ellos, sigue bajo ocupaci¨®n. ¡°Es ocupaci¨®n, de las peores¡±, asegura Isra al Mudallai, portavoz del gobierno gazat¨ª. ¡°Seg¨²n la convenci¨®n de Ginebra el poder ocupador tiene una serie de obligaciones sobre los ciudadanos ocupados, como garantizar que los enfermos tienen acceso a medicamentos o los ni?os a educaci¨®n. Israel en este caso nos asfixia y ni siquiera cumple esas obligaciones¡±.
En 2007 el ejecutivo israel¨ª declar¨® a Gaza ¡°entidad hostil¡±. A sus botes pesqueros les permite faenar s¨®lo seis millas mar adentro. No hay aeropuerto que funcione ni espacio a¨¦reo en la Franja. En los pasados a?os, Israel ha cerrado tres cruces de mercanc¨ªas, dejando s¨®lo h¨¢bil uno al sur, por el que el a?o pasado pasaron 57.440 camiones. La mayor¨ªa de las importaciones fueron materiales de construcci¨®n, un bien cuya entrada suspendi¨® Israel el mes pasado despu¨¦s de descubrir un t¨²nel de m¨¢s de un kil¨®metro de longitud desde la Gaza hasta su subsuelo, cubierto con placas de hormig¨®n que sospecha que vienen de sus propias cementeras.
Israel considera que ese t¨²nel no era de contrabando, sino que iba a servir para cometer ataques. Su ej¨¦rcito ha descubierto y destruido ya al menos tres similares este a?o. La guerra de 2012 debilit¨® militarmente a Ham¨¢s y a otros grupos islamistas. Los ataques con cohetes y morteros desde Gaza a territorio israel¨ª han descendido dram¨¢ticamente, de 641 en 2012 a solo 67 en lo que va de a?o.
Egipto tambi¨¦n ha comenzado su propia campa?a contra los t¨²neles de la Franja, lo que ha provocado en esta una grave crisis energ¨¦tica. La ¨²nica planta el¨¦ctrica cerr¨® parcialmente a principios de mes, porque funciona con di¨¦sel. El gobierno gazat¨ª obten¨ªa la mayor¨ªa de ese fuel a trav¨¦s de los t¨²neles de contrabando, a precio subvencionado egipcio. Ahora depende de los env¨ªos que la Autoridad Palestina en Cisjordania, controlada por el partido Al Fat¨¢, quiera venderle, a precio israel¨ª, m¨¢s elevado, y con impuestos.
La escasez y el alza de precio de fuel ha llevado a muchos gazat¨ªes a modificar sus coches para poder alimentarlos de las botellas de gas que normalmente se emplean para cocinar. Y los suministradores de gas, en consecuencia, no pueden dar abasto a la demanda. ¡°Antes ya ten¨ªamos problemas para rellenar estas botellas. Hoy se las llevan para los coches y mucha gente no puede ni cocinar¡±, explica Amir Greder, de 33 a?os, due?o de una distribuidora de bombonas, sin nada que hacer tras su mostrador.
Los cortes el¨¦ctricos han forzado a Ham¨¢s a declarar la Franja en estado de alerta m¨¦dica. En total, 88 m¨¢quinas de hemodi¨¢lisis, 113 incubadoras y 45 quir¨®fanos corren riesgo de no funcionar o quedar a oscuras. ¡°Dentro de poco suceder¨¢ una cat¨¢strofe a ra¨ªz del cierre de la planta el¨¦ctrica¡±, asegura Mufid al Mejalilati, ministro de Sanidad. ¡°La comunidad internacional debe tomar medidas urgentes¡±. A Mahmud Murad, de 32 a?os, le han anulado ya varias veces la di¨¢lisis que sus ri?ones necesitan. ?l, en su silla de ruedas, ante el hospital Al Shifa, encoge los hombros, resignado. Le dijeron que podr¨ªa ser tratado el fin de semana, pero la electricidad se acaba de marchar. Dice no tener esperanzas. ¡°?Esperanzas? Hace tiempo que no tengo. Estamos desahuciados¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.