Centroam¨¦rica gasta en la competici¨®n por la supremac¨ªa a¨¦rea
Persisten el recelo y la desconfianza entre las Fuerzas Armadas del istmo por las compras b¨¦licas de sus vecinos
La supremac¨ªa a¨¦rea militar es un foco de permanente desconfianza y recelo entre las fuerzas armadas de Centroam¨¦rica. Pese a los escenarios de creciente marginaci¨®n social, los aparatos castrenses regionales siguen gastando en una constante carrera armamentista que en el siglo XX fue estimulada por la represi¨®n anticomunista y ahora es impulsada por el combate al crimen organizado.
Guatemala est¨¢ a la espera de seis aviones S¨²per Tucano, de reconocimiento y combate, que compr¨® a Brasil en 133 millones de d¨®lares y en una operaci¨®n que termin¨® de formalizar en abril pasado tras varios a?os de negociaciones. El Salvador pag¨® 8,5 millones de d¨®lares a Chile por 10 aviones A-37 Dragonfly, fabricados en Estados Unidos y que el ej¨¦rcito chileno estaba en proceso de desechar porque fueron construidos hace m¨¢s de 50 a?os. Honduras recibir¨¢ una donaci¨®n de Estados Unidos de seis helic¨®pteros que ser¨¢n entregados en febrero de 2014, para la lucha contra el narcotr¨¢fico.
Valorados en 40 millones de d¨®lares, seis helic¨®pteros S¨²per Huey fueron donados el 7 de octubre anterior por Estados Unidos a Guatemala para el combate al narcotr¨¢fico. Rusia, que en los ¨²ltimos a?os ha reactivado con intensidad su presencia castrense en Am¨¦rica Latina y el Caribe, suministr¨® dos helic¨®pteros MI-171 a Nicaragua en 2009. En forma paralela, Mosc¨² ha entregado una ayuda militar por m¨¢s de 26,5 millones de d¨®lares al Ej¨¦rcito de Nicaragua desde 2009.
Honduras anunci¨® en junio de 2011 que, para combatir al narcotr¨¢fico en ¨¢reas profundas del mar Caribe y en sitios remotos de su territorio, pretend¨ªa adquirir helic¨®pteros Bell 212 y aviones Caravan 208, de manufactura estadounidense, as¨ª como aeronaves brasile?as S¨²per Tucano. Todo era parte de un extenso pedido castrense que inclu¨ªa radares, guardacostas y lanchas r¨¢pidas, entre otros equipos, pero que por dificultades financieras fue cancelado. Una fuente militar hondure?a dijo a EL PA?S que ¡°de ese asunto no se ha hablado m¨¢s¡±, ya que est¨¢ congelado.
El Salvador suspendi¨® o paraliz¨® en febrero de 2011 una compra de 10 aviones S¨²per Tucano a Brasil, por aproximadamente 110 millones de d¨®lares y con financiamiento for¨¢neo. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, declar¨® que aunque tampoco desist¨ªa de la idea, la operaci¨®n se pospon¨ªa porque ¡°hay problemas m¨¢s apremiantes¡± en salud, educaci¨®n y vivienda que renovar la flotilla a¨¦rea militar.
¡°Para tristeza de nuestros pueblos, cada d¨ªa m¨¢s los gobiernos de estos pa¨ªses pobres invierten hoy en armas de guerra, en lugar de invertir en educar, en alimentar, y en crear fuentes de empleo¡±, dijo la costarricense Lina Barrantes, directora de la Fundaci¨®n Arias para la Paz y el Progreso Humano, una organizaci¨®n no estatal de San Jos¨¦.
¡°Centroam¨¦rica vivi¨® en la d¨¦cada de 1980 una cruel guerra que nos dej¨® miles de muertos. Cuando alcanzamos los acuerdos de paz (en 1987), la apertura de espacios democr¨¢ticos desgraciadamente no vino acompa?ada de un aumento en las oportunidades para nuestros pueblos. Centroam¨¦rica sigue siendo hoy una de las regiones m¨¢s desiguales, pobres y violentas del mundo¡±, advirti¨® Barrantes, en una entrevista con este peri¨®dico. ¡°En 25 a?os no hemos conseguido erradicar las causas que nos llevaron a esa guerra, que fueron justamente la pobreza y la desigualdad¡±, puntualiz¨®.
¡°Lamentamos profundamente¡± el anuncio hecho por El Salvador el pasado 31 de octubre de que comprar¨¢ los aeroplanos a Chile, que es la m¨¢s reciente compra militar millonaria en el istmo, ya que se ¡°hace una enorme inversi¨®n para nuestras econom¨ªas en aviones militares¡±, coment¨® Barrantes.
En este panorama, Honduras protest¨® por la compra salvadore?a. En ¡°estos movimientos armamentistas est¨¢ la posibilidad de querer crear un escenario b¨¦lico e hipot¨¦tico¡± en el Golfo de Fonseca, reclam¨® la canciller hondure?a, Mireya Ag¨¹ero, el pasado jueves, al ligar la adquisici¨®n de las aeronaves con un litigio entre Tegucigalpa y San Salvador por la posesi¨®n de una isla en esa zona sobre el litoral Pac¨ªfico que comparten Honduras, El Salvador y Nicaragua.
El caso, a?adi¨®, ¡°lo hemos analizado como una abierta amenaza para la implementaci¨®n¡± de una sentencia de 1992 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, acerca de la delimitaci¨®n en Fonseca.
Sin embargo, la pr¨¢ctica es vieja en una zona en la que aunque Honduras ha ostentado la supremac¨ªa a¨¦rea regional, ha habido una permanente competencia por el predominio en los aires. Pese a que los ej¨¦rcitos de Honduras, El Salvador y Guatemala se replegaron a sus cuarteles tras el proceso de pacificaci¨®n regional¡ªentre 1987 y 1996¡ªy luego de mantener un intenso protagonismo pol¨ªtico en el siglo XX, en los ¨²ltimos a?os han retornado a las calles, en un proceso de remilitarizaci¨®n de las sociedades centroamericanas con el alegato de combatir al crimen organizado.
Si los militares guatemaltecos salen de compras para abastecer sus despensas b¨¦licas y modernizar sus capacidades de ataque y defensa, sus vecinos salvadore?os y hondure?os reaccionan con recelo y desconfianza. Y si son los hondure?os, sus vecinos nicarag¨¹enses, guatemaltecos y salvadore?os responden con inquietud. Igual sucede si son los salvadore?os o los nicarag¨¹enses.
El control a¨¦reo militar de Centroam¨¦rica siempre ha estado en disputa, como parte del equilibrio de las fuerzas armadas frente a la potencia de tropas de infanter¨ªa y de fuego antia¨¦reo de cada pa¨ªs. En el decenio de 1980, en medio de las guerras en el istmo entre guerrillas izquierdistas respaldadas por Cuba y la entonces Uni¨®n Sovi¨¦tica y ej¨¦rcitos apoyados por Estados Unidos, como reflejo de la pugna comunismo versus comunismo, Mosc¨² entreg¨® 60 helic¨®pteros MI-8, MI-17, MI-24 y MI-25 a Managua, pero bajo la amenaza de Washington de que se abstuviera de enviar aviones de combate.
La Fuerza A¨¦rea hondure?a se convirti¨® en la segunda mitad del siglo XX, y con apoyo de la Casa Blanca, en s¨ªmbolo del poder castrense de Honduras y obtuvo la supremac¨ªa a¨¦rea como factor clave del equilibrio militar regional. Los hondure?os recibi¨® seis aviones Embraer T-27 Tucanos, de Brasil, y 12 aviones supers¨®nicos F-5, de Estados Unidos, entre otros.
En una regi¨®n en la que la tasa de homicidios ha llegado en algunas etapas a 44 por cada 100 mil habitantes, para convertirse en la m¨¢s alta del mundo (11 veces superior que el promedio internacional), el gasto en seguridad de Centroam¨¦rica alcanz¨® 4.000 millones de d¨®lares en 2010. Costa Rica aboli¨® su ej¨¦rcito en 1948 y Panam¨¢ en 1992 y disponen de polic¨ªas civiles para su seguridad interna, pero tambi¨¦n destinan millonarios recursos en su seguridad pese a las carencias sociales.
Por su cercan¨ªa geogr¨¢fica con las bases de producci¨®n de coca¨ªna en Colombia y con los enormes centros de consumo de estupefacientes en Estados Unidos, Centroam¨¦rica se convirti¨® en los ¨²ltimos 20 a?os en el principal pasillo del narcotr¨¢fico para transportar drogas por sus vulnerables fronteras terrestres, mar¨ªtimas y a¨¦reas hacia M¨¦xico, en ruta al mercado estadounidense.
El Comando Sur del Ej¨¦rcito de Estados Unidos, acantonado en Florida, calcula que entre el 80% y el 90% de la coca¨ªna que ingresa a esa naci¨®n se transporta por mar, empleando rutas costeras, terrestres y a¨¦reas de Centroam¨¦rica y en un corredor entre M¨¦xico y Colombia por los dos litorales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.