Crecimiento y violencia, la paradoja de Am¨¦rica Latina
La ONU publica un estudio del impacto de la inseguridad en el desarrollo econ¨®mico y social de la regi¨®n Califica el nivel actual de homicidios de epid¨¦mico
Nadie discute el ¨¦xito de Am¨¦rica Latina al sacar a millones de personas de la pobreza. Un esfuerzo que elogian el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que est¨¢ permitiendo emerger a una nueva clase media que aspira y exige m¨¢s a sus gobernantes. Tambi¨¦n desde Naciones Unidas. Pese a los avances econ¨®micos y sociales, es la regi¨®n m¨¢s desigual e insegura del mundo.
De acuerdo con los datos del Programa para el Desarrollo (PNUD), m¨¢s del 30% de los latinoamericanos se las tiene que ingeniar para vivir con menos de cuatro d¨®lares al d¨ªa. Est¨¢n por debajo del umbral de la pobreza. El 16% de la poblaci¨®n vive en la extrema pobreza; con menos de 2,5 d¨®lares diarios. El 30% se considera parte de la clase media y el 2% son ricos.
Es cierto que la brecha de la desigualdad en los ingresos se redujo durante la ¨²ltima d¨¦cada en 16 de los 18 pa¨ªses de la regi¨®n. Pero de los 15 pa¨ªses con m¨¢s desigualdad del mundo, 10 se encuentran en Am¨¦rica Latina. Y hay, adem¨¢s, una paradoja: en la ¨²ltima d¨¦cada la regi¨®n no solo fue escenario de una gran expansi¨®n econ¨®mica, tambi¨¦n de una expansi¨®n delictiva.
La inseguridad, insiste la ONU, es un reto compartido y un obst¨¢culo para el desarrollo social y econ¨®mico en todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. El ¨²ltimo informe de desarrollo humano refleja con nuevos datos como el crimen y la violencia impactan en la regi¨®n. Hay un dato que visualiza la dimensi¨®n de un problema en aumento: m¨¢s de 100.000 asesinatos al a?o.
Es decir, mientras que la regi¨®n fue un motor del crecimiento mundial, m¨¢s de un mill¨®n de personas murieron asesinadas entre 2000 y 2010. El PNUD denuncia que en m¨¢s de la mitad de los pa¨ªses analizados la tasa de homicidio aument¨®, incluso en los que tienen menores niveles de pobreza. En 11 pa¨ªses se superan los 10 asesinatos por 100.000 habitantes, un nivel ¡°epid¨¦mico¡±.
El informe elaborado por el departamento que dirige el chileno Heraldo Mu?oz, bajo la supervisi¨®n de Rafael Fern¨¢ndez de Castro, muestra que cinco de cada diez ciudadanos percibe un deterioro de la seguridad en su pa¨ªs. Los casos de robo, por ejemplo, se triplicaron durante las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y media. Es el delito que m¨¢s afecta a los latinoamericanos.
Adem¨¢s, uno de cada tres latinoamericanos se?al¨® haber sido v¨ªctima de un delito con violencia en 2012. Esta percepci¨®n creciente de la inseguridad explica, por ejemplo, que en Am¨¦rica Latina haya 3,8 millones de vigilantes privados, un 50% m¨¢s que agentes de polic¨ªa. Son los m¨¢s armados del mundo. El crecimiento de la contrataci¨®n de guardas de seguridad es del 10% anual.
La creciente inseguridad, como dice el PNUD, provoca que los ciudadanos tengan que cambiar su rutina para evitar ser v¨ªctimas del delito, lo que restringe sus libertades. Entre el 45% y el 65% de los encuestados, dependiendo del pa¨ªs, dej¨® de salir de noche y un 13% habla de la necesidad de cambiar su residencia, lo que equivale a 58,8 millones de personas aproximadamente.
El mensaje de las Naciones Unidas lo resume de la siguiente manera la administradora del PNUD, Helen Clark: ¡°Sin paz no puede haber desarrollo, y sin desarrollo no puede haber una paz duradera¡±. "Este grave problema s¨ª tiene remedio¡±, a?ade Heraldo Mu?oz, pero precisa que ¡°requiere visi¨®n y voluntad pol¨ªtica de largo plazo¡±. ¡°No hay soluciones m¨¢gicas¡±, remacha.
El reto, explica Fern¨¢ndez de Castro, es mayor porque las amenazas a la seguridad se entrecruzan. Suele referirse al narcotr¨¢fico para explicar el actual nivel de inseguridad en Am¨¦rica Latina. Pero como indica el experto del PNUD, las din¨¢micas regionales, nacionales y locales son mucho m¨¢s diversas. Tambi¨¦n se?ala que la pol¨ªtica de la ¡°mano dura¡± no funciona.
Quiz¨¢s el primer paso que se puede dar en este sentido es acabar con la politizaci¨®n que sufre el problema de la inseguridad, estableciendo cada pa¨ªs un Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana entre gobierno, partidos pol¨ªticos y sociedad civil. Es decir, como indica el embajador, se trata de ¡°transformar¡± la seguridad en una pol¨ªtica de Estado.
La ONU hace as¨ª otras recomendaciones, que van m¨¢s all¨¢ de las medidas de control del delito. Para lograr una reducci¨®n duradera de la inseguridad, adem¨¢s de impulsar un crecimiento ¡°incluyente y equitativo¡±, se aboga por reducir la impunidad fortaleciendo la eficacia de las instituciones de seguridad y justicia y por pol¨ªticas p¨²blicas que estimulen la convivencia.
A esto se le suma acciones como regular y reducir desde una perspectiva integral y de la salud p¨²blica lo que denomina como los ¡°disparadores del delito¡±, como el alcohol, drogas y armas. Eso mientras se elevan las oportunidades reales de desarrollo humano para los j¨®venes, se previene la violencia de g¨¦nero y se protegen activamente los derechos de las v¨ªctimas.
El estudio hace menci¨®n, adem¨¢s, a lo que califica como ¡°delito aspiracional¡±, derivado del aumento de las expectativas de consumo y relativa falta de movilidad social en la regi¨®n. El crecimiento r¨¢pido y desordenado de las ciudades, junto a los cambios en la estructura familiar y los problemas en la escolarizaci¨®n, a?ade la ONU, generan condiciones que inciden en la criminalidad.
Naciones Unidas pone cifra al impacto econ¨®mico de la inseguridad. El organismo calcula que ¡°el exceso de muertes¡± reduce en un 0,5% el potencial de la regi¨®n, lo que equivale a unos 24.000 millones de d¨®lares anuales. A esto se le suma la p¨¦rdida en la expectativa de vida. Eso sin contar con el alto coste para las cuentas p¨²blicas del delito y la violencia.
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